Sonatina de derechas
Don José María Bellido parece un hombre risueño y eficaz, y eso aligera la tristeza
La derecha está triste, la derecha está sola. / Dividida en partidos, ni cabeza ni cola, / sueña en azul y verde su futuro esplendor. / La derecha desprecia sus distintos colores, / el pincel del PSOE acapara las flores, / y está pintando España de morado-dolor. Oír a los habladores del PP me pone triste, me deprimen sus soflamas y fervorines. Soporíferos oradores de lugares comunes, sin ingenio, sin garra. O quizá me falta refinamiento intelectual, y tantos años dedicados a la Universidad me han incapacitado para apreciar lo sublime. Qué distintos todos de Cayetana Álvarez de Toledo, que con una frase puso en su lugar terrorífico a Pablo Iglesias, ahora redimido por la tercera cámara legislativa del Estado, el Tribunal Constitucional. El PP, un partido de contables pusilánimes, que han sustituido el pensamiento por los balances. Se les va toda la fuerza por el IPC. Y sin embargo, necesito desesperadamente al PP para poder colocar a Pedro Sánchez en la historia nacional de la infamia. Tengo más necesidad que esperanza. Después de todo el daño que ha hecho Sánchez plagiario, pues Pedro Sánchez no es original ni en la maldad, el PP no logra hacer rugir de entusiasmo a los españoles con su programa. Sube sin subir en sí, no consigue que Sánchez se hunda. Cierto que 50 años de deseducación nacional convierten en mitos a vulgares salteadores de caminos que llegan a la presidencia del Gobierno, y celebran que asesinos satisfechos de sus crímenes se presenten a concejales en sus caseríos. Lo mismo que el PNV, Pedro Sánchez lo digiere todo. El jefe del PP me parece blandito, suave, algodonoso, todo en él es cordial, desde el independentismo hasta el aborto. Está convirtiendo el PP en una vaga ideología de propuestas inconcretas. Otro Rajoy vacilante, aunque con peor retiro. ¿Qué puede temer Sánchez plagiario de un hombre tan dulce? Si Sánchez pierde, no será porque Núñez gane. Y Vox. Que pretende representar la pureza en el bien, del mismo modo que Sánchez representa la pureza en el mal. La perfección aburre. El encanto de los niños reside en unas cuantas manchas de chocolate distribuidas por la cara y el vestido nuevo. El vestido nuevo no es más que un pretexto para el lucimiento de las manchas de chocolate, donde habita la belleza. Cosa distinta es ir por la vida luciendo ‘El retrato de Dorian Gray’, como hace Pedro Sánchez, un individuo podrido hasta la misma raíz del ser.
Me queda el consuelo del alcalde de Córdoba, don José María Bellido, que parece un hombre risueño y eficaz, y eso aligera la tristeza. Mi confianza en él aumenta después de haber conocido el anhelo electoral de un profesor de la Universidad de Córdoba, expresado en forma de encuesta. Cuando la izquierda, tan sobrada, se agarra a un empate con la derecha, quiere decir que ha perdido la esperanza, y trata de evitar, al menos, el ridículo durante la campaña. Inexplicablemente, no pronostica la vuelta triunfal de Isabel Ambrosio y Pedro García. Quizá en el próximo sondeo de Tezanos.