Vuelve la Fiesta a Las Ventas

▶ En una tarde de emociones, triunfan rotundamente El Juli, Diego Ventura y los toros de Garcigrande y El Capea

La mejor noticia es que han vuelto los toros a Las Ventas, en una tarde de emociones, con el aforo permitido: seis mil personas. Salvo Enrique Ponce, por la flojedad de sus toros (nada menos que tres ha tenido que recibir), todos los diestros han tenido lucidas actuaciones. Destacan los triunfos rotundos de El Juli y Diego Ventura, que cortan dos orejas a los mejores toros, de Garcigrande y El Capea. Un trofeo obtienen también Manzanares, Perera y el novillero Guillermo García.

Madrid celebra el Dos de Mayo con un festejo taurino. Así era ya en 1808: una fiesta de la libertad, una fiesta popular, de todos. De todos los que desean libremente asistir, a nadie se le impone. Así debe seguir siendo. Acierta la Comunidad de Madrid al abrir de nuevo Las Ventas, después de año y medio. Concluir así la campaña electoral le puede dar votos a la presidenta pero también, quitárselos: es una apuesta valiente. Por la mañana, se descubre un azulejo en honor de César Palacios, el pintor-arenero.

Me gustan mucho los festivales pero el cartel debe tener algo más de imaginación: por ejemplo, con algún diestro retirado, junto a los jóvenes que más ilusionan. Se ha apostado por lo seguro, las primeras figuras, las que podíamos ver en todas las ferias. No cabe olvidar que, en un festival, la exigencia es menor: las reses pueden estar despuntadas; además, al ser de varias ganaderías, cada diestro ha elegido su toro y su sobrero, no hay sorteo. Y el público, consciente de la finalidad benéfica, se muestra más benévolo; esta vez, mucho más, por el hambre de volver a ver toros en Madrid.

Algunas preguntas son inevitables: ¿Por qué puede haber un festival en Las Ventas y no una serie de corridas, una semana después? ¿Por qué se autoriza un aforo justamente del 40%, acercándose pero sin llegar al 50%, que permitiría –y obligaría– a anunciar la Feria de San Isidro?... Son arcanos tan difíciles de aclarar como el recibo de la luz o el trabajo de Pablo Iglesias en las residencias de ancianos...

Un toro pronto y noble de Capea propicia la faena completa de Diego Ventura, impecable, sin un fallo: los quiebros ceñidos, los cites muy en corto, el galope de costado, la lidia sin cabezada... El rejón de muerte en todo lo alto