Duelo de ‘Sin Pedro’ vs. ‘Con Juanma’
Afalta de los siete días cruciales para el voto, esta campaña, para desesperación de muchos candidatos socialistas, tiene mucho de plebiscito sobre Pedro Sánchez. Y ha sido un empeño personal de Pedro Sánchez. Él ha querido asumir el
28M como una primera vuelta de las generales de otoño, volcándose con una agenda frenética e invadiendo los titulares con las promesas de los mítines proyectadas en los consejos de ministros electorales que han dado una impronta nacional a las elecciones locales. Antes de la irrupción disruptiva de Bildu, ya era una campaña incómoda para muchos de los suyos; después de Bildu, una fatalidad.
Hay un indicador: ¿cuántos alcaldes piden desde Andalucía que
Pedro Sánchez los acompañe? Naturalmente no se sabe con exactitud, pero se sabe que los candidatos han tratado de huir de Sánchez y de la marca, como entre los populares cuatro años atrás. Antonio Muñoz repite que «en Sevilla no se presenta Pedro Sánchez» y hace guiños al votante apelando a su madurez para distinguir. Ahí lo dice todo. Su lema es Sevilla y solo Sevilla, con el logo del PSOE esquinado testimonialmente. También en el cartel del alcalde jienense Julio Millán con un lema semejante: «Somos Jaén, Jaén». Sólo Sevilla, solo Jaén... y solo el alcalde, como los carteles del regidor onubense «Gabi, el alcalde para todos» sin más. Fuera siglas. En Granada igual: «Cuenca pone al mundo mirando a Granada». Blanco y en botella.
Ahora en el PP –esto va y viene– reclaman a sus líderes; y desde luego en Andalucía, la demanda para tener a Juanma Moreno ha sido máxima. Está en ese estado de gracia, siempre transitorio en política, bendecido por las urnas. Desde toda España le han pedido videos de apoyo; en Andalucía, cada alcaldable lo quiere a su lado. Alguien cercano al PSOE comentaba días atrás que «seguramente ahora querrían tener a Juanma a su lado incluso los candidatos del PSOE; el mismísimo Antonio Muñoz le ha hecho guiños de voto común». En el PSOE están alertados al ver los recibimientos a Moreno como en San Juan de Aznalfarache, donde los socialistas doblaron holgadamente los votos del PP en las anteriores, y en las anteriores, y las anteriores .... Esta semana recorrerá toda la comunidad, miles de kilómetros por las ocho provincias. Al volcarse con los suyos, Juanma Moreno ha aceptado que en Andalucía se perciba como una reválida de su tirón compartiendo riesgos.
En Andalucía, territorio clave por su dimensión, cuánto restará Sanchez a los suyos, cuánto sumará Juanma. De momento es obvio que Sánchez es percibido por los suyos como una sombra amenazante, como un lastre. Era así antes de Bildu, y después ha empeorado. Ahora en el PSOE están pidiendo que los asistentes a los mítines que rellenen un formulario para tratar de asegurar el público más fiel ajeno al descontento. Claro que está por ver hasta qué punto esto castigue a los candidatos socialistas o no. Y cuánto impulsará la ola juanmista el voto municipal del PP o no. En definitiva, cómo ha funcionado ese clima electoral de Sin Pedro vs. Con Juanma.
Tezanos, susto
Juan Espadas es cazado de visita a Tezanos. En el PP han hecho el papel de estar escandalizados con esas maniobras oscuras, pero sólo es cinismo electoral en campaña. No da para rasgarse las vestiduras que Espadas se pase a ver a un compañero de partido, seguramente para preguntarle si les espera un 28M muy duro, por empezar a gestionar otro torpedo a su línea de flotación de consumarse el vuelco. En definitiva, Espadas se habrá interesado por los datos que maneja Tezanos, pero eso debería ser muy tranquilizador para el PP: Tezanos hace mucho tiempo que no maneja un dato creíble. Ya puestos, casi mejor que Juan Espadas hubiera visitado a la Bruja Lola o a Rappel.
En ciudades como Jaén y Sevilla el logo del PSOE está esquinado testimonialmente
Espadas ha visitado a Tezanos, seguramente para preguntar si le espera un 28M muy duro
Trebujena y la realidad
Juanma Moreno esperaba a portagayola en la sesión de control a los portavoces de la izquierda. Así, en el albero de las Cinco Llagas, sabiendo que aquello no era «puerta grande o enfermería», sino puerta grande sí o sí. Inma Nieto habló de turismo y Juan Espadas de municipalismo. Entonces, con sorna, preguntó Moreno: «¿Hoy no me preguntan por Trebujena?». Hurgaba en la herida: «Usted que es tan medioambientalista y no me ha hablado del macroproyecto de Trebujena? ¿Qué ha pasado?». Y había pasado lo que, por supuesto, los portavoces de la izquierda sabían: que mejor callar porque ese proyecto lleva el sello de un Ayuntamiento de IU y la Junta del PSOE. Moreno empeoraría la cosa: «¿Sabemos quién era el consejero? Vamos a ver...» –teatralizaba la escena con evidente regusto– «...¡Juan Espadas Cejas!». Antonio Sanz lo pasaba en grande exclamando «Ohhhhh», Elías Bendodo se reía, Toni Martín completaba el corifeo de una de Aristófanes. Muchos analistas vieron con claridad, de inmediato, que el PP andaluz había tendido una trampa al PSOE, a la izquierda, después de lo ocurrido en Doñana. De ahí tramitar esto precisamente ahora. La izquierda andaluza quiso pasar de largo pero Teresa Ribera entró embistiendo de nuevo, jaleada por los medios de Madrid, una vez más sin consultar a los compañeros andaluces que conocen la verdadera historia del «megaresort con golf» que los señala a ellos, PSOE e IU.
Moreno fue a la sesión de control a sabiendas de que, aunque callasen, él sacaría esto como traca final. Después del escándalo de Doñana, con tanto cinismo por parte de la izquierda, habían cazado a PSOE y a IU en las inevitables contradicciones que depara estar en el territorio, cerca de los ciudadanos, enfrentados a sus problemas reales al margen de las consignas programáticas o los mantras ideológicos. La realidad no se ve desde Moncloa como de cerca, en la corona norte de Doñana o en Trebujena.