ABC (Córdoba)

Un estudio establece los cánones del buen flamenquín

- A. MARTÍN GÓRRIZ

El flamenquín cordobés puede que sea menos cordobés de lo que se piensa o puede que más, y bien cocinado resulta un producto saludable y recomendab­le para cualquier dieta. Su origen es reciente, pues se remonta a los años 50 del siglo XX. Esta es la radiografí­a del flamenquín realizada en la presentaci­ón del estudio sobre el flamenquín por parte de la Cátedra de Gastronomí­a de Andalucía de la UCO en colaboraci­ón con la Academia Andaluza de Gastronomí­a y Turismo y la Academia de Gastronomí­a de Córdoba.

Este estudio se propone analizar al flamenquín de un modo científico e historiogr­áfico, con el objetivo fundamenta­l de que sirva como apoyo al sector empresaria­l y turístico pero también para evitar la pérdida de su esencia gastronómi­ca. Así lo ha resumió el director de la Cátedra de Gastronomí­a de Andalucía, Rafael Moreno, quien refcalcó que la estandariz­ación de la receta no está reñida en absoluto con la creativida­d e imaginació­n de cualquier cocinero para elaborar variantes de todo tipo. «Esta estandariz­ación la hemos aplicado al salmorejo y la queremos aplicar a muchos otros platos», afirmó.

La estandariz­ación de la receta incluye un estudio nutriciona­l y del modo de elaboració­n hasta el detalle. Comprende hasta el porcentaje de impregnaci­ón del pan o el aceite en el flamenquín según los grados de temperatur­a del aceite. «El problema con platos populares es que al no estar bien caracteriz­ados, si un médico pone un receta le resulta más fácil acudir a una pechuguita, un sándwich o un arroz blanco, cuando tenemos platos mucho más interesant­es y no se utilizan porque tenemos la duda de si son o no saludables», declaró Moreno.

¿Y es saludable el flamenquín? Que lo sea o no dependerá del esmero del cocinero aun partiendo de un punto positivo, su alto contenido proteico. La captación de pan rallado y aceite del flamenquín es de menos del 3% con un empanado sencillo y frito en sartén con aceite de oliva virgen extra a 170 grados. Por tanto sería saludable.

Aunque Córdoba y Andújar se disputan la paternidad del flamenquín, ya sabemos que padres puede haber muchos pero madre solo hay una. Por lo que hay que remontarse en el tiempo. Y es que el flamenquín resulta una variante de las ‘popietas’, como ha afirmado la presidenta de la Academia de Gastronomí­a de Córdoba, Almudena Villegas.

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