En el punto de partida
La salida de González Calvo y la entrada de Monterrubio llega tras el fracaso deportivo, con el equipo en el mismo sitio que cuando llegó: fuera del fútbol profesional tras cuatro años
La decisión del Córdoba con respecto al futuro de Javier González Calvo como consejero delegado del club no es fruto de un sólo día. Se trata de una decisión que viene fraguándose desde hace tiempo. Los objetivos mandan y los resultados más. El equipo está ya matemáticamente sin opciones de entrar en el play off y desde hace meses se escuchaba en la ciudad que no podría seguir la directiva si no se cumplían los objetivos.
Al final, el Córdoba se mantiene en la misma categoría cuatro años después de la llegada de Infinity en diciembre de 2019. El club se ha profesionalizado y ha ganado una estabilidad que no tenía desde hace varios años, pero no ha conseguido los objetivos deportivos, los más esenciales.
No es la primera vez que González Calvo se enfrenta a un posible cambio en su puesto como consejero delegado. La última vez salió airoso, pero esta vez la propiedad ha decidido dar un cambio con la llegada de Antonio Fernández Monterrubio, un hombre con experiencia en el sector del fútbol.
Tropiezo definitivo
Hace dos años salvó un match ball parecido. Tras una temporada desastrosa, el Córdoba consumó su descenso a Segunda Federación en la temporada 2020-2021, la primera que gestionó Infinity por completo. Es verdad que la pandemia causó estragos, pero un estrepitoso final de temporada hizo que el Córdoba descendiese hasta la cuarta categoría.
Esto causó mucho revuelo en la entidad, incluso se habló de Luis Yáñez como posible sustituto para dar un soplo de aire fresco que finalmente ha llegado con Monterrubio dos años después. El club decidió darle una segunda oportunidad y se ganó la confianza con una temporada de récord en la que el equipo ascendió por la vía rápida y logró la Copa RFEF.
Sin embargo, para esta temporada en Primera Federación, el objetivo era pelear por el ascenso y a falta de dos jornadas para el final, es matemáticamente imposible. Incluso, el equipo podría quedarse fuera de la Copa del Rey si no alcanza, al menos, el séptimo puesto que tiene a tres puntos.
Antonio Fernández Monterrubio tiene que empezar a trabajar desde ya en el futuro del club. Llega sólo y tendrá que formar un equipo dada la previsible salida también del consejero
del club Jesús Coca que está en las listas del Partido Popular a las elecciones municipales del próximo 28 de mayo. Coca se irá al Ayuntamiento de Córdoba si finalmente sale elegido por lo que una de las cabezas visibles de la directiva, junto a González Calvo puede decir adiós a su etapa en el club. Sin embargo, el ya exconsejero delegado del club seguirá vinculado al Córdoba para que Monterrubio pueda ir, poco a poco, adaptándose al terreno. El club blanquiverde afronta ahora una etapa de transición, pero ya tiene muchas tareas por delante.
Tal y como apuntó González Calvo en su despedida, «en una de las habitaciones de la casa se han fundido todas las luces». Con esta metáfora, el exconsejero afirma que la parcela deportiva ha tenido mucho que ver en su salida pues el equipo, tras una primera vuelta de ensueño, ha caído en picado hasta ser uno de los peores equipos de la categoría. Juanito y Raúl Cámara, como responsables de la dirección deportiva se juegan su puesto en los próximos días. Le tocará a Monterrubio decidir cuál será el futuro de los dos encargados de planificar la plantilla blanquiverde. Sus decisiones en el último mercado invernal ha pesado sobre sus hombros por lo que su continuidad queda en el aire.
Siguiendo la lógica, con el club afrontando una nueva etapa, parece difícil que sigan desempeñando su función y todo hace indicar que habrá más movimientos en los próximos días.
El futuro de Juanito y Cámara en la dirección deportiva es la próxima cuestión que tendrá que resolverse en el club