Bruno Patino (Arte) «España no es un caso perdido»
Francés de padre boliviano, Bruno Patino preside la cadena Arte y sueña con cuadrar el círculo: en sus libros alerta de nuestra dependencia hacia las pantallas, pero su trabajo es ganar público para su canal, también presente en internet y las redes sociales. «Hay un lado paradójico», admite, «pero no tan fuerte». «Desde que trabajo en los medios –antes lo hizo en la digitalización de ‘Le Monde’ y France TV–, intento modestamente que todos tengamos una relación normal con las pantallas, siempre desde medios que desarrollan ofertas de emancipación y no de adicción».
En Arte, cadena francoalemana gratuita que emite en seis idiomas, incluido el español, el gran propósito es no quedarse en el reducto intelectual de una minoría. «La cultura debe ser accesible. Nuestra obsesión es llegar a todos. Ningún programa puede ser demasiado críptico».
En Arte no faltan programas como ‘Humor viral’, con chistes sobre el coronavirus. ¿Son concesiones? ¿Podrían estrenar incluso algún ‘reality’, aunque fuera literario? «No, no. Siempre vamos a ser una cadena cultural. Nunca haremos ‘reality shows’ o programas de choques de opinión.
Bruno Patino, presidente del canal Arte
Cuando digo que todo debe ser accesible significa que hay mil maneras de hablar de cultura y presentarla. Eso no supone en absoluto un cambio de identidad. A los equipos de los documentales siempre les digo que lo nuestro no es escapar a la complejidad, sino hacer el trabajo necesario para que todos la comprendan».
¿Cómo responde el público español? «En España tenemos una buena oferta, pero debemos incrementar su peso, el número de programas. Lo haremos muy pronto, con una cadena en Youtube de grandes documentales, y seguiremos incrementando la oferta día a día. En Francia, los resultados son espectaculares. En nuestro canal lineal la audiencia ha aumentado un 30% en tres años, en la plataforma digital ha crecido un 60% en un año y en las redes sociales se ha duplicado en estos doce meses. Cuando uno aporta cultura y calidad, el público responde».
¿Los españoles somos un caso perdido? «No, para nada. Como cada pueblo europeo, España tiene sus especificidades, pero ningún pueblo, ni el francés o el alemán, son casos perdidos o desesperados. Los españoles tampoco. Los resultados son muy buenos y estoy seguro de que la posibilidad de desarrollo en España es muy fuerte para la oferta de Arte».
R.U.-EE.UU. 2012. Thriller-Acción. 137 min. Dir.: Sam Mendes. Con Daniel Craig, Judi Dench, Albert Finney, Javier Bardem, Ralph Fiennes.
22.30 La Sexta
s difícil no simpatizar con Ágatha Ruiz de la Prada desde que cometió la genialidad de ir a firmar su divorcio en burka. Con humor similar, acudió al ‘Deluxe’, donde contó su tránsito sentimental de Luismi a Luis; de Luismi Rodríguez, ‘El chatarrero’, a Luis Gasset, fino experto en arte.
En la entrevista tuvo otra genialidad. Diseccionó la ruptura amorosa: por un lado, la ruptura técnica, la autoría material (que fue suya); por otro, la «autoría intelectual de la ruptura», culpa de Luis.
Parece que Ágatha prefiere a Luismi, un hombre-hombre al que «lo que más le gusta en el mundo son las mujeres». «Su trabajo, las mujeres y los toros»; lo que recuerda a aquella pancarta en Old Trafford que imitó Bale para reírse de la prensa madrileña: «United. Kids. Wife. In that order».
A Luismi las mujeres se le dan bien porque les dedica mucho tiempo. No pierde un minuto en libros, arte o cine. Va todo al turrón. Además parece tener la sabiduría de Mencken, para quien el amor era solo el engaño
Luismi, ex de Ágatha, responde a la trilogía ibérica: trabajo, mujeres y toros
La tercera entrega de la saga Bond con Daniel Craig llegó con dos años de demora a causa de la crisis económica de MGM, lo que la hizo coincidir con el 50 aniversario de la serie. Sin parecerse a ninguna, la película tiene espíritu de homenaje y a la vez de renacimiento, con cierto afán por conocer los oscuros recovecos del alma del héroe al moderno estilo del Batman de Nolan. Los guionistas viajan al pasado para reconstruir la relación de 007 con M, lo que da a Judi Dench la oportunidad de desplegar su talento, destacando también el gran villano compuesto por Javier Bardem y la gran fotografía de Roger Deakins. Oscar a canción y montaje de sonido, entre otros premios. de creer que una mujer es distinta de otra. Es como si hubiera un continuo humano, una sustancia llamada mujer que hay que tener cerca.
Por eso a los toros Luismi no iba a ir solo, y se presentó con Samira Jalil, tronista y «pibón de yate» (según propia definición) a la que Telecinco, cadena feminista, hizo llorar con insinuaciones sobre su simpatía por los ‘yayos’. «Muy fina no es», deslizó Ágatha antes de hablar de ecologismo. En el ‘Deluxe’ ya no preguntan por mortero o monedero, ahora los invitados tienen que elegir algún tema de la Agenda 2030. Ágatha dijo vivir un «dilema terrible» en los toros, un «dilema horroroso». Las señoras de una cierta posición usan estos adjetivos de un modo único. Cuanto más intensa es la palabra, más la ablandan, más ‘snoopy’ la hacen, hasta sonar como en cursiva. Horroroso es el reverso del ya explotadísimo ‘maravilloso’. Lo feo o desagradable para ellas es fatal, terrible, horroroso, espantoso o incluso terrorífico. Es como si vivieran en busca del superlativo. En realidad, lo superlativo les pertenece. Son adjetivos que sólo ellas deberían usar. En boca de la bella Samira sonaría distinto y le llamarían cualquier cosa en Telecinco.