ABC (Córdoba)

Las empresas se lanzan a por los séniors: más activos, más bolsillo

La mitad de las firmas tienen productos específico­s para los mayores, que generan sobre el 25% del PIB

- ÀLEX GUBERN BARCELONA

El periodo del ‘baby boom’ en España se sitúa entre 1958 y 1977, dos décadas en las que nacieron casi 14 millones de personas en nuestro país, más del doble de las registrada­s en las dos décadas anteriores, y 4,5 millones más de las que nacerían en las dos décadas siguientes. Su reflejo en la pirámide de población de nuestro país es más que evidente, y la proyección para los próximos años nos conduce a una realidad incontesta­ble, un progresivo envejecimi­ento de la estructura demográfic­a que plantea retos, pero también oportunida­des. Y las empresas lo saben.

En el capítulo de los retos, la sostenibil­idad del sistema de pensiones –una cuestión polémica y de actualidad tras la reforma aprobada por el Gobierno y la mayoría parlamenta­ria que lo sustenta–; en el capítulo de las oportunida­des, el volumen cada vez mayor de lo que ya se ha bautizado como economía plateada, o economía ‘silver’, o lo que es lo mismo, la actividad económica asociada al contingent­e cada vez más elevado y longevo de mayores con capacidad y, sobre todo, ganas de consumir. Las empresas lo saben, y por ello cada vez dedican mayores esfuerzos a seducir a un segmento de la población que, a diferencia de lo que sucedía antes, y gracias a la mejora de la calidad de vida en la madurez, ya no es un estrato pasivo.

Así lo refleja el último Monitor de Empresas de la Economía Sénior del centro de investigac­ión Ageingnomi­cs de la Fundación Mapfre, que hace hincapié tanto en la cuestión cuantitati­va como cualitativ­a, y que refleja que el 46% de las empresas españolas cuentan con una estrategia empresaria­l y con propuestas para los mayores de 55 años. Por sectores, el estudio identifica al asegurador, el de la asistencia sanitaria, el farmacéuti­co, el gran consumo, la banca, la distribuci­ón, el comercio y el transporte de viajeros como los que más se preocupan por atender las necesidade­s de los mayores. Otro dato, a mayor tamaño y reputación, más atención a los séniors.

Los números hablan por sí solos. Según las proyeccion­es, en 20 años el 44% de la población española tendrá 55 años o más, y entre los que superen esa edad, la mayoría rebasarán los 64 años. Pero el factor diferencia­l no es tanto el volumen como su capacidad de gasto y voluntad para el mismo. «Hay que tener en cuenta que los que han empezado a incorporar­se a este segmento ‘silver’ tienen un perfil distinto a la anterior generación. En general, son personas con un nivel educativo mas elevado y las mujeres participan en mayor medida en el mercado laboral, por tanto, se trata de un colectivo con un nivel adquisitiv­o y unas inquietude­s distintas a generacion­es anteriores», apunta el estudio.

Sin brecha a la vista

El trabajo pone algunos ejemplos para matizar, y entre ellos, lo que se ha calificado de «brecha digital», una realidad asociada a la edad que es ahora incontesta­ble pero que dejará de serlo en pocos años. Si en la franja actual de personas de 65 a 74 años más de un 25% no han usado internet en los últimos tres meses, este porcentaje se reduce al 9% en la franja de 55 a 64 años, y llega apenas al 2% entre los de 45 a 54 años. Los próximos a incorporar­se al club de las canas estarán pues conectados, algo también con implicacio­nes en cuanto a posibilida­des de gasto. Otro tanto sucede con la tasa de actividad asociada al sexo y la edad. Si bien la tasa de actividad femenina sigue siendo menor a la de los hombres en todas las franjas –hasta 25 puntos de diferencia entre los 55 y los 59 años–, por debajo de los 55 la brecha de género se va reduciendo.

«Si a lo anteriorme­nte expuesto se añade el incremento en la esperanza de vida que muestra la evolución de las últimas décadas, el colectivo sénior se ha convertido en un factor clave para el impulso de la actividad económica», se apunta desde Ageingnomi­cs.

Varios estudios han tratado de cuantifica­r el volumen de esta economía sénior, que podría rondar el 26% del PIB español, según recogía el trabajo Economía de la longevidad en España, de Oxford Economics, la Universida­d de Salamanca y el Centro Internacio­nal Sobre Envejecimi­ento (Cenie). Un impacto que se explicaría en un 52% únicamente en el valor añadido por la adquisició­n de bienes y servicios a las empresas españolas, un 30% por impacto indirecto y sobre un 18% por impacto inducido por los salarios pagados. En cuanto a empleo, unos 4,4 millones (dos de los cuales directos) dependería­n de este segmento. A nivel global, si la contásemos como un país, la economía sénior sería la tercera potencia económica mundial, solo superada por Estados Unidos y China.

En 20 años el 44% de la población española tendrá 55 años o más, y entre los que superen esa edad, la mayoría rebasará los 64

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// VALERIO MERINO Una pareja sénior en la terraza de un restaurant­e

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