La Euroliga no hace sangre
▶Las disculpas de los implicados en la pelea entre el Real Madrid y el Partizan contribuyen a que los castigos sean más leves y solo afecten a cuatro jugadores
Las horas se hicieron eternas en el ecosistema de la Euroliga durante la jornada de ayer. Mientras las imágenes de los jugadores del Real Madrid y el Partizan, enzarzados a puñetazos sobre la cancha del WiZink Center, inundaban los televisores de medio mundo, el juez único de disciplina visionaba una y otra vez el vídeo, tratando de entender cada detalle de los diferentes enfrentamientos que se produjeron sobre la pista. Un trabajo contra reloj que le llevó horas y que desembocó en un veredicto más laxo de lo esperado, con Yabusele como principal damnificado –cinco partidos de castigo para él–, junto a Punter (2 encuentros), además de Deck y Lessort, ambos sancionados con un partido. Además, la Euroliga impuso una multa de 50.000 euros a ambos equipos por la actitud antideportiva del resto de los jugadores.
Para explicar que las sanciones no fueran tan duras como se esperaba en un primer momento hay que hacer una mirada global a lo que ocurrió durante el día. Sobre todo a lo largo de la mañana del viernes, en la que la pelea fue la comidilla en el mundo del deporte, pero también fuera de él. Porque no es el baloncesto un deporte muy dado a este tipo de espectáculos bochornosos y de esa novedad y vergüenza propia emergieron las primeras voces de disculpa.
A los discursos conciliadores de Obradovic y Rudy Fernández en la rueda de prensa posterior al encuentro se unieron ayer los de los principales implicados. Llull, el artífice de la pelea con su manotazo antideportivo a Punter, fue el primero en pedir disculpas. «Lo de anoche no debe ocurrir nunca en una cancha de baloncesto. Asumo mi responsabilidad por hacer esa dura falta que desencadenó el desastre posterior. Mis disculpas a todos los aficionados al baloncesto», apuntó el capitán madridista. Esas disculpas las aceptó enseguida el propio Punter. «Las emociones estaban por todo lo alto y entiendo perfectamente lo que pasó. Sigamos manteniendo al baloncesto en su lugar como lo hemos hecho las otras veces que jugamos entre nosotros», señaló el base. Pelillos a la mar.
Quedaba por escuchar a Yabusele, el protagonista principal del enfrentamiento. El que llegó primero hasta donde estaban Llull y Punter y el que agarró a Exum y le hizo volar por los aires. La imagen de la pelea. El francés, que tuvo que ser retirado por su familiar de la cancha, pasó mala noche y amaneció pidiendo disculpas. «Estoy profundamente arrepentido de mi comportamiento durante el partido de anoche. El baloncesto es un deporte de amistad y compañerismo. Pido perdón al Partizan, club con el que he tenido siempre una buena relación, a Exum y a su familia, a mis compañeros de equipo y también a los aficionados de mi club», apuntó el galo, al que el propio Real Madrid podría castigar de manera interna.
Por lo pronto, no podrá jugar en Europa hasta la próxima temporada pase lo que pase la semana que viene en Belgrado, donde los blancos esperan un ambiente muy enconado. Solo Obradovic, cuya ascendencia sobre la afición del Partizan es muy grande, puede ser capaz de rebajar los ánimos. Algo que el técnico ya apuntó tras el partido que trataría de conseguir. «Desde este momento voy a tratar de calmar a la gente en Belgrado. Tengo amigos aquí, en el Real Madrid, y no quiero que se hable de esto (por la pelea). Quiero que se hable solo de baloncesto. Cuando vayamos a Belgrado, seguro que tendremos el pabellón lleno y voy a intentar que la gente que vaya a recibir al Real Madrid no haga nada. Es algo que voy a repetir cada día para que nada pase». Palabras de un genio que ha metido al Real Madrid en una situación límite.
«Estoy arrepentido de lo que hice. El baloncesto es un deporte de amistad y compañerismo»
«Voy a tratar de calmar a la gente en Belgrado, para que no hagan nada cuando reciban al Real Madrid»
Mañana de audiencias en el Palacio Real de El Pardo. Entre las diez y media de la mañana y hasta pasadas las doce, Felipe VI recibió a la promoción de notarios correspondiente a la convocatoria de 2018; a la XXV promoción del Cuerpo Superior de Sistemas y Tecnologías de la Información de la Administración del Estado y, por último, al Patronato de la Fundación Consejo España-Brasil, que promueve un mejor conocimiento entre las sociedades civiles de ambos países e impulsa todos los ámbitos de las relaciones bilaterales, y que el año pasado cumplió 10 años de su nacimiento.
Con estas tres recepciones Don Felipe cerró una intensa semana de actos oficiales que comenzó el lunes junto a la Reina en Alcalá de Henares con la entrega del premio Cervantes a Rafael Cadenas.
El miércoles, además, recibió en el Palacio Real de Madrid al presidente de Brasil, Lula da Silva, por quien ofreció junto a Doña Letizia un almuerzo en su honor. nando la belleza de la ciudad con otros lugares como Guadalupe, Trujillo o la Sierra de San Pedro, y también con otras ciudades españolas. Pero sobre todo reflexiona sobre la conexión del arte de Cáceres, la naturaleza o las costumbres con el mundo, a través de las citas y reflexiones de algunos de los mejores intelectuales europeos presentes en la ciudad. Un cruce cultural capaz de derribar fronteras y apostar por una cultura europea unida.
Mercedes Monmany, que ha escrito ensayos fundamentales sobre el exilio, la deportación o la muerte de intelectuales fruto de los totalismos y de los conflictos que asolaron Europa vuelve en este artículo a apostar por esa comunidad de valores y civilización europeas como modo de respuesta a las crisis actuales.