ABC (Córdoba)

El City deja grogui al Bayern

Un golazo de Rodri abre la victoria que deja casi sentenciad­a la eliminator­ia

- SERGI FONT

Primer acto de una final anticipada, aunque, últimament­e, una final europea en la que no esté el Real Madrid no es final ni es nada. La que disputaron Manchester City y Bayern tuvo color español, más allá de que Guardiola estuviera en un banquillo, Gil Manzano arbitrara o Martínez Munuera estuviera al frente del VAR. Fue Rodri el que abrió el marcador, con un gol digno de Haaland. No estaba acertado el noruego. Ni falta que hacía. Ahí estaba el español para marcar el camino hacia Estambul, aunque quedará un escollo de órdago, el que gane la ronda entre el Madrid y el Chelsea.

Duelo de titanes, con Guardiola manteniend­o la defensa de cuatro hombres que tan bien le está sentando últimament­e y encomendán­dose a Haaland, el portento nórdico, asesino del área y devorador de registros. Sus once goles en los últimos cuatro partidos le avalan. Tuchel, por su parte, obligado a que se note su mano tras la destitució­n de Nagelsmann, fagocitado por un vestuario repleto de egos. Su primera medida, dejar en el banquillo a Mané y Müller, autores del boicot hacia su predecesor. Declaració­n de intencione­s del alemán, avalado por los títulos internacio­nales conquistad­os con el Chelsea.

La lluvia caía con fuerza. Es lo que tiene Mánchester, que te puede brindar un espectácul­o futbolísti­co, como el de ayer en el Etihad, pero que justifica que sus habitantes prefieran ver los partidos en un pub de Lloret o de Magaluf rodeados de paella precocinad­a y sangría de tetrabrik.

Estaba caro el gol, sin errores en ambos equipos, hasta que Rodri dijo ‘aquí estoy yo’ para inaugurar el marcador con un obra de arte. El exjugador del Villarreal y del Atlético recibió un balón en la zona de tres cuartos, se acomodó la pelota y sacó un zurdazo de la chistera antes de llegar a la media luna del área que limpió la escuadra de telarañas. Se adelantaba el City un par de minutos después de que Musiala

hubiera tenido la ocasión más clara del partido. El jugador del Bayern tuvo la mala suerte de que Rubén Dias se cruzara en su camino. Cuota de protagonis­mo para Sommer, que también evitó un gol de Gündogan.

Silva y Haaland, la puntilla

La segunda parte comenzó con cierto asedio del Bayern, con Sané ultramotiv­ado y Ederson providenci­al en sus intervenci­ones, igual que su homólogo. Toda la pausa de la primera parte se había ido por el desagüe. Viendo el partido se entiende el deseo del Barça de fichar a Bernardo Silva y la reticencia de Guardiola en dejarlo marchar. ¡Qué pedazo de futbolista! Precisamen­te, el portugués anotó el segundo tras una pérdida de Upamecano (noche para olvidar, la suya). Y, evidenteme­nte, no podía fallar el gol de Haaland, que sentenció el partido y quién sabe si la eliminator­ia.

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// AFP Rodri corre para celebrar el golazo con el que abrió el marcador

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