El trueque en la Academia
La Academia de Bellas Artes aceptó en 1823 el intercambio propuesto por Evaristo Pérez de Castro: un Alonso Cano por un Caravaggio. Aunque se hizo legalmente, ¿teme la familia que pudiera haber una reclamación? «Pasó hace 200 años. Cuando se produjo ese cambio es porque era absolutamente legal. La prueba es que están las actas de la Junta donde se aprobó. En el catálogo de la Academia se menciona el cuadro como un Caravaggio. Ese hallazgo es muy importante», advierte Jorge Coll.
A la izquierda, de arriba abajo, fragmentos del Acta de la Junta de la Academia de Bellas Artes donde se informa del cambio del ‘Ecce Homo’ de Caravaggio (arriba) por un ‘San Juan Bautista’ de Alonso Cano (sobre estas líneas), y fragmento del inventario de 1824 donde este último se atribuye a Pedro Atanasio Bocanegra. Hoy se exhibe atribuido a Alonso Cano.
—Sí. Los museos americanos se han hecho todos a través de donaciones. Y es porque hay una ley de Mecenazgo.
—¿Su deseo es que se quede en España a precio del mercado internacional?
—Sí, pero es una entelequia. Tengo todo el respeto por las instituciones, colaboro con ellas, me beneficio de ellas, quiero que tengan el papel predominante que deben tener, pero al mismo tiempo defiendo los intereses de mis clientes.
—En 2014 apareció en un desván cerca de Toulouse ‘Judith y Holofernes’, de Caravaggio. ¿Qué papel jugó Colnaghi?
—No hay que ponerse medallas que no te corresponden. El trabajo lo hizo Eric Turquin, un buen amigo. Me pidió que Colnaghi colaborara. Disfrutamos muchísimo. Me dio una gran experiencia. Ahora vamos a vivir algo muy parecido.
—‘Judith y Holofernes’ iba a subastarse en 2019, pero unos días antes se retiró. Lo adquirió en venta privada J. Tomilson Hill. ¿Cuál fue el precio?
—Hay una cláusula de confidencialidad. Además, Eric nunca me dijo el precio.
—Se tardó cinco años desde que se halló el cuadro hasta su venta. ¿Son casos comparables en cuanto a calidad, estado de conservación, precio...?
—Sí, pero el consenso inicial que tiene este cuadro es bastante mayor al que tuvo ‘Judith y Holofernes’.
—¿Dónde está el ‘Ecce Homo’?
—En un sitio de seguridad, con medidas de conservación óptimas. La familia ha pedido que seamos discretos.
—¿La obra está asegurada?
—Sí.
—¿Se puede saber en cuánto?
—La familia me ha pedido muchísima confidencialidad. Todavía no está decidido si se va a vender o no.
—Se presupone que sí...