Europa se enfrenta a Irlanda por equiparar el alcohol con el tabaco
El vino y la cerveza deberán llevar etiquetas de riesgos sanitarios
Irlanda es un país que tiene una relación «profundamente problemática» con el alcohol. Esta es la opinión del primer ministro, Leo Varadkar, uno de los mayores defensores de la decisión del país de añadir advertencias sanitarias como las de los cigarrillos a las bebidas alcohólicas y que ha provocado fuertes críticas dentro del sector. Así, todo el alcohol que se venda en Irlanda a partir de mayo de 2026 debe llevar advertencias sobre el mayor riesgo de problemas de salud que conlleva su consumo, con énfasis en el peligro de desarrollar enfermedades hepáticas o cáncer.
«Por cierto, soy alguien que bebe, y a veces bebo demasiado», confesó Varadkar en el podcast ‘The Rest is Politics’ el pasado lunes, y añadió que «es una droga muy poderosa pero no lo reconocemos como tal». «Cambia tu personalidad y hace que las personas hagan cosas que de otro modo no harían», defendió, y añadió que «una gran cantidad de violencia en Irlanda», como los «delitos contra el orden público, la violencia contra los niños» o «la violencia sexual» están «relacionados con el alcohol», así como «una gran cantidad de enfermedades a largo plazo». Los datos disponibles no le quitan la razón: según una encuesta del gobierno del año pasado, el 22% de la población del país podría clasificarse como bebedores compulsivos.
La decisión fue aplaudida, entre otros, por Rachel Morrogh, de la Sociedad Irlandesa contra el Cáncer, quien se felicitó de que Dublín sea «pionera en el área de la salud pública». También desde organizaciones como Alcohol Action Ireland manifestaron que «acogen calurosamente» la nueva ley.
Sin embargo, otras reacciones no fueron positivas. Una medida semejante se intentó imponer en Europa, pero los países mediterráneos productores de vino lo frenaron. Ahora, vuelven a estar en pie de guerra. Italia, Francia y España, cuyo vino también se verá afectado, denuncian que la introducción de etiquetas exclusivas para Irlanda pone en riesgo la libre circulación de mercancías y desestabiliza la relación con sus socios de la UE, y los productores de vino argumentan que es injusto comparar el alcohol con los cigarrillos, ya que se puede disfrutar con moderación sin suponer un riesgo para la salud.
De hecho, los planes de Irlanda de insertar advertencias sanitarias alarmantes en las botellas de vino, cerveza y licores han provocado una queja oficial ante la Comisión Europea, con trece estados miembros que ya han expresado su preocupación, y ocho países fuera de la UE que llevaron el asunto a la Organización Mundial del Comercio (OMC).
14.000 millones de euros
Italia, cuya industria del vino tiene un valor de alrededor de 14.000 millones de euros al año y emplea a aproximadamente 1,3 millones de personas, es el país que lidera las protestas, y sostiene que nueva ley penaliza el consumo moderado de alcohol y corre el riesgo de dañar el negocio de los enólogos. Antonio Tajani, ministro de Exteriores, calificó el plan como un «ataque» a la identidad y el patrimonio de Italia.
También el Comité Européen des Entreprises Vins (CEEV) ha presentado una denuncia formal ante la Comisión Europea, y ha pedido que se abra un procedimiento de infracción contra Irlanda por violar la legislación de la UE y poner en peligro el mercado único. La denuncia recoge que las etiquetas propuestas por Irlanda son «incompatibles» con la legislación del grupo comunitario y agrega que Dublín «nunca ha justificado adecuadamente» la medida propuesta. Mención aparte merece el hecho de que las etiquetas «no distinguen entre el abuso de alcohol y el consumo moderado de vino, por lo que no informan con precisión a los consumidores».
Las críticas también son internas. Cormac Healy, director de Drinks Ireland, acusó al Gobierno irlandés de estar «causando tensiones innecesarias con importantes socios comerciales».