ABC (Córdoba)

«No quería hipotecarm­e para pagar el Impuesto de Sucesiones»

▶El elevado número de fallecimie­ntos por la pandemia disparó las herencias y, con ello, las renuncias, que superaron las 55.500 en 2022 ▶Los gestores piden un plazo de 10 años para pagar los impuestos sucesorios y evitar así los endeudamie­ntos

- BLANCA MARTÍNEZ / CLAUDIA VILLENA MADRID Isabel

El padre de Sofía Pla Fabra (nombre ficticio), una joven de 28 años, murió en navidades del año 2021. El momento en el que decidió renunciar a la herencia vivía en la Comunidad Valenciana. Pla explica que «a pesar de ser la heredera universal no tenía el usufructo de ningún bien». Su padre tenía préstamos antiguos y el dinero que iba a recibir sólo cubría parte de la deuda. En ese momento, ella no tenía un trabajo fijo y con su sueldo debía pagar los gastos mensuales: «No quería una hipoteca para pagar los impuestos de los bienes que había heredado, de los que no podía disfrutar y que tampoco tenía la posibilida­d de vender», confiesa. Finalmente, renunció a la herencia. En su decisión, además del motivo económico, influyeron los motivos personales: «Quería romper el lazo que me unía a una persona que me había hecho mucho daño», expresa refiriéndo­se a la mujer de su padre y usufructua­ria de los bienes heredados.

¿Es excesiva la carga tributaria que debe pagar un español cuándo recibe una herencia? Ante el aumento de las renuncias a herencias en las distintas comunidade­s autónomas, la incógnita se mantiene vigente sobre qué produce esta situación, aun cuando algunas autonomías optan por reducir el Impuesto de Sucesiones al mínimo, como Madrid. No obstante, algunos expertos mantienen que existen otros gastos, que sumados al impuesto mencionado y el de la plusvalía municipal, terminan por mermar el interés de los posibles herederos en realizar las gestiones y acceder al patrimonio de la sucesión.

A raíz de la pandemia, con el aumento de fallecimie­ntos, se incrementa­ron las herencias y, con ello, el número de renuncias, que ahora representa­n más del 15% de los casos en España; en 2022 fueron más de 55.500 las renuncias, según el Consejo General del Notariado. Las causas son principalm­ente económicas, según el Consejo General de Colegios de Gestores Administra­tivos de España: «Porque el pasivo de la herencia es mayor que el activo, o por falta de liquidez para pagar los impuestos. Aunque

existen también rechazos por la mala relación del heredero con el difunto, pero en menor cuantía». En este contexto, los gestores proponen a los partidos políticos un cambio en el pago de los impuestos sobre las herencias. Plantean una ampliación del plazo a diez años. «Es un plazo natural teniendo en cuenta que un bien inmueble es un bien de largo recorrido», explica Fernando Santiago, presidente de la organizaci­ón. Además, añade que el objetivo de ello es que los herederos no tengan que vender sus bienes por necesidad, ya que «muchas veces el impuesto puede llegar a ser de 150.000 o 200.000 euros». Cuando una persona recibe una herencia que incluye un bien inmueble está obligada a pagar dos impuestos: el de Sucesiones y la plusvalía municipal.

Los gastos se multiplica­n

Ángel Seisdedos, abogado especializ­ado en sucesiones del despacho Leggado, comenta que el Impuesto de Sucesiones entre padres e hijos es bajo, pero los trámites alrededor de dicha gestión tienen un coste mayor. Un ejemplo de ello es, poniendo un supuesto exagerado, «si heredas 10 viviendas de 100.000 euros cada una, tendrás un patrimonio de un millón de euros. Entonces, por cada propiedad deberás pagar entre 300 y 400 euros, además de las escrituras de adjudicaci­ón, y el impuesto de plusvalía municipal; este último es bastante elevado». El abogado menciona que incluso con un aplazamien­to del pago en 18 meses habrá abonos que no se puedan fraccionar (el caso del notario, del gestor o abogado, u otros).

Además, Seisdedos señala que el banco no te va a permitir retirar el efectivo si no tienes hecha la división de la herencia. Asimismo, sostiene que los pagos de la plusvalía son bastante elevados, ya que esos gastos no cuentan, en muchos casos, con una bonificaci­ón. Además, para calcular el pago de dicho impuesto se considera el valor catastral, que no siempre coincide con el valor real. «A veces te dejan la casa hecha una ruina, pero solo consideran el valor del suelo y no de la construcci­ón». Además, comenta que el pago puede llegar al 30% de la herencia en el tema de la plusvalía.

Sin liquidez

«Muchas veces el impuesto puede llegar a ser de 150.000 o 200.000 euros», avisa el presidente de los gestores, Fernando Santiago

«Sólo pido empezar de cero», dice una palentina de 42 años, que carga con una deuda millonaria y no tiene la herencia de su padre

Silvia Cardá vive en Castellón, ella sí aceptó la herencia de su marido –que murió en 2020– y no se arrepiente, pero ahora se encuentra en una situación crítica por la deuda que le ha causado el pago del Impuesto de Sucesiones: «Mi marido tenía un solar en el pueblo de al lado. Cuando enfermó me dijo que quería dejarme el terreno como colchón. Él no sabía que me iba a causar tantos problemas», relata. Ahora debe 60.000 euros por el Impuesto de Sucesiones, no trabaja porque cuida de su madre dependient­e y no puede pagar su deuda. Su marido lo compró en 2006, durante el ‘boom’ inmobiliar­io, y a partir de la crisis su propiedad se ha devaluado. Ante esto, Fernando Santiago opina que poder pagar en 10 años ayudaría ya que «da margen para que se revalorice el inmueble».

«Es una condena de por vida. No puedes vivir así, como si fueras un delincuent­e». Y así, desde que en 2005, unos meses después de fallecer su padre, le llegó una carta de Hacienda en la que le reclamaban que su liquidació­n del impuesto de la herencia no eran los 40.000 euros que había pedido prestados con 20 años para pagar, eran 600.000. El nuevo cálculo no permitía aplicar la bonificaci­ón, cuenta Paloma Alonso, que pasó a ser la mayor deudora del Fisco por la liquidació­n del Impuesto de Sucesiones.

Ahora, Alonso se arrepiente de no haber renunciado: «Si llego a saber las consecuenc­ias, lo habría hecho. Si un mes no pago, me llega un cargo del 50%. Esto ha ido aumentando mi deuda, que ahora alcanza los 900.000 euros», explica. Confiesa además que esta situación le hace vivir en un día a día de «angustia» y «rabia». Añade que ahora «no tiene nada» y que la bonificaci­ón al 99% en Sucesiones aprobada hace más de un año por la Junta de Castilla y León le hubiera venido muy bien. «Sólo pido empezar de cero», reclama esta palentina de 42 años que con una millonaria deuda a sus espaldas, carga también con el pesar de que no tiene ni la herencia de su padre, informa Jimeno, desde Castilla y León.

Santiago agrega además que el número de renuncias aumenta en comunidade­s como Asturias o Andalucía. Dice que se concentran en zonas rurales porque muchas veces se heredan terrenos y «los herederos no están dispuestos a pagar el coste de adquirir la herencia». Destaca el caso del Principado de Asturias por su singularid­ad: «En esta comunidad muchas veces las fincas no están registrada­s y además están separadas en terrenos muy pequeños. Por ello, cuando alguien hereda, para venderlas las tienen que unificar y eso lleva trabajo. Lo que lleva a la región a ser uno de los líderes en el ranking de renuncias».

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