ABC (Córdoba)

Xi Jinping promete a Zelenski un enviado especial de paz

▶El presidente chino por fin realiza la primera llamada al presidente ucraniano, desde el inicio de la guerra ▶Pekín responde a la presión de Occidente y nombra a Li Hui, exembajado­r en Moscú, para mediar

- PABLO M. DÍEZ CORRESPONS­AL EN PEKÍN

Por fin ha tenido lugar la conversaci­ón que todo el mundo llevaba tanto tiempo esperando. Por primera vez desde que estalló la guerra en febrero del año pasado, el presidente de China, Xi Jinping, se dignó llamar ayer al de Ucrania, Volodímir Zelenski, quien lleva meses pidiendo su mediación con Rusia junto al resto de Occidente.

«He tenido una larga y significat­iva charla telefónica con el presidente Xi Jinping. Creo que esta llamada, así como el nombramien­to del embajador de Ucrania en China, dará un poderoso impulso al desarrollo de nuestras relaciones bilaterale­s», anunció Zelenski en Twitter. En un comunicado posterior, añadió que la conversaci­ón había durado una hora y habían discutido «un amplio rango de asuntos bilaterale­s», con «especial atención a las formas de una posible cooperació­n para establecer una paz justa y sostenible para Ucrania». Pero dejó claro que «no puede haber paz a expensas de compromiso­s territoria­les».

Apoyar las negociacio­nes

Por su parte, la televisión estatal china, CCTV, informó de que Xi Jinping le había prometido a Zelenski que «China seguirá pidiendo la paz y promoviend­o las negociacio­nes, y hará sus propios esfuerzos para detener la guerra, cesar el fuego y restaurar la paz lo antes posible». Para ello, anunció que enviará a su representa­nte especial para Asuntos Euroasiáti­cos a Ucrania y otros países para mantener «una profunda comunicaci­ón con todas las partes sobre una resolución política de la crisis».

Tal y como confirmó después el Ministerio

de Exteriores chino, dicho emisario será Li Hui, quien sirvió como embajador en Moscú entre 2009 y 2019 y se convertirá en el funcionari­o de más alto rango en viajar a Ucrania desde el estallido del conflicto. Pero Pekín no aclaró si entre esos «otros países» que visitará figura Rusia, cuyo nombre no menciona ni una sola vez en la informació­n oficial.

En su conversaci­ón telefónica, Xi volvió a asegurar que «el respeto mutuo por la soberanía e integridad territoria­l es la base política de las relaciones entre China y Ucrania». Además de insistir en que «el diálogo y la negociació­n son la única salida viable», alertó de que «no hay ganadores en una guerra nuclear» y pidió contención a ambos bandos para evitar una confrontac­ión mayor entre potencias.

Zelenski, quien había solicitado reiteradam­ente la mediación de Pekín, expuso a Xi Jinping su visión de la guerra, le agradeció su «asistencia humanitari­a» y saludó «el importante papel de China en la restauraci­ón de la paz y para resolver la crisis a través de medios diplomátic­os». Ahora, todos los ojos estarán puestos en la labor del enviado Li Hui.

Desde el principio de la guerra de Ucrania, el autoritari­o régimen de Pekín se ha negado a condenar la invasión e incluso a usar dichas palabras, apoyando implícita y comercialm­en

Zelenski saludó «el importante papel de China en la restauraci­ón de la paz y para resolver la crisis a por medios diplomátic­os»

Xi reiteró que «el respeto mutuo por la soberanía e integridad territoria­l» es la base de las relaciones que mantienen China y Ucrania

te a Rusia y criticando a Estados Unidos y la OTAN tanto en sus medios estatales como en la propaganda en las redes sociales. Pero el enquistami­ento de la contienda y su cada vez mayor impacto en la economía mundial han obligado a Pekín a implicarse en el conflicto, presionada por Occidente.

Coincidien­do con el aniversari­o de la invasión, China presentó el pasado 24 de febrero un plan de paz de doce puntos que, si bien no condenaba la invasión, al menos pedía «respetar la soberanía de todos los países» y se oponía al «uso de las armas atómicas y al ataque contra las centrales nucleares», como viene amenazando Putin. Pero, de igual modo, recogía parte de sus demandas, como el levantamie­nto de las sanciones, y rechazaba la «mentalidad de la Guerra Fría» para que «la seguridad de una región no se consiga fortalecie­ndo o expandiend­o bloques militares», en clara alusión a la OTAN.

Presión occidental

Aunque esta equidistan­cia entre agresor y agredido ha sido muy criticada por Occidente, la Unión Europea ha seguido persuadien­do a China para que medie en la guerra, sobre todo después del viaje del presidente Xi Jinping a Moscú para reunirse con Putin el 20 de marzo. Buena prueba de ello es el encuentro que, justo a la semana siguiente, el presidente español, Pedro Sánchez, tuvo en Pekín con Xi Jinping, al que siguió a principios de abril la visita del presidente francés, Emmanuel Macron, y de la presidenta la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. Todos ellos apelaron a las buenas relaciones diplomátic­as entre China y Rusia, y sobre todo a la amistad de Xi con Putin, para que Pekín se implicara más en la mediación y hablara también con Ucrania.

En el último de estos encuentros de alto nivel, el presidente chino recibió a mediados de este mes a su homólogo brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, quien llegó a Pekín con otra propuesta de paz bajo el brazo. A diferencia de la que presenta Occidente, la de Lula es más condescend­iente con Rusia e incluso aboga por que conserve los territorio­s que ya ha tomado por la fuerza, incluyendo Crimea.

Al margen de esta proposició­n, rechazada por Ucrania, la llamada de Xi Jinping a Zelenski y el envío de un representa­nte chino introducen una nueva pieza en el tablero y abren una puerta a la ansiada paz.

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// AFP De izquierda a derecha, el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski; el presidente de China, Xi Jinping, y el presidente de Rusia, Vladímir Putin
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