El abrupto cambio de etapa de la Orquesta de Córdoba
▶El cruce de declaraciones entre el gerente y el exdirector es el último capítulo de unas tensiones crecientes que se desataron con un concierto en marzo
Difícil hubiese sido predecir en 2022, cuando comenzaron los actos del 30 aniversario de la Orquesta de Córdoba, que en apenas unos meses la formación, clave en la vida cultural de la ciudad, estaría abocada a abrir una nueva etapa tras la abrupta salida del que ha sido su director titular desde 2018, el madrileño Carlos DomínguezNieto. Tras la llegada a la gerencia de la formación de Daniel Broncano hace ahora un año, todo parecía indicar lo contrario: que se abría una etapa de trabajo conjunto con esos dos nombres al frente en los apartados gestor y artístico al menos hasta el final de la actual temporada.
La situación hoy, tras los acontecimientos que se han sucedido durante el último mes, es sin embargo que la Orquesta de Córdoba se encuentra sin director titular y por ello en la circunstancia de tener que abrir de urgencia un nuevo ciclo antes de lo previsto. Episodios complejos ya sucedieron años atrás en diversas ocasiones y situaciones dispares, aunque nunca con las tensiones que se han vivido ahora y especialmente en la semana que acaba, marcada por las declaraciones cruzadas del gerente y del ya exdirector.
El origen de la polémica pública se encuentra en el concierto didáctico que la Orquesta de Córdoba ofreció en el Góngora el pasado 15 de marzo. Han sido muchas las actuaciones de este tipo que la formación ha ofrecido a lo largo de su historia, pero ésta en concreto pasó de ser un acto idílico con niños y música clásica al inicio de un episodio gris en la historia de la formación.
Fue el Colegio de Infantil y Primaria Fernán Pérez de Oliva el que denunció un día después en su cuenta de Facebook que el director de la Orquesta había impedido que los niños con deficiencias visuales pudiesen seguir la actuación al apagar las luces y que incluso había proferido la frase «Llorones, fuera» en referencia a los pequeños con necesidades especiales que comenzaron a llorar. Lo culpaban también de haber increpado a una profesional del centro educativo y en general de ofrecer una imagen «tiránica».
A partir de ese momento la paz que ofrecía la Orquesta de Córdoba —aparente pues la tensión entre el director y buena parte de los músicos venía de antes— saltó por los aires. Primero, la formación pidió disculpas por lo acontecido, a través de una carta dirigida a los ocho colegios que habían acudido al concierto, que se calificaba como «momento fatídico». Fue el gerente, Daniel Broncano, el que explicó estas disculpas por lo que denominaban «un desencuentro», aunque dijo que en ese momento no se contemplaba ninguna sanción para Domínguez-Nieto.
Los músicos de la Orquesta, algunos de los cuales ya habían mostrado su malestar en el propio concierto, comenzaron a moverse. La sección sindical de CC.OO. se desmarcó del director y pidió que no se confundiese a la institución con la persona de Domín
Mar de fondo La polémica del concierto didáctico fue la espoleta por la que salió el malestar de buena parte de la plantilla con el entonces director
Viejos desencuentros El Comité de Empresa pidió que se renovara a Domínguez-Nieto por un año y causó malestar que el acuerdo fuera por dos
guez-Nieto. Tres días más tarde, el 18 de marzo, la Orquesta emitió un comunicado con unas breves palabras del director en las que pedía disculpas escuetas por lo acontecido.
Una relación tensa
Pero el incendio no se apagó. Como trasfondo, estaba el malestar de buena parte de la plantilla con el director. Como recuerda uno de los músicos a ABC, las fricciones habían sido frecuentes en los últimos años, algo que se había dejado notar en las encuestas de satisfacción que se realizan en la Orquesta de forma periódica. Su valoración había evolucionado de un 6 a un 3 y cuando se negoció su continuidad en 2021 sólo nueves músicos votaron a favor de la misma.
De hecho, el Comité de Empresa pidió entonces que se le renovase por un único año y por eso mismo causó malestar que la oferta que finalmente se aprobó fuese de dos, hasta 2023. La explicación que se ofrece sobre esta desafección hacia el director se achaca a su personalidad, que califican de «particular» y que según observan le volvió a jugar «una mala pasada» en el concierto didáctico del día 15 ante un auditorio compuesto por niños.
El asunto dio un nuevo giro el 28 de marzo, cuando la Orquesta anunció que se había alcanzado un acuerdo con Domínguez-Nieto para que se desvinculase de la formación. Se le agradecían los servicios prestados, su «inmenso trabajo» durante cinco años, y con diplomacia se aludía a la necesidad de abrir una nueva etapa, que comenzará con directores invitados.
Con eso parecía quedar zanjado un asunto amargo para todas las partes, pero el propio Domínguez-Nieto, ya en su condición de exdirector, reapareció esta semana con una carta que publicaron incluso los grandes medios especializados como la revista ‘Scherzo’. En ella, negaba que hubiese alzado la voz durante el concierto y explicaba que todas las acusaciones eran falsas. También rechazaba que hubiera habido acuerdo alguno sobre su cese y lamentaba el procedimiento seguido por la Orquesta, aunque agradecía a los cordobeses su apoyo y cinco años de «grandes conciertos y vivencias que recordaré siempre».
El último capítulo, como reacción a esta carta, llegó de parte del gerente, que negó las acusaciones de Domínguez-Nieto. La novedad principal que ha ofrecido Broncano es que se había hecho una nueva consulta a los músicos y ahora el 89% había votado en contra de su continuidad, algo que se ha visto reafirmado al menos en parte por las adhesiones que ha recibido el gerente por parte de integrantes de la Orquesta en las redes sociales. Es allí donde la polémica sigue creciendo un mes después del «fatídico» concierto didáctico, que en realidad parece hoy la espita que hizo saltar de forma definitiva una situación complicada que venía desde bastante atrás.
Ahora la Orquesta abre un nuevo periodo y lo hace con incertidumbre. Aunque no será algo nuevo pues han sido diversos los momentos de crisis que ha vivido la formación.
A veces por salidas inesperadas como la de Leo Brouwer, que la anunció en una entrevista sin que mucha gente lo supiese de antemano, y otras con polvareda como cuando se cesó en octubre de 2012 al histórico gerente Alfonso Osuna, figura clave en la formación durante dos décadas. También la gran crisis económica puso en un brete el futuro de la Orquesta hace ahora ya casi tres lustros, cuando cundió la idea de que podía ser un gasto adecuado para el tijeretazo en tiempos de vacas flacas.
Sea como sea, de un modo u otro, la Orquesta siempre ha sobrevivido, aunque desde hace años haya sido sin la dotación de personal que los músicos demandan de forma sistemática. También con la presión continúa de las principales administraciones que la sustentan, la Junta y el Ayuntamiento, sobre la necesidad de buscar fórmulas para que la formación pueda generar recursos propios y pueda autofinanciarse en parte. Ahora toca afrontar un nuevo reto tras una dura polémica que quizá se calme cuando al fin cesen las voces. Cuando suene la música, que según la leyenda de Orfeo, todo lo amansa.