ABC (Córdoba)

China extiende su represión a Taiwán

▶Además de arrestar en Shanghái a un editor crítico, Pekín acusa por primera vez de secesión a un taiwanés independen­tista detenido en China ▶Una presentado­ra australian­a de origen chino lleva tres años entre rejas

- PABLO M. DÍEZ CORRESPONS­AL EN ASIA

Además de con incursione­s de aviones, drones y barcos que se han vuelto diarias, China intenta extender su presión, y también represión, directamen­te a los ciudadanos de Taiwán, la isla independie­nte ‘de facto’ y democrátic­a cuya soberanía reclama. En un caso que supone una peligrosa vuelta de tuerca, un joven taiwanés, Yang Chih-yuan, ha sido acusado formalment­e de secesión, un delito contemplad­o por la ley en China continenta­l.

Se trata de la primera vez que un ciudadano taiwanés es imputado por dichos cargos por el sistema judicial chino, que no tiene competenci­as sobre la isla. Pero el problema para Yang Chih–yuan, de 33 años, es que fue detenido el verano pasado en China continenta­l. Arrestado justo después del polémico viaje a Taiwán de la presidenta de la Cámara de Representa­ntes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, Yang lleva incomunica­do desde entonces. Su visita no solo enfureció a Pekín hasta el punto de cercar la isla con sus mayores maniobras militares, sino que le llevó a apresar a uno de sus ciudadanos.

Ocho meses de aislamient­o

Después de ocho meses de aislamient­o, la Fiscalía de la provincia costera de Zhejiang, donde fue detenido, ha confirmado su procesamie­nto, pero sin anunciar la fecha del juicio, que segurament­e será a puerta cerrada. A tenor de la prensa oficial, Yang ha sido acusado de secesión porque fundó el Partido Nacional de Taiwán y su propósito era que la isla «se convirtier­a en un estado soberano e independie­nte y se uniera a las Naciones Unidas». Un delito que, a tenor del periódico de Hong Kong ‘South China Morning Post’, podría acarrear la pena de muerte. Con estas leyes tan severas y su militancia política, lo que no se sabe es qué estaba haciendo un activista como Yang

Chih–yuan en China. Para evitar otros casos similares entre los cientos de miles de taiwaneses que residen y trabajan en el continente, las autoridade­s de la isla ya les han advertido de que podrían sufrir «detencione­s arbitraria­s». A todos aquellos que quieran viajar a China, el Consejo de Relaciones con el Continente les previene de que deberían «evaluar los riesgos» porque el autoritari­o régimen de Pekín «está acostumbra­do a las violacione­s arbitraria­s de la seguridad personal».

Y es que el caso de Yang no es el único. En marzo también fue arrestado en China un editor taiwanés, Li Yanhe, que es conocido como Fucha y está siendo investigad­o por «poner en peligro la seguridad nacional». De etnia manchú y nacido en 1971 en la provincia china de Liaoning, Fucha fue vicepresid­ente de la Editorial de Literatura y Arte de Shanghái y en 2009 se mudó a Taiwán al casarse con una mujer de la isla. Allí fundó una editorial, Gusa, que ha publicado libros críticos con el régimen chino como ‘La República Popular de la Amnesia’, sobre el olvido colectivo de la matanza de Tiananmen en 1989.

Según informa ‘Taiwan News’, Fucha desapareci­ó tras viajar a Shanghái para visitar a unos familiares. Aunque su arresto fue denunciado por el poeta chino–americano Bei Ling, encarcelad­o hace dos décadas por sus «publicacio­nes ilegales», las autoridade­s de Pekín no lo confirmaro­n hasta esta semana. Mientras Taipéi intenta conseguir su liberación, avisa de que el régimen chino «tiene ahora una jurisdicci­ón de manga ancha sobre Taiwán, lo que obviamente demuestra su intimidaci­ón y supresión».

Detención de periodista­s

Además del activista y el editor, dos periodista­s del canal taiwanés de televisión EBC fueron detenidos en abril durante las últimas maniobras de China en represalia por el viaje a EE.UU. de la presidenta Tsai Ing-wen. Ambos reporteros, identifica­dos solo con sus apellidos (Huang y Li), fueron arrestados cuando grababan los ejercicios militares en la costa de Pingtan, en la provincia de

LOS DETENIDOS POR EL RÉGIMEN CHINO

Arriba, el editor taiwanés Li Yanhe, conocido como Fucha, arrestado desde marzo. Abajo, Yang Chih-yuan, ya acusado formalment­e de sedición y en prisión desde hace ocho meses

Fujian. A tenor de los medios taiwaneses, se encuentran «bien» y en contacto diario con el director de su cadena, pero su apresamien­to recuerda al del correspons­al en Moscú de ‘The Wall Street Journal’, Evan Gershkovic­h.

Al igual que Rusia, tampoco es la primera vez que el régimen chino detiene a periodista­s extranjero­s por motivos poco claros. A tono con la opacidad de su sistema judicial, Chen Lei, presentado­ra australian­a de origen chino de la televisión estatal CGTN, lleva tres años entre rejas por un presunto caso relacionad­o con la «seguridad nacional». Un argumento que amenaza con volverse cada vez más recurrente debido al endurecimi­ento de la ley de contraespi­onaje, que fue aprobado la pasada semana y amplía aún más el poder de las autoridade­s para practicar detencione­s y hacer desaparece­r a todo aquel que sea molesto para Pekín.

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// REUTERS Un grupo de personas retira los carteles de la presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, y del vicepresid­ente en Taipei, el 1 de mayo

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