La identificación fue inmediata porque escribió en el sobre su nombre y dirección
El sobre acolchado que contenía una navaja cuyo filo presentaba pequeñas gotas rojas –la Policía investiga si son de sangre–, recibido ayer por la ministra de Industria, Comerio y Turismo, Reyes Maroto, fue enviado por un esquizofrénico, vecino de El Escorial. La Policía ha presentado denuncia ya en en los juzgados de Plaza de Castilla y hoy pasará a reparto.
La investigación fue sencilla: este individuo había escrito de su puño y letra su nombre y dirección y fue él mismo a la oficina de Correos a enviar la carta, por la que pagó 2,50 euros. Al parecer, ha reconocido los hechos.
El envío postal se hizo el pasado día 21, cinco días después de que el candidato del PSOE a la Comunidad de Madrid, Ángel Gabilondo, anunciara que la ministra sería su vicepresidenta si conseguía la Presidencia. No hay duda de que la persona que mandó el sobre tenía conocimientos sobre el funcionamiento de los escáneres y cómo burlarlos. Lo demuestra que introdujera el arma blanca entre dos cedés, y que envolviera todo en un folio de tamaño Din A4.
De esta forma era indetectable mediante ese dispositivo y llegó hasta la secretaría de la ministra, donde se abrió. Además, el sobre contenía un montón de folios grapados con copias ampliadas de mensajes de Whatsapp y Twitter y otro folio manuscrito con palabras sueltas y frases inconexas.
Maroto no estaba en el despacho –lo mismo sucedió en los casos de Gámez y Marlaska– y fue informada de inmediato de lo sucedido. La ministra, a su vez, comunicó los hechos al titular de Interior, Fernando Grande-Marlaska, y al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
Investigación interna
Los sistemas de seguridad de Interior fracasaron en la detección de dos de las misivas con proyectiles
Conclusiones precipitadas
Llama la atención la cantidad de conclusiones precipitadas a las que se llegó a partir de ese momento. Adriana Lastra, portavoz del Grupo Socialista, no dudó en gritar en pleno mitin un emocionado «¡no van a pasar!»; Gabilondo, también condenó el «fascismo»; Sánchez lanzó un twitter y así sucesivamente. Mientras, la investigación avanzaba –no era complicado– y en horas la ‘amenaza’ era conjurada. Simplemente, según las primeras pesquisas, un perturbado había querido hacerse notar y el ‘efecto campaña’ –además de los antecedentes de los envíos de balas– hizo el resto.
Casi al mismo tiempo, algunas noticias afirmaban que el Gobierno iba a reforzar la seguridad del ministro del Interior y de la directora general de la Guardia civil, María Gámez.
Fuentes policiales consultadas por ABC mostraban su asombro porque «la primera medida de seguridad para cualquier persona que debe ser protegida es no hablar de su seguridad». Además, estas mismas fuentes recuerdan que «el principal objetivo de los que amenazan es que la opinión pública lo sepa para sembrar la inquietud, y toda esta polémica es un éxito para esa gente; por no hablar de que genera muchas veces un efecto imitación indeseable».
La investigación sobre la autoría de la amenaza a Marlaska, Gámez e Iglesias es, sin duda, mucho más complicada. Los servicios de Información de la Policía y la Guardia Civil están en ello, pero los especialistas de Policía Científica no han encontrado huellas ni otros vestigios que permitan avanzar.
Sí está claro el error del vigilante de Correos que no detectó los envíos. Pero también el sistema de seguridad del Ministerio del Interior fracasó porque fue incapaz de descubrir los sobres. Al menos uno de ellos fue abierto en la secretaría del ministro. Las fuentes consultadas aseguran que todos los envíos que llegan al ministerio deberían pasar por un escáner, mucho más cuando estamos en alerta 4 antiterrorista. Algunas versiones apuntaban a que se van a tomar medidas para corregir los desajustes. La seguridad de Interior es responsabilidad de la Guardia Civil, aunque los escoltas de Marlaska pertenezcan a la Policía Nacional.
Iñarritu, un sobre igual
Horas después de transcender la identificación del individuo que mandó el sobre a Maroto, el diputado de EH Bildu Jon Iñarritu tuiteó lo siguiente: «El día 11 de marzo recibí un sobre con un regalo. Curiosamente el remitente era de El Escorial y es familiar de un diputado de extrema derecha. A mí no me envió una navaja, sino una película de Agatha Christie y varias hojas escritas que no he conseguido descifrar». Lo ilustró con un sobre en apariencia con idéntica califrafía al de Maroto. Junto a él, un DVD y un folio en inglés sin aparente sentido.