Dos goles en propia puerta salvan al Sevilla
Los andaluces reviven tras una malísima primera parte y dejan la eliminatoria abierta para el Pizjuán
Los milagros en el fútbol suelen ser más comunes que en la vida real. Solo así puede explicarse el empate que arrancó ayer el Sevilla en Old Trafford. Dos goles en propia puerta del equipo inglés cuando la eliminatoria parecía decidida y se vislumbraba una goleada de los ‘red devils’, que a los veinte minutos ya iba ganando dos a cero tras sendos zarpazos de Sabitzer, confirman la mística en la que se envuelve el hexacampeón de la Europa League cuando suena el himno de la competición. Supo rectificar a tiempo Mendilibar su sorprendente planteamiento inicial y se confió Ten Hag dando descanso a tres pilares cuando aún faltaba media hora de juego.
El debut europeo de Mendilibar en el Teatro de los Sueños apuntaba a pesadilla. Quiso innovar el técnico del Sevilla y el invento le salió mal. Prescindió en el once inicial de titulares como En-Nesyri o Bade salió a jugar sin un delantero de referencia. Tal vez se olvidó que enfrente tenía al Manchester United, uno de los equipos más en forma de la Premier y de Europa, o se vio presionado por su situación en la Liga y le dio más importancia al choque del domingo en Mestalla. En cualquiera de los dos casos, fracasó el vasco en su planteamiento.
Empezó el partido con susto y no se había llegado al medio minuto de juego. Gol anulado al United por posición antirreglamentaria de Sancho. Era un aviso de lo que estaba por llegar. Y eso que Rashford, uno de los delanteros en mejor forma de Europa, lo veía lesionado desde el palco. No le hizo falta a Ten Hag la presencia del atacante inglés. Sabitzer asumió el rol gracias a la clarividencia de Antony, Bruno Fernandes o Martial. A los veinte minutos, el austriaco ya había marcado dos goles, el segundo tras un grave error de Nianzou. El equipo hispalense era un juguete roto en manos de los ‘red devils’, que colecciona víctimas de calado, el Barcelona entre otros.
Mendilibar tuvo los quince minutos del descanso para tratar de arreglar el desaguisado. Su solución fue la de apostar por Navas. Una disparo suyo fue desviado por Malacia, batiendo a De Gea. Y en el minuto 66 dio su brazo a torcer y dio entrada a En-Nesyri. Una sustitución que confirmó que los experimentos deben hacerse con gaseosa. Una jugada del marroquí lo desvió Maguire a la red. El Sevilla salía vivo, coleando y con muchas opciones de pasar una eliminatoria que tenía perdida.