Hélène Carrère d’Encausse, la historiadora con guantes de seda y mano de hierro
Gran experta en Rusia, predijo en 1978 la caída de la antigua Unión Soviética
La historiadora y política francesa Hélène Carrère d’Encausse fue distinguida ayer con el premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales. Aristocrática, luciendo un majestuoso collar de perlas y un traje de seda verde salvia, de pie, con la prestancia de un oficial de caballería del muy Antiguo Régimen, cuando cuelga su uniforme de secretaria perpetua de la Academia Francesa, Carrère d’Encausse se define con una sencillez aparente: «Soy el fruto de las Europas de ayer y de hoy».
El historiador Juan Pablo Fusi Aizpurúa, miembro del jurado del Princesa de Asturias de Ciencias Sociales, ha calificado a la historiadora como una «mujer brillante» y una figura «imprescindible» para conocer «esa nostalgia de imperio que alienta detrás del pensamiento de Putin» y, por tanto, «de su ambición por recuperar parte de los territorios que en su día constituyeron la URSS y parte del Imperio Ruso».
Nació en París en el año 1929, en un distrito ilustre. Su padre fue un economista y banquero, originario de la Georgia víctima de la revolución comunista rusa, que fue condenado a la miseria y el destierro familiar; su madre, descendiente de una familia de alta burguesía germano-rusa. Sus padres comenzaron por declararse y declararla apátrida, durante muchos años de residencia en la Bretaña y Burdeos, antes de instalarse en la capital gala, no lejos de la catedral de San AlexandreNevsky, donde Pablo Picasso contrajo matrimonio con Olga Khokhlova.
De sus progenitores recibió una educación clásica, religiosa y muy tradicional. Su primera lengua fue el ruso. Antes de pedir, muy tarde, la nacionalidad francesa, ellos y ella adoptaron una posición patriótica: «La nacionalidad debe merecerse». «En mi caso –explicaría la académica–, muchos años más tarde, decidí aprenderme de memoria la Constitución. Y cantaba con orgullo el himno nacional».
Historiadora, politóloga y universitaria, se hizo célebre en 1978 tras la publicación de su libro más famoso, ‘L’Empire éclaté. La révolte des nations en U.R.S.S.’ (El imperio destrozado. La
rebelión de las naciones en la URSS). Una profecía capital en la historia política del siglo XX. Con una larga década de anticipación, predijo la «dislocación» y el hundimiento de la antigua Unión Soviética como consecuencia de la expansión desestabilizante de las nacionalidades sometidas al yugo comunista. Comenzaba entonces una brillantísima carrera personal, universitaria, intelectual, que instaló a Carrère d’Encausse en la cúspide de la influencia nacional, europea, trasatlántica, entre los más grandes especialistas en Rusia y en sus relaciones con Occidente.
La secretaria perpetua de la Academia Francesa desde 1999 es autora de más de medio centenar de obras de obligada referencia, las más de las veces, cubriendo el más amplio abanico de cuestiones rusas y ruso-occidentales. A sus biografías de Catalina la Grande, varios zares, los Romanov, Stalin, Lenin o Alejandra Kollontai se unen a títulos que versan acerca de la historia de las relaciones de Rusia y la URSS con Francia, Europa, EE.UU.; sobre la historia del puesto de Rusia y la Unión Soviética en los conflictos de Oriente Medio y Asia, o las metamorfosis de la difunta URSS y el incierto rumbo de la Rusia de Putin.
Polemista emérita
Académica desde 1990, Carrère d’Encausse también ha desarrollado un trabajo igualmente prolífico desde ese púlpito. Se ha erigido como una figura hostil al lenguaje y la escritura académica. Insensible a las candidaturas femeninas a la Academia. Polemista emérita en cuestiones de defensa estricta de la lengua en una Francia multicultural y en crisis.
Tareas tan diversas no le han impedido viajar mucho. Se entrevistó con Vladímir Putin en varias ocasiones, satisfecha de esa tarea de diálogo con un personaje que, en sus penúltimas declaraciones, considera como un representante fiel del «hombre soviético tradicional», obsesionado con el poder y el puesto de Rusia en la escena internacional.
En ese terreno, Carrère d’Encausse ha sido criticada con severidad. Hasta finales del mes de febrero, la académica repitió en numerosas ocasiones que «no creía» que Putin terminara intentando invadir Ucrania. Comenzada la guerra, la académica se preguntó, en varias ocasiones, por qué los ucranianos no dejaban las armas. El revuelo considerable que causaron esas declaraciones la obligó a rectificar sus análisis, terminando por comentar que, a su modo de ver, Putin sigue siendo fiel a las tradiciones de la Rusia profunda, anterior y posterior a la URSS, una «gran potencia pobre» obsesionada con sus inciertas y cambiantes fronteras.
Madre de dos hijos, Marina y Emmanuel (premio Princesa de Asturias de las Letras en 2021), sostiene con ellos una relación «firme». Marina se ha dicho varias veces «intimidada». Emmanuel ha dado muestras de una ‘independencia’ que no ha dejado de suscitar resquemores. Consagrada a las causas académicas con mano de hierro, es presentada como ‘académica’ en las informaciones oficiosas, pero es calificada de ‘secretario perpetuo’ y ‘presidente’ en las comunicaciones oficiales.
Es madre del escritor Emmanuel Carrère, que fue galardonado con el premio Princesa de Asturias de las Letras en 2021