Inspección
Instalaciones del Puesto de Control Fronterizo del Puerto de Algeciras, con las zonas de inspección de mercancías que entran y salen de la UE. A la derecha, un operario revisa un envío de pescado congelado
del día y todos los días del año. El tráfico con Marruecos obliga a ello para poder dar salida a las importaciones que consisten principalmente en productos frescos, como fruta, verdura, pescado, incluso viveros de marisco vivo. «Se trata de una mercancía muy perecedera que no puede estar horas en el puerto. Es necesario por tanto contar con este servicio para que cuando entren los camiones, sea la hora y el día que sea, se puedan despachar y darles salida», aclara.
A los descomunales volúmenes de mercancías se añade además otra complejidad, los cambios de normativa en los últimos años. «En importación ha habido bastantes cambios en los últimos años. La normativa comunitaria cada vez se vuelve más exigente y se tiende a incrementar los controles, todo ello para redundar en la seguridad alimentaria y evitar la introducción de plagas o enfermedades en territorio comunitario», indica Sánchez.
Un ejemplo es lo que ha ocurrido con los productos vegetales. Antes sólo estaban sujetos a control fitosanitario algunos, pero en la actualidad todos salvo cinco: banana, piña, coco, turión y dátil.
Al intenso tráfico con Marruecos se suman los procedentes de Asia, Sudamérica o Estados Unidos debido a la geoestratégica situación del puerto de Algeciras, a su conectividad y a los servicios que ofrece. «Nos llegan contenedores de todas partes del mundo porque Algeciras es la encrucijada de las rutas más importantes del tráfico marítimo internacional», añade la coordinadora del PCF.
La crisis sanitaria creada por el Covid-19 ha interrumpido el tráfico de pasajeros en el puerto de Algeciras, incluso la Operación Paso del Estrecho (OPE) quedó suspendida el pasado verano. Sin embargo, el tráfico de mercancías no ha cesado y el transporte de mercancías se ha revelado como esencial cuando casi toda la actividad quedó paralizada por el confinamiento.
Así, en el PCF de Algeciras, los indicadores han subido en el último año: «Lejos de bajar hemos crecido. Uno de nuestros servicios principales, el de Sanidad Exterior, se ocupa de los alimentos de consumo humano y esto se incrementó porque había una demanda importante. Llegaba muchísima mercancía y tuvimos que estar trabajando al mismo nivel. Estuvimos aquí dándolo todo. Los inspectores hicieron un trabajo impresionante en unos momentos de tanta incertidumbre y confinamiento. Había que garantizar el abastecimiento de estos productos y el PCF no podía parar», destaca.
Sólo ha habido un servicio que bajó el año pasado, el de Sanidad Animal, algo que tiene su explicación: «Cada año crecemos pero este año hemos descendido. Algeciras es un punto clave de tránsito de caballos porque hay muchos concursos y competiciones en Marruecos, y también muchos equinos de África que vienen a concursar a Europa. Todo eso se eliminó de raíz».
Otro efecto de la pandemia ha sido el incremento de los productos vegetales, sobre todo fruta y verdura, respecto al año anterior.
Y al reto que ha supuesto la pandemia se suma el Brexit, algo que debido a la moratoria actual aún no se ha dejado sentir, al margen de que el tráfico de Reino Unido en este puerto no es importante respecto al de otros países. Sí le toca mucho más de cerca Gibraltar. «Al ser Reino Unido un tercer país, hay que hacer un control a la entrada y salida de la UE. En el caso de los productos de Reino Unido que van a Gibraltar, el control de entrada lo hacen en Calais cuando entra por Francia y a la salida lo hacemos nosotros, que es comprobar que esa mercancía procede de allí y verificar el precinto para que luego sea llevado en ferry hasta Gibraltar y no por carretera como antes. Una vez que la mercancía sale de la UE tiene que llegar directamente a su destino y la única forma de hacerlo en nuestro caso es por barco».