El líder del sufrimiento
▶ El gol de Llorente da el triunfo al Atlético, que se salvó en el último suspiro al desperdiciar el Elche un penalti
El Atlético de Madrid pinchó el jueves el último salvavidas que le quedaba en el sprint decisivo por la Liga. Favorecido por el batacazo granadino del Barcelona, el equipo de Simeone se plantó en el Martínez Valero como líder y más presionado que nunca. Las matemáticas no engañan y los rojiblancos afrontaban el trago en Elche sin margen de error. Con Real Madrid, Barça y Sevilla al acecho, los puntos eran obligados y los visitantes los agarraron con un gol de Llorente. Otro pasito adelante después de un buen primer tiempo y un segundo gris en el que Fidel desperdició un penalti en el minuto 89. Un triunfo realmente angustioso.
El fútbol tiene estas cosas. Llorente, decisivo para el Atlético en este curso, abrió el marcador firmando la docena de goles en esta Liga, pero también estuvo a punto de bajar a su equipo del primer puesto por un absurdo penalti al sacar la mano defendiendo una falta. Como ocurriera ante el Alavés también en los últimos minutos, Oblak intuyó el lanzamiento, pero esta vez no fue el portero el que salvó al líder. El lanzamiento de Fidel se estrelló en el palo y los madrileños acabaron celebrando una victoria que se les complicó por la racanería de su juego en la segunda parte después de un primer acto
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ELCHE
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ATLÉTICO en el que dominó con autoridad. Un mal que empieza a repetirse peligrosamente en los últimos partidos.
Acostumbrado a convocatorias de circunstancias, para Simeone supuso un respiro poder tirar de casi toda la plantilla en un partido trascendental en el sufrido camino en busca de la gloria. Ganar, sí o sí. No valía otra y aparecer armado con toda la tropa favorecía la misión, o al menos aparentemente. La única ausencia, la de Lodi, un mal menor teniendo en cuenta los encajes de bolillos a los que se ha acostumbrado el técnico en el último mes para formar sus onces. En el de ayer hubo sorpresa porque Koke comenzó en el banquillo, con Joao Félix, otra vez suplente, a su lado. Luis Suárez regresó a la foto inicial de un Atlético que, sin sus goles, ha vivido en el alambre y el máximo realizador marcó, aunque su acierto se quedó sin celebración porque el VAR anuló el tanto por fuera de juego. Repitió en el segundo acto, pero de nuevo en posición antirreglamentaria.
Duelo de necesidades. La del Atlético y la de un Elche tembloroso por la amenaza de la pérdida de categoría. Los alicantinos comenzaron el encuentro en puestos de descenso y así lo acabaron por la falta de acierto de Fidel desde los once metros. Un partido tenso desde el inicio y con el grupo de Fran Escribá refugiado en su parcela, agazapado a la espera de poder sorprender con un zarpazo que no llegó a encontrar durante todo el primer tiempo. Dueño de la pelota ante un rival preocupado solo en defender, el líder disfrutó de un inicio placentero aunque sin generar ocasiones hasta que Suárez, en el minuto 11, se ofuscó solo ante Gazzaniga tras asistencia de Correa.
Gol anulado a Suárez
El ‘pistolero’ perdonó y los ilicitanos hicieron el amago de despertar. Quedó solo en eso. Suárez sí marcó cinco minutos después de ese fallo, pero su gol no subió al marcador por otro error suyo. Esta vez la precipitación le pudo en un ataque claro de Llorente y se adelantó para caer en fuera de juego antes de empujar el regalo de su compañero, un síntoma de la ansiedad que se respiraba en el Martínez Valero.
El Atlético no especuló y su insistencia acabó teniendo premio en una acción por la otra banda, la izquierda, y también con Llorente como protagonista. En esta ocasión como rematador de un pase de Carrasco, muy activo, que entró en la portería después de que el balón tocara en Josema. Una docena de dianas en la mochila del madrileño, un futbolista decisivo para que el Atlético siga soñando con la posibilidad de levantar la Liga. Un objetivo hacia el que dio un nuevo paso tras la victoria en un partido al que su rival llegó con vida al descanso porque el VAR corrigió un penalti señalado por Melero López ya en la prolongación. Un primer acto en el que el Elche ofreció realmente poco para lo mucho que se estaba jugando.
No hubo paso atrás en el regreso y el Atlético salió a por el segundo tanto para evitar un disgusto ante un rival que en ningún momento pareció incómodo con un solo gol por detrás porque una acción aislada, una jugada a balón parado, podía suponer el empate. Y estuvo realmente cerca del objetivo. Los de Simeone comenzaron a transmitir esa extraña sensación de conformismo que los acompaña en algunas citas y los ilicitanos adelantaron líneas sin buscarlo. La salida del campo de Lemar aumentó la posesión del equipo local, incapaz de probar a Oblak durante los 90 minutos. La entrada de Joao Félix pasó desapercibida y el partido entró en el tramo final sin decidir y con la angustia del marcador para el líder, que se salvó en un remate de Barragán desde el área pequeña. La oportunidad más clara de los de Escribá antes de que Fidel desperdiciara un penalti en el último minuto por una mano infantil de Llorente que emborronó su buen partido. El Atlético sigue en lo más alto a su estilo, sufriendo.