Los materiales y la escasez de personal encarecen el 15% montar casetas
▶Responsables de la instalación de las carpas aseguran que el presupuesto se eleva hasta los 20.000 euros de media ▶El ritmo de los preparativos de la Feria es más lento que otras ediciones y se acelerará entre hoy y mañana
LOS días están contados para el comienzo de la Feria de Nuestra Señora de la Salud de Córdoba y El Arenal apura las horas con el frenesí propio de los preparativos. La primera impresión que tiene quien pone un pie en el recinto es que los trabajos para que la fiesta esté a punto este viernes por la noche, cuando se producirá el encendido de la portada, van a un ritmo más pausado que en otras ediciones. Con el pórtico aún vallado y los operarios colocando bombillas y comprobando los circuitos eléctricos, la sede de la celebración que cierra el calendario del Mayo cordobés era ayer a última hora de la mañana un hervidero de trabajadores y de vehículos con suministros para el montaje de las carpas, así como para las atracciones de la calle del Infierno, que van más avanzadas que las casetas.
La sensación, confirmada con los testimonios de los responsables de alzar la ciudad efímera junto al Guadalquivir, era que mañana y pasado serán las jornadas más intensas. Las decisivas. Porque la semana empezó en la mayoría de los casos con la colocación de las planchas de material del suelo y con las estructuras de las paredes y de los techos. Habrá que esperar para que las barras y los tablaos queden fijados para la diversión y el desboque. Y, como el año pasado, la tónica dominante entre los caseteros y las empresas que contratan para que construyan la sedes de las asociaciones, peñas y cofradías era que cada vez es más caro sufragar una plaza en El Arenal —en torno al 15 por ciento— y que, además, las dificultades para contar con personal cualificado para hacerse cargo de la instalación van a más.
José Álvarez monta por segundo año consecutivo la caseta El Meneíto, en la calle Judería, y previamente había trabajado con su hermano en los preparativos de la celebración de Nuestra Señora de la Salud. «Está haciendo mucho calor, y eso lo hace todo más difícil para trabajar. Las cosas van bien, a su ritmo, pero bien. Lo que ocurre es que todo es más caro: el montaje sale por un veinte por ciento más ahora, con lo que sale por unos veinteñal euros», señala el hombre. «El encarecimiento tiene que ver con los materiales y con la mano de obra: hay gente que no quiere trabajar y a quien encuentras le tienes que pagar más. No sabemos por qué se está retrasando la conexión de agua», añade.
Juan G., que acepta dar su testimonio sin facilitar su apellido, lleva doce años al frente de una empresa que obtiene el 70 por ciento de sus ingresos anuales en la fiesta que está cerca de comenzar en El Arenal. «Depende de la edición, pero ha habido años que he sido responsable del montaje de hasta trece casetas, y de todo tipo, desde las que son discotecas, como quien dice, a las que te cobran por un plato de jamón más que en un restaurante de postín de La Judería», indica.
«¿Que hay paro? ¿Que la gente quiere trabajar? Negativo. Me las he visto negro para formar dos cuadrillas para atender mis compromisos: ahora llevo siete casetas y he tenido que decirle a dos que no puedo porque no he encontrado trabajadores suficientes. Y eso que yo pago bien, los míos no pueden tener queja», completa Juan G, que calcula que entre la falta de personal y el alza del coste de los materiales levantar cada carpa cuesta ahora un 15 por ciento más. «El parón de la pandemia nos vino muy mal, la verdad. Cuando volvimos a la normalidad a la gente se le fue la cabeza con los salarios. Y luego llegó la guerra de Ucrania: por lo que cuesta el metro, parece que en vez de plásticos en las paredes estás poniendo seda», bromea.
Pedro Jiménez supervisa el ensamble de la estructura de la caseta de Los Moriles, junto a la portada. «Sí, sí, sí. Se han encarecido la mano de obra, el transporte y los materiales en sí. Para que usted se haga una idea: hace unos años las planchas del suelo se cobraban a siete euros el metro y ahora estamos a nueve. Y la carpa también sale
más cara», detalla el responsable de que Los Moriles luzca como debe a partir de dentro de tres días.
Coincide Santiago López, el presidente de la Casa de Sevilla. «Este año va todo más lento: no hay más que mirar alrededor. Y luego están los problemas para encontrar a gente que se haga cargo de la hostelería, que no me veas...», se queja. Y agrega: «El coste se ha encarecido: nueve euros cada plancha del suelo y el metro de carpa. El encarecimiento del montaje será de un quince por ciento más o menos en relación a la última edición de la Feria».
Con todo, no faltan los espíritus optimistas. Como del que se precia Pedro Camacho, vicepresidente de la Peña Fosforito, con sede en el recinto ferial frente a la portada y en la esquina que ya linda con la calle del Infierno. «Esta caseta es muy grande, porque tenemos muchos socios. Vamos un poco achuchados, y eso que nada más que ahora mismo están trabajando al menos veinte personas. Las expectativas con buenas. Ilusión hay».