Las empresas se lanzan a por los séniors: más activos, más bolsillo
La mitad de las firmas tienen productos específicos para los mayores, que generan sobre el 25% del PIB
El periodo del ‘baby boom’ en España se sitúa entre 1958 y 1977, dos décadas en las que nacieron casi 14 millones de personas en nuestro país, más del doble de las registradas en las dos décadas anteriores, y 4,5 millones más de las que nacerían en las dos décadas siguientes. Su reflejo en la pirámide de población de nuestro país es más que evidente, y la proyección para los próximos años nos conduce a una realidad incontestable, un progresivo envejecimiento de la estructura demográfica que plantea retos, pero también oportunidades. Y las empresas lo saben.
En el capítulo de los retos, la sostenibilidad del sistema de pensiones –una cuestión polémica y de actualidad tras la reforma aprobada por el Gobierno y la mayoría parlamentaria que lo sustenta–; en el capítulo de las oportunidades, el volumen cada vez mayor de lo que ya se ha bautizado como economía plateada, o economía ‘silver’, o lo que es lo mismo, la actividad económica asociada al contingente cada vez más elevado y longevo de mayores con capacidad y, sobre todo, ganas de consumir. Las empresas lo saben, y por ello cada vez dedican mayores esfuerzos a seducir a un segmento de la población que, a diferencia de lo que sucedía antes, y gracias a la mejora de la calidad de vida en la madurez, ya no es un estrato pasivo.
Así lo refleja el último Monitor de Empresas de la Economía Sénior del centro de investigación Ageingnomics de la Fundación Mapfre, que hace hincapié tanto en la cuestión cuantitativa como cualitativa, y que refleja que el 46% de las empresas españolas cuentan con una estrategia empresarial y con propuestas para los mayores de 55 años. Por sectores, el estudio identifica al asegurador, el de la asistencia sanitaria, el farmacéutico, el gran consumo, la banca, la distribución, el comercio y el transporte de viajeros como los que más se preocupan por atender las necesidades de los mayores. Otro dato, a mayor tamaño y reputación, más atención a los séniors.
Los números hablan por sí solos. Según las proyecciones, en 20 años el 44% de la población española tendrá 55 años o más, y entre los que superen esa edad, la mayoría rebasarán los 64 años. Pero el factor diferencial no es tanto el volumen como su capacidad de gasto y voluntad para el mismo. «Hay que tener en cuenta que los que han empezado a incorporarse a este segmento ‘silver’ tienen un perfil distinto a la anterior generación. En general, son personas con un nivel educativo mas elevado y las mujeres participan en mayor medida en el mercado laboral, por tanto, se trata de un colectivo con un nivel adquisitivo y unas inquietudes distintas a generaciones anteriores», apunta el estudio.
Sin brecha a la vista
El trabajo pone algunos ejemplos para matizar, y entre ellos, lo que se ha calificado de «brecha digital», una realidad asociada a la edad que es ahora incontestable pero que dejará de serlo en pocos años. Si en la franja actual de personas de 65 a 74 años más de un 25% no han usado internet en los últimos tres meses, este porcentaje se reduce al 9% en la franja de 55 a 64 años, y llega apenas al 2% entre los de 45 a 54 años. Los próximos a incorporarse al club de las canas estarán pues conectados, algo también con implicaciones en cuanto a posibilidades de gasto. Otro tanto sucede con la tasa de actividad asociada al sexo y la edad. Si bien la tasa de actividad femenina sigue siendo menor a la de los hombres en todas las franjas –hasta 25 puntos de diferencia entre los 55 y los 59 años–, por debajo de los 55 la brecha de género se va reduciendo.
«Si a lo anteriormente expuesto se añade el incremento en la esperanza de vida que muestra la evolución de las últimas décadas, el colectivo sénior se ha convertido en un factor clave para el impulso de la actividad económica», se apunta desde Ageingnomics.
Varios estudios han tratado de cuantificar el volumen de esta economía sénior, que podría rondar el 26% del PIB español, según recogía el trabajo Economía de la longevidad en España, de Oxford Economics, la Universidad de Salamanca y el Centro Internacional Sobre Envejecimiento (Cenie). Un impacto que se explicaría en un 52% únicamente en el valor añadido por la adquisición de bienes y servicios a las empresas españolas, un 30% por impacto indirecto y sobre un 18% por impacto inducido por los salarios pagados. En cuanto a empleo, unos 4,4 millones (dos de los cuales directos) dependerían de este segmento. A nivel global, si la contásemos como un país, la economía sénior sería la tercera potencia económica mundial, solo superada por Estados Unidos y China.
En 20 años el 44% de la población española tendrá 55 años o más, y entre los que superen esa edad, la mayoría rebasará los 64