INCERTIDUMBRE CLIMÁTICA Y VOLATILIDAD ALCISTA
«Seguimos viviendo un auténtico rally de volatilidad en los mercados del cereal»
AAnte los ruegos de agricultores y ganaderos, entre los que me incluyo, por fin llegan las ansiadas lluvias. Hace un mes escuché decir a un presidente de una cooperativa amiga que el año está viniendo cortito de agua pero siempre ha terminado llegando como «lluvias quirúrgicas». Pues bien, esta vez, de manera generalizada han llegado cuando ya estábamos en la UVI, esperemos que el campo, una vez más, se salve mucho más de lo que se augura por los mentideros cerealistas.
Por el lado positivo, seguimos viviendo un auténtico rally de volatilidad en los mercados, con una consolidación al alza. Las razones principales las achacaría a la incesable demanda china y a problemas climatológicos en cada vez más regiones del mundo. Esta situación que se podría decir que no tiene precedentes, para más inri, parece estar alimentada por la especulación. Total, echar gasolina al fuego.
Respecto al estado de los cultivos, es muy lógica la preocupación que tienen los agricultores por las calidades que nos puedan deparar los trigos esta campaña. Lo que parece claro es que un año que iba para sobresaliente se ha empeorado en los últimos dos meses y veremos a ver si salvamos el aprobado. Además, hay que apuntar que nuestros secanos han recibido un abonado importante por cómo venía el año, pero una vez más, la primavera es la parte más importante del ciclo productivo, y eso no lo podemos obviar.
El girasol, al tener un ciclo productivo diferente, con siembras más tardías y raíces pivotantes, no le ha afectado de momento tanto la falta de agua primaveral como a los cereales de invierno.
Por la parte de los mercados va todo sobre ruedas porque, según apuntan los mercados de
Cultivo de trigo
futuros y las cotizaciones en los puertos de los cereales de invierno, podríamos tener unos precios históricamente altos durante todo el 2021. Incluso diría, que como los stocks nacionales, a nivel general de todos los actores van a terminar bajo mínimos, no debería haber bajada de precios significativa ni siquiera con la presión de la propia cosecha.
Una situación diferente marcan los mercados de futuros del girasol, en donde hay un importante inverso bajista en los precios a partir de octubre. A día de hoy, apostaría a que el girasol será la sorpresa más agradable del año agrícola en cuanto a precio diferencial con respecto a la media de los últimos años.
Lo que está claro es que el sector cerealista depende de muchas variables, pero las dos más importantes que son las precipitaciones y los precios, normalmente van en dirección contraria para el interés de los agricultores. Si hay buena cosecha, el precio se resiente y al contrario, los toreros han de lidiar los buenos y los malos, así que este año tendremos que capear «la de cal y la de arena».