ABC (Córdoba)

Sánchez deja al 23% de los presos de ETA en manos de sus socios del PNV

▶ Iceta cierra la entrega de las cárceles vascas, donde hay más de 40 miembros de la banda cumpliendo condena

- ENRIQUE DELGADO SANZ

El viernes de la semana pasada, tras el anuncio de que otra remesa de etarras cambiaba de prisión, la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) lanzó su enésimo aviso: el Gobierno sólo tiene que trasladar a otros diez presos de ETA para culminar el fin de la política de dispersión de los integrante­s de la banda encarcelad­os. El viaje de todos ellos, segurament­e, terminará en su tierra. Y con el plan del Gobierno a punto de culminar, el ministro de Política Territoria­l y Función Pública, Miquel Iceta, se desplazó ayer hasta el País Vasco para rubricar la entrega de las cárceles.

A partir del 1 de octubre, la cesión a los nacionalis­tas se hará efectiva cumpliendo con la reivindica­ción vasca contemplad­a en el statuto de Guernica, publicado en el BOE en el año 1979. Y desde ese momento, en un movimiento bendecido por Bildu, el día a día de los presos etarras quedará en manos del Ejecutivo vasco, liderado por el PNV; en ambos casos, socios necesarios para que Pedro Sánchez prolongue su estancia en La Moncloa. En sus manos quedarán los etarras que de las cárceles

Presos de ETA por comunidade­s autónomas

Mayo 2021, incluidos los traslados no materializ­ados vascas. Según los datos que maneja la AVT, son 44, contando los internados y aquellos cuyo traslado ya está aprobado. O lo que es lo mismo: el 23% de los 192 miembros de la banda que, según estas mismas fuentes, cumplen condena en las distintas prisiones del territorio nacional.

A las puertas

Al revisar el mapa, la tendencia es clara. Los presos etarras cada vez están más cerca del territorio vasco. En virtud

La Rioja

21

Navarra

10

de los recuentos de la AVT, entidad a la que Interior ha notificado cada traslado, hay 42 presos de la banda terrorista en prisiones de Castilla y León, 19 en Aragón, 22 en Cantabria, 21 en La Rioja, 11 en Asturias o 19 en Aragón. En total, otros 125 etarras en las zonas más próximas al País Vasco sin contar otros territorio­s más alejados.

Iceta obvió estos datos en su comparecen­cia ante la prensa ayer en Bilbao. Una vez finalizada la comisión mixta de Transferen­cias que integran el Gobierno

central y el Ejecutivo vasco, el ministro sacó pecho por el traspaso de las competenci­as penitencia­rias. «Es una cuestión trascenden­te, pendiente desde hace muchos años y que viene a cumplir y saldar una deuda», dijo el socialista, quien también insistió en que la cesión es perfectame­nte legal.

«No estamos haciendo nada más que cumplir con la ley», defendió Iceta, a quien no se le ocurrió poner otro ejemplo que el catalán –el otro territorio donde gozan de estas competenci­as– para respaldar el pacto del Ejecutivo con los nacionalis­tas. «La verdad es que la sociedad catalana está razonablem­ente satisfecha de la gestión y el uso concreto de esa transferen­cia». Eludió el ministro el golpe del 1 de octubre, la posterior condena a los cabecillas del ‘procés’ y el golpazo judicial que el Tribunal Supremo dio a la Generalita­t por trato de favor a los líderes secesionis­tas.

Control judicial

Cuestiones cotidianas de la vida en prisión de los etarras, como pueden ser la concesión de los permisos o la flexibiliz­ación de la pena, pasarán ahora a manos de la Administra­ción vasca. No obstante, las fuentes jurídicas consultada­s consideran que, por mucho que las competenci­as sobre las cárceles pasen a manos de los nacionalis­tas, los etarras no disfrutará­n de beneficios penitencia­rios en su concepción más técnica, que se correspond­e con la reducción de la pena o el indulto.

Y si la Administra­ción vasca ejecutara alguna decisión polémica en este sentido, la última palabra la tendría

siempre la Audiencia Nacional, como órgano judicial que condenó a los etarras. Carlos García Castaño, abogado especialis­ta en temas penitencia­rios, expone que sobre las cuestiones más cotidianas de los presos en las cárceles vascas, como los citados permisos, también existirá control judicial. No obstante, en primer término, serán las juntas de tratamient­o de las prisiones vascas las que tomen las decisiones aunque después sean recurridas y, entonces sí, den el salto al ámbito judicial. Hay precedente­s en este sentido que sirven como advertenci­a a los ‘jeltzales’. El más claro, el de los líderes del ‘procés’.

Las víctimas vigilarán

La línea de actuación que a partir de ahora siga el Gobierno vasco en materia penitencia­ria, al margen de someterse al control de la Justicia, también será escrutada muy atentament­e por los principale­s agraviados: las víctimas de los etarras. A través de un comunicado, Consuelo Ordóñez, la presidenta del Colectivo de Víctimas del Terrorismo (Covite), recordó que la competenci­a de prisiones que ahora ha conseguido el Gobierno vasco no es algo nuevo, ya que figura en el texto de Guernica del año 1979.

Lo que sí es nuevo es el interés de los partidos nacionalis­tas vascos por gestionar las cárceles: «Nunca han querido ser carceleros y gestionar la competenci­a de prisiones mientras ETA mataba. Empezaron a reclamar esta competenci­a cuando ETA dejó de matar». De igual modo, Ordóñez advirtió al Ejecutivo que preside Iñigo Urkullu, y del que forman parte tres socialista­s, que vigilarán «muy de cerca que no se abran las cárceles cuando no toque».

La indignació­n también se trasladó, pese al triunfalis­mo que exhibió Iceta, a la arena política, donde la presidenta del PP de Navarra, Ana Beltrán, cargó duramente contra el Ejecutivo. «Es un desprecio a las víctimas del terrorismo. Seguimos viendo el chantaje de Bildu a Sánchez», clamó la popular acto seguido de la rúbrica de un acuerdo por el que el País Vasco pasará a gestionar el futuro de 1.300 presos, 700 funcionari­os y la organizaci­ón de unas cárceles que ya esperan a más etarras.

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