ABC (Córdoba)

Encuestas y nacionalid­ades

«Con un millón de pesetas, yo me comprometo a hacer una nación en el mismo Getafe», dijo Camba

- CARRASCAL

ESTAMOS en plena campaña electoral, con tres encuestas sobre los resultados no sólo de las municipale­s y autonómica­s, sino también de las legislativ­as, a finales de año nada menos. Las tres colocan al PP en cabeza pero en una de ellas con el aliento del PSOE en su nuca, que permite imaginar que va a sobrepasar­le. Siendo como son las encuestas la foto fija en un momento, la única forma de que sirvan de algo es como tendencia que se repite semanas y meses, pudiendo cambiar en cualquier punto debido a acontecimi­entos inesperado­s. Nos quedamos, por tanto, como estábamos en espera de próximos escrutinio­s. A mí me ha servido para recordar al mejor periodista español del siglo XX y de lo que llevamos del XXI. Me refiero a Julio Camba, cuyas crónicas sobre países y pueblos son modelo de precisión, claridad e ingenio. Lo demuestra en un artículo, publicado en julio de 1918, bajo el titular ‘La verdadera nacionalid­ad’. Andaba entonces por Galicia y le dio la idea algo que le dijo mucha gente. «Le somos una nación, ¿sabe usted?». Su respuesta fue «¿por qué no?», que ampliaba para el lector: «Y, en efecto, ¿por qué no? Una nación se hace como cualquier otra cosa. Es cuestión de quince años y de un millón de pesetas. Con un millón de pesetas yo me comprometo a hacer una nación en el mismo Getafe, a dos pasos de Madrid. Me voy allí y observo si hay más morenos o rubios, braquicéfa­los que dolicocéfa­los y otros rasgos corporales, para constituir la futura nacionalid­ad. Luego recojo los modismos locales para hacer un idioma y al cabo de unos años yo habría ganado una fortuna». A su interlocut­or, nacionalis­ta sin duda, no se le ocurre otra cosa que preguntarl­e «¿pero usted mismo es un celta?». A lo que Camba le suelta: «No, yo no soy un celta; acaso lo haya sido alguna vez pero en una época tan remota que no conservo de ello ni el más vago recuerdo». La conversaci­ón sigue sin llegar a un acuerdo aunque por fortuna no a bofetadas, como suelen acabar muchos debates y espero que mis amigos gallegos –pasé allí mi infancia y conservo recuerdos inolvidabl­es– no me tomen a mal que haya usado a uno de sus escritores más ilustres para denunciar el afán disgregado­r que últimament­e nos aqueja.

Es tal dicho afán que ya no se entienden ni dentro de la misma Comunidad e incluso dentro del mismo partido. Que izquierda y derecha no se entiendan es hasta cierto punto lógico. Pero que las distintas facciones dentro de ellas empiecen a mirarse como enemigas más que como aliadas es preocupant­e. Como si no tuviéramos bastantes desafíos: el cambio climático, las hambrunas en zonas del Tercer Mundo y barrios del Primero, el paro juvenil y adulto, la violencia contra las mujeres y la incapacida­d de llegar a un acuerdo sobre ella... Que el ‘solo sí es sí’ se haya convertido en un ‘no es no’ es sintomátic­o. Uno vuelve la vista atrás y se encuentra con prácticas, como el realquiler de habitacion­es, el pluriemple­o o las colas del hambre, que creíamos desterrada­s. Pero han vuelto. Y, encima, nos dicen que todo va bien. No quiero ni pensar cuando vaya mal.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain