Laporta dará al fin explicaciones por el caso Negreira
El Barcelona ya ha agendado la esperada rueda de prensa de Joan Laporta para explicar y dar su versión sobre el caso Negreira. Finalmente será el próximo lunes, 17 de abril, a partir de las 11.00 horas, en el Auditori 1899. El anuncio de la presencia del dirigente llega justo después de que el Consejo Superior de Deportes oficializara su decisión de personarse en la causa, que está instruida en el Juzgado de Instrucción número 1 de Barcelona. «Ya iba siendo hora. Es importante que Laporta venga a la Asamblea del día 19 y hable también con el resto de los clubes», señaló ayer Javier Tebas, presidente de LaLiga, tras conocer la fecha de la comparecencia del presidente azulgrana.
En su momento, el Barcelona informó que había encargado una auditoría interna a través del área de Compliance y de un bufete de abogados externo al club y que posponía cualquier valoración hasta tener todos los datos en la mano. Parece ser que estos datos ya están en poder de la directiva, que ha decidido darlos a conocer públicamente.
Joan Laporta siempre ha defendido la inocencia del club en este caso, asegurando que el Barcelona nunca había comprado árbitros y amenazando con ir a juicio contra cualquiera que pusiera en duda la honorabilidad de la competición y de los títulos conseguidos desde que en 2001 se iniciara esta relación con José María Enríquez Negreira, que entonces ya era el vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros. En las declaraciones que realizó ante la Agencia Tributaria, el exárbitro explicó que los pagos que el Barcelona le realizaba por una serie de informes sobre los colegiados que le pitaban en sus diferentes partidos tenían como finalidad la de asegurarse una cierta neutralidad en sus decisiones.
El presidente azulgrana, que estaba esperando este informe interno y las conclusiones de los abogados externos, realizó una petición a los presidentes de la UEFA y de la FIFA, que habían deslizado la posibilidad de sancionar al club. Laporta les pidió que no prejuzgaran al Barcelona antes de que pudieran defenderse y que esperasen a la resolución de la Justicia ordinaria, ya que el mandatario entendía que no había ninguna prueba que incriminara al Barça de haber comprado a ningún árbitro ni de manipular la competición.