El Córdoba se queda sin
▶El cuadro blanquiverde empata ante el Mérida y se despide matemáticamente de tener una plaza en la Copa del Rey
LO mejor que tiene el Córdoba es que le queda solo un encuentro para dar por finalizada una temporada en la que ha ido masacrando todos los objetivos que ha tenido en su mano. Con el empate ante el Mérida (0-0) en el Romano, el cuadro que dirige Manuel Mosquera se despide completamente de la Copa del Rey por lo que va a finalizar la pesadilla sin ninguna aspiración.
Un partido gris (como es costumbre en las últimas jornadas) el que firmaron ambos equipos que parecían no querer ganar. El Unionistas de Salamanca será el séptimo clasificado y el Córdoba, en medio de una remodelación, piensa ya en la siguiente temporada para evitar los errores del presente.
Mosquera repitió alineación en su penúltimo partido al frente del banquillo blanquiverde. Una plantilla de 19 jugadores con multitud de bajas: Javi Flores, Ekaitz Jiménez, Carlos Puga, Gudelj, Felipe Ramos. La única novedad: el regreso a la convocatoria de Canario, el extremo que ha contado poco en el equipo desde que llegó el pasado mercado invernal.
Misma tónica
El Córdoba empezó el partido buscando el hueco para sorprender al Mérida. Dos rivales con el mismo objetivo: la Copa del Rey. El Córdoba comenzó el encuentro buscando el hueco para sorprender al Mérida que estuvo bastante activo, sobre todo en el centro del campo que es dónde se basa todo su juego. El conjunto de Manuel Mosquera dominó ligeramente el encuentro con la posesión del balón y empezaba a acercarse tímidamente al área rival.
Simo buscó a Kike Márquez en el área chica (min. 4), pero no lograron conectar. Había muy poca sintonía entre jugadores en los últimos metros. El primer acercamiento del Mérida fue un centro con poco peligro que atrapó Carlos Marín. También lo intentó el cuadro local con una posesión tras triangular con mucha facilidad y llegar al área blanquiverde con relativa facilidad.
En el minuto 10, el Córdoba desaprovechó una contra, por lo que en los primeros compases del partido no hubo ocasiones de peligro y sí mucho respeto por el rival. Les costaba a ambos equipos tejer jugadas para plantarse con peligro en el área contraria. El Mérida metió la quinta marcha y estuvo a punto de adelantarse con el gol de Chuma que fue anulado por fuera de juego (min. 15).
El Mérida dio un paso al frente y comenzó a generar peligro. El Córdoba tenía sus oportunidades, pero todas desaprovechadas. Un centro envenenado de José Ruiz que atrapo el portero rival y un disparo poco potente de De las Cuevas que atrapó el portero en dos tiempos. Tampoco lo pasaba bien en defensa. Diarra perdió el balón y cometió falta al intentar recuperar el balón (min. 23).
El ritmo del encuentro estaba siendo excesivamente lento, muy pesado para el espectador. Antonio Caballero intentó despertar a la afición con una de las ocasiones más claras, pero estrelló el balón en la red tras internarse en el área (min. 30). El Córdoba de Mosquera elevó la presión y se gustó en los últimos minutos de la primera mitad que fue frenética.
El central blanquiverde Alberto Jiménez cometió falta dentro del área y el árbitro decretó penalti (min. 38). Todo hacía presagiar que el Córdoba iba a estar otra vez por detrás en el marcador, pero la fortuna sonrió a los blanquiverdes. Carlos Marín sacó su mejor versión a relucir para atajar el balón y salvar a los suyos, al menos hasta el descanso.
Con intensidad comenzó la segunda mitad. Willy estuvo a punto de marcar, ya que vio como el balón se quedaba sólo en el área chica tras un mal despeje del portero. Sin embargo, el Córdoba parecía tener más peligro gracias a los errores del rival que a sus aciertos propios porque no conseguía culminar una jugada con sentido. Aun así, apretó el cuadro de Mosquera que embotelló al Mérida en su campo.
Despertaba de vez en cuando el Mérida, pero tampoco estaban siendo un peligro real para los blanquiverdes. Aquí surgió el momento de Diarra (min. 58). El mediocentro tuvo dos ocasiones de peligro: un golpeo desde la frontal que se marchó desviado y un cabezazo que sacó magistralmente el portero emeritense.
Mosquera movió el banquillo (muy limitado) para dar frescura a un equipo que estaba cayéndose poco a poco. Salieron Alberto Jiménez y Willy para que entrasen Jorge Moreno y Antonio Casas aunque tuvieron la misma fortuna que los jugadores titulares. El Córdoba jugaba a rachas, lo mismo encadenaba varias jugadas que se dedicaba a mimar el balón. Su mayor debilidad, los pases en los últimos me