La Virgen de Araceli vive su día grande en la iglesia de San Mateo
▶ El obispo preside la solemne función que culmina los cultos de la patrona
El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández González, presidió en la mañana de ayer la solemne función religiosa en honor a María Santísima de Araceli, acto central de las Fiestas Aracelitanas de este año. Es la celebración fundamental de los cultos que se ofrecen en honor de la patrona de Lucena y del campo andaluz.
Durante la misa, el obispo envió un mensaje de fe y esperanza «en estos tiempos difíciles». Destacó que «hemos amanecido crecidos porque Lucena tiene una madre que se llama Araceli, tiene una madre que es la Madre de Dios y nos sentimos protegidos, alegres y contentos».
Además, insistió en enviar un mensaje de esperanza señalando que «el final no es un muro impenetrable, sino que el futuro es una vida feliz con Dios y con María Santísima, nuestra Madre».
Ladillo
En su intervención en la parroquia de San Mateo de Lucena, Demetrio Fernández hizo referencia a los agricultores y al cuidado que prestan a sus cosechas para resaltar la importancia de «realizar buenas obras en la familia, en el trabajo y en tus relaciones porque hacen que tengas un corazón abierto y solidario a las necesidades de los demás».
El obispo finalizó su intervención haciendo mención a la celebración del año josefino y destacando la figura de San José como padre que «compartió
El obispo de Córdoba, durante la consagración en la misa
con María vida, fatigas y familia, la Sagrada Familia».
Pidió así a San José y a María Santísima de Araceli que «protejan a todas las familias sobre todo en esta situación en la que estamos sufriendo tantas dificultades en los matrimonios, laborales y sociales». Demetrio Fernández insistió en la oración para proteger a la sociedad en la dificultad de este tiempo.
La celebración de la solemne función religiosa ante María Santísima de Araceli contó con la participación de la Coral Lucentina, que interpretó la ‘Misa del Campo Andaluz’, del maestro Antonio Villa Álvarez junto al pianista Víctor Nájera.
Lucena celebró así a su patrona en un año en que no pudo salir a las calles por segundo año consecutivo. Las fiestas están condicionadas por la pandemia del coronavirus, pero los lucentinos pueden volver a rezar a su patrona en la iglesia de San Mateo. Lo único que no se puede celebrar en estos días son los tradicionales traslados de la Virgen desde su santuario hasta la ciudad de Lucena y las procesiones por las calles.
Oración
Demetrio Fernández pidió a la Virgen que «proteja a todas las familias, sobre todo en esta situación»