La Policía rastrea los móviles de las mellizas de Oviedo e investiga a su entorno familiar y escolar
Los agentes registraron el domicilio y recogieron pertenencias de la habitación de las niñas
Con tres velas rojas, una verde, una rama de árbol y el libro infantil y juvenil ‘Magia de una noche de verano’, de Maite Carranza, amaneció ayer el número 47 de la calle Facetos. Una manera de recordar la tragedia ocurrida en La Ería. En este portal, en el cuarto, vivían con sus padres y su hermano de diez años, las dos hermanas Alexandra y Anastasia, de 12 años y nacionalidad rusa, que el pasado viernes inexplicablemente se precipitaron desde la ventana de la escaleras en el sexto, poco antes de las nueve de la mañana, antes de ir al colegio, y fallecieron en el acto. Un suceso que ha conmocionado Oviedo, en realidad a toda Asturias, y sobre el que la Policía Nacional continúa la investigación para esclarecer lo ocurrido una vez descartada la participación de terceras personas.
Los agentes analizan el círculo de las menores, llamando a declarar a familiares y al entorno escolar, tanto a profesores como alumnos, para descartar si sufrían ‘bullying’ a pesar de que las niñas estaban integradas en el colegio, con aparente buena relación con sus compañeros, o qué otras circunstancias personales podrían haber motivado la decisión que les llevó a quitarse la vida.
Pistas en las redes sociales
Además, agentes de la Policía Científica han registrado el domicilio y examinan objetos del dormitorio de las niñas, entre ellos dibujos con escenas suicidas, según informa ‘El Mundo’, quien también apunta a que una de las hermanas podría haber incitado a la otra para quitarse la vida juntas. La Policía también ha solicitado autorización judicial para rastrear los teléfonos, ya que algún mensaje o las redes sociales podrían facilitar pistas.
Tras realizarles las autopsias en el Instituto de Medicina Legal de Asturias, los cuerpos de las menores han sido trasladados al tanatorio de Los Arenales. La familia de las niñas, que se trasladó a Asturias hace cinco años, las vela en la más estricta intimidad a la espera de despedirlas en un acto por el rito ortodoxo. «Están muy afectados», indicó ayer una fuente cercana.
Oviedo, de luto oficial el viernes y el sábado, ha sufrido una de sus peores tragedias. Las dos niñas, en lugar de ir a clase, subieron al sexto piso, dejaron sus mochilas en el descansillo y se precipitaron por la ventana. Cuando su padre, Igor Zuev, regresó del colegio de La Ería, donde estudiaban, después de dejar en clase a su otro hermano, se encontró con una escena dantesca. Sus gritos alertaron a los vecinos de lo ocurrido. Cuando los servicios sanitarios llegaron al lugar de los hechos, nada pudieron hacer por la vida de las pequeñas. Tanto el padre como la madre, Olga Glevoba, de 43 y 44 años, respectivamente, recibieron asistencia médica y psiquiátrica en el interior del edificio. Igor fue trasladado, sedado, al HUCA y fue la madre quien acudió al centro escolar para darle la noticia a su otro hijo, asistida por Cruz Roja.
Niñas «de sobresaliente»
Desde un primer momento, la Policía apuntó a que se trata «de un suceso trágico» y descartó esa implicación de terceras personas. El caso sigue conmocionando a todo el barrio. Quienes conocían a Alexandra y Anastasia destacan que siempre iban juntas y eran dos niñas «muy sonrientes». Acaban de celebrar su cumpleaños, estaban perfectamente integradas y dominaban el español. En los estudios, destacaban: «Eran de sobresaliente», explicó una conocida. Una de ellas destacaba por su arte para dibujar. El próximo martes iban a viajar a Madrid para disfrutar de su viaje de estudios.
La trágica muerte ha dejado en evidencia, una vez más, la necesidad de ampliar los servicios públicos de Psiquiatría y Psicología para ayudar a los niños y jóvenes de la región, a los que «en muchas ocasiones es difícil llegar». Así lo manifestó ayer el coportavoz de la Asociación de Trabajadores Asturianos de la Sanidad (ATAS), el enfermero Jorge Pérez, que incidió en la necesidad de «reforzar la salud mental en Asturias, una de las comunidades con mayor índice de fallecimientos por causas no accidentales».
El portavoz de ATAS propuso, además, fomentar la ayuda en los colegios e institutos, con la incorporación de psicólogos y psiquiatras. «En los entornos escolares sí se podría hacer cierto tipo de refuerzo psicológico; es difícil que un menor llegue a un centro de salud por voluntad propia», alegó.
En señal de duelo y apoyo a la familia de las menores, el colectivo suspendió la manifestación que tenían prevista llevar a cabo ayer a las doce de la mañana, pero organizó un minuto de silencio. «En el día de ayer, hubo el fallecimiento de dos niñas en Oviedo, aún sin conocimiento de las causas exactas, y nos gustaría estar la familia de esas niñas y con todas las que han sufrido una muerte temprana», explicó.
Los agentes han llamado a declarar a familiares, así como al entorno escolar, para descartar que las niñas sufrieran ‘bullying’