I Dura realidad
LLEGÓ la campaña. Los políticos llevan tiempo haciendo promesas y regalos. Nos tratan como niños. Gobierno y oposición evitan hablar de lo hecho y lo dejado de hacer en la actual legislatura. Analicemos la gestión realizada por quien ha liderado el gobierno, y la vigilancia y propuestas de aquellos que han tenido responsabilidades como oposición. Evitemos comparaciones. No nos conformemos en votar al menos malo. Eso nos envilece como demócratas y perjudica a Córdoba.
El candidato del PP es el único que ha liderado a su partido en la actual legislatura municipal y lo ha hecho como alcalde. Lo que nos permite hacernos idea de cómo gestiona y si cumple lo prometido. Los demás candidatos son nuevos en esta plaza como líderes de sus respectivos grupos municipales.
Por eso tenemos limitaciones para valorar sus posibles comportamientos y propuestas alternativas para Córdoba. Siempre he creído que los candidatos deberían haberse trillado como gobierno u oposición para conocimiento de los ciudadanos. Así pues, me quedo con lo que percibo de la realidad de mi Córdoba para ver si encuentro alguna razón para votar ilusionado.
No la encuentro en la limpieza de la ciudad; ni en unos colegios públicos sin aire acondicionado; ni un ayuntamiento austero sin tanto asesor y coordinador; ni en la falta de un control interno municipal que impida corruptelas o infracciones; ni encuentro ilusión en unos políticos que carecen de empatía o banco para sentar y escuchar a los ciudadanos cuando están en el poder y parece que nos han conocido de toda la vida cuando llega la campaña. Es muy difícil encontrar ilusión en alguna candidatura, salvo que tengamos la seguridad de que nos enchufará en la cosa pública si alcanzan el poder. Esa es la realidad que muchos, por no decir casi todos, nos encontramos cuando llegan las elecciones. ¡Dura realidad!
Para terminar de manera positiva, diré que si hay algún candidato que reconozca errores en su gestión, inacción como oposición o incumplimientos de promesas, ese puede contar con mi voto.