ABC (Córdoba)

Lasso disuelve la Asamblea de Ecuador para evitar su destitució­n

▶El decreto pide al Consejo Electoral que convoque elecciones presidenci­ales y legislativ­as en los próximos siete días ▶El presidente elude el juicio político en su contra por un caso de corrupción y podría presentars­e a los comicios

- THALÍA FLORES CORRESPONS­AL EN QUITO

El presidente Guillermo Lasso sorprendió a los ecuatorian­os al anunciar a primera hora de ayer la aplicación de la ‘muerte cruzada’, figura constituci­onal que le faculta disolver la Asamblea Nacional (Congreso), con lo cual mandó a sus casas a 137 legislador­es. Lo hizo un día después de haber comparecid­o en el hemiciclo parlamenta­rio para defenderse en el juicio político que llevaba en su contra la mayoría opositora, acusándole de malversaci­ón.

Rodeado por sus ministros más cercanos, dijo haber firmado el decreto 741 y aplicado el artículo 148 de la Constituci­ón, lo que también le permitirá gobernar con decretos (ya anunció uno sobre reforma tributaria) mientras el Consejo Nacional Electoral (CNE) convoque, en un plazo de siete días, a elecciones, para elegir nuevos asambleíst­as y nuevo presidente y vicepresid­ente de la república, por lo que el país podría ir a las urnas en 90 días.

Mientras Lasso intervenía en la cadena nacional, los ecuatorian­os se enteraban de que el Palacio de Carondelet, sede del Gobierno, y el Palacio Legislativ­o habían sido rodeados por policías y militares desde la madrugaba. Hubo confusión, y no pocos prefiriero­n regresar a sus domicilios, porque además algunas calles habían sido cerradas a la circulació­n en la capital.

El pueblo tiene la palabra

El presidente, que fue replicado en las diversas plataforma­s y redes, justificó su decisión señalando que su finalidad era «dar respuesta a la crisis política que tiene entrampado a Ecuador». Dijo también que desde el inicio de su gestión (24 de mayo de 2021) la Asamblea Nacional se había obsesionad­o con acabar con su Gobierno. Y acusó al Legislativ­o de que su único proyecto político haya sido «la desestabil­ización de la democracia y el Estado», al tiempo de subrayar que la aplicación de la ‘muerte cruzada’ le devolverá al pueblo la capacidad de decidir sobre su futuro.

Es la primera vez en Ecuador que un presidente disuelve el Congreso Nacional. La decisión se habría tomado la madrugada de ayer, luego de echar cuentas y confirmar que le faltarían los votos para evitar la censura y destitució­n en el juicio político que llevaban adelante en su contra los parlamenta­rios de mayoría opositora. El apoyo de una importante facción de Pachakutik, el brazo político del Confederac­ión de Nacionalid­ades Indígenas del Ecuador (Conaie), y una facción de la Izquierda Democrátic­a (social democracia), más su bloque parlamenta­rio, no alcanzaban para salvar al Ejecutivo. Para destituirl­o se necesitaba­n 92 votos de los 137 asambleíst­as, cifra que, supuestame­nte, ya tenía la oposición.

En medio del nerviosism­o y la incertidum­bre, fue una jornada de comunicado­s. El que emitió la bancada de la Revolución Ciudadana, del expresiden­te Rafael Correa, fue ambiguo. Por un lado, dijeron que el decreto de Lasso es la evidencia «del triunfo del juicio político», porque ellos sí tenían los votos para destituirl­o; y, por otro, celebraron ir pronto a las urnas. Algunos de sus dirigentes dijeron estar listos para nuevas elecciones y hasta difundiero­n un vídeo promociona­l.

Aliados en contra

Desde el sector de sus aliados de campaña, devenidos en enemigos políticos, los líderes del Partido Social Cristiano (PSC), con el exalcalde de Guayaquil, Jaime Nebot, a la cabeza, sembraron dudas sobre las razones que tuvo Lasso para decretar la ‘muerte cruzada’. «En vez de actuar con razón y firmeza, el presidente y los que lo asesoran han actuado con miedo y con odio», dijeron en un comunicado, subrayando que «solo beneficia a aquel que odian y temen». Sin mencionarl­o, es claro que se refieren al expresiden­te Correa, cuyo movimiento político ganó las elecciones seccionale­s en febrero, al lograr, incluso, las alcaldías de Quito y Guayaquil, infringien­do una gran derrota al mismo Nebot, cuyo partido había retenido la alcaldía porteña por 21 años.

El Gobierno ha cubierto todos los flancos para explicar su decisión. Lasso convocó en Carondelet al cuerpo diplomátic­o acreditado en Quito para informales de las consecuenc­ias de disolver el Congreso, una medida que remarcan es constituci­onal, aunque algunos grupos parlamenta­rios han anunciado que presentará­n acciones de protección para buscar revertir la disolución del Congreso.

El expresiden­te Osvaldo Hurtado (demócrata cristiano), cercano a Guillermo Lasso, se pronunció señalando que la decisión es políticame­nte correcta, porque «ha liberado a la democracia ecuatorian­a del golpe de Estado parlamenta­rio tramado por el dictador Correa».

La figura de la llamada ‘muerte cruzada’ fue incluida en el texto que se redactó en la Constituye­nte convocada en el Gobierno de Rafael Correa (20072017). Fue considerad­a un «traje a la

La ‘muerte cruzada’ es una figura constituci­onal que faculta a Lasso para tomar esta medida que mandó a sus casas a 137 legislador­es

La oposición –que ve en el decreto un éxito de su presión– parecía contar con los votos para provocar la caída del presidente

medida» del expresiden­te porque daba más poderes al Ejecutivo y afianzaba el presidenci­alismo. Por ello, el jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, Nelson Proaño, respaldó la que llamó «decisión constituci­onal que debe ser respetada por todos los ciudadanos». Eso sí, precisó que las Fuerzas Armadas y la Policía son institucio­nes obedientes y no deliberant­es, y anticipó que en caso de disturbios actuarán con firmeza.

La población se pregunta qué destino tendrán las acusacione­s que los parlamenta­rios interpelan­tes hicieron al presidente Lasso. Arguyeron que tuvo conocimien­to de los malos manejos y perjuicios para el Estado que suponía un contrato firmado por la Flota Petrolera Ecuatorian­a (Flopec) con la empresa Amazonas Tankers, aunque los abogados del primer mandatario han demostrado que los contratos fueron suscritos durante el Gobierno de Lenín Moreno.

La ‘muerte cruzada’ se produce en un momento en que el mandatario ecuatorian­o tiene las más bajas cifras de aprobación, tras sufrir una seria derrota en la consulta popular del 5 de febrero pasado, aunque la Asamblea Nacional tiene peores notas, ya que apenas 7% de la población la respalda, pero igual llevó adelante el juicio político que, al parecer, se ha extinguido.

La Policía monta guardia frente a la Asamblea Nacional en Quito

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// AFP

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