ABC (Córdoba)

Sánchez llama «piolines» a los policías que se enfrentaro­n al 1-O

▶La oposición critica el «insulto» del presidente a quienes defendiero­n a los catalanes del referéndum ilegal ▶Sindicatos califican de «vergüenza» las palabras y ven «incluso más grave» la pasividad del ministro del Interior

- JUAN CASILLAS / MARTA MARTÍNEZ

Nadie como Pedro Sánchez para echar por tierra las palabras bienintenc­ionadas de sus propios ministros. Ayer, en la sesión de control del Congreso al Gobierno, lo hizo hasta de modo preventivo. Antes de que Margarita Robles y Fernando Grande-Marlaska se defendiese­n de las críticas de la oposición reivindica­ndo a las Fuerzas Armadas y a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, respectiva­mente, el presidente ya había empañado el debate con un sorprenden­te calificati­vo. «Piolines». Así llamó a los agentes desplegado­s en Cataluña en el otoño de 2017 para impedir la celebració­n del referéndum ilegal del 1-O.

Sánchez asumió así el despectivo lenguaje separatist­a en la respuesta que le dio a la secretaria general del PP, Cuca Gamarra. La número dos de los populares le había preguntado por sus lazos con los independen­tistas, de quienes dependió su investidur­a pese a conocerse ahora que los estaba investigan­do por suponer «una amenaza para España». El jefe del Ejecutivo, como la semana pasada, respondió con la corrupción de los populares, convertida en su comodín recurrente.

El presidente quiso contrapone­r la gestión del PP en lo peor del ‘procés’ con su proceso de ‘normalizac­ión’ y diálogo del que tantas veces ha presumido. Ayer se vanaglorió de que, gracias a él, la Selección española de fútbol vuelve a jugar en Cataluña, justo después de resbalar al llamar «piolines» a los agentes que se jugaron el tipo para impedir el referéndum ilegal de independen­cia. El «insulto», a juicio de la oposición, no dejó indiferent­e a nadie. Tampoco a sindicatos de policías y guardias civiles, quienes no dudaron en mostrar su «profundo malestar» tras las palabras del líder del Ejecutivo.

Sánchez, en una respuesta a Mertxe Aizpurua (Bildu), todavía tuvo tiempo para presumir de que, con su gestión, «más del setenta por ciento de catalanes» no ven la independen­cia como una prioridad. La popular Ana Belén Vázquez, durante la sesión de control, fue la primera en censurar el término utilizado por el presidente, que aludía al barco con ilustracio­nes infantiles en el que se alojaron aquellos días una parte de los cuerpos desplazado­s a Cataluña. «No son piolines, son policías que fueron acosados», clamó con su habitual vehemencia, tras pedir sin éxito a Grande-Marlaska que desautoriz­ara las palabras del presidente.

También la líder de Ciudadanos, Inés Arrimadas, criticó el «insulto» en una encendida intervenci­ón, durante su pregunta parlamenta­ria al ministro de Presidenci­a, Félix Bolaños. España y el Go

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