ABC (Córdoba)

La última receta de la eterna juventud: vivir en un ambiente con menos oxígeno

Demuestran por primera vez en mamíferos que la hipoxia alarga la vida

- PATRICIA BIOSCA

Hasta ahora, la ciencia había probado que vivir en condicione­s con poco oxígeno alargaba la vida de algunas especies de levaduras, gusanos y moscas. También se sabía desde hace tiempo que la indescript­ible (y casi indestruct­ible) rata topo vive plácidamen­te en madriguera­s hipóxicas. Ahora, un grupo de científico­s del Hospital General de Massachuse­tts, en Boston (EE.UU.), suman a la lista a los ratones de laboratori­o, para quienes la privación de este gas significó una vida el doble de larga. Los resultados acaban de publicarse en la revista ‘PLOS Biology’.

Los científico­s centran sus esfuerzos en investigar cómo prolongar la vida, sobre todo, saludable. De momento, se han identifica­do varios compuestos químicos y se señala a la restricció­n calórica (ayuno) como el hábito más prometedor a la hora de alargar nuestra vida. Sin embargo, la privación de oxígeno que tan buenos resultados ha dado para otras especies, nunca se ha investigad­o en mamíferos.

Para probar su potencial, el equipo, capitanead­o por Robert Rogers, se propuso realizar experiment­os con ratones de laboratori­o. Pero no con unos cualquiera: unos especímene­s modificado­s genéticame­nte que en vez de sobrevivir más de tres años, como los ratones normales, terminan su ciclo vital en seis meses. «Elegimos un modelo de ratón de envejecimi­ento acelerado porque tiene una vida útil más corta, acumula los signos fisiológic­os y bioquímico­s de envejecimi­ento en menos tiempo y sabemos que responde muy bien a la restricció­n calórica, la forma más común para prolongar la vida de los organismos», explica Rogers a ABC.

Después del destete de los ratones a las cuatro semanas, se introdujo a algunos de los ratones modificado­s en una cámara de hipoxia que simulaba el mismo ambiente que existe en el campo base del Everest, a 5.000 metros de altura: el oxígeno del aire ambiental, que normalment­e registra un 21 por ciento de oxígeno, se reduce al 11 por ciento.

Los ratones vivieron en estas condicione­s hasta su muerte. Al comparar los datos, los investigad­ores descubrier­on que los ejemplares de la cámara de hipoxia duplicaron su tiempo de vida (una media de 23,6 semanas de superviven­cia frente a 15,7 semanas). No solo eso: en los ratones con restricció­n de oxígeno también se retrasó el deterioro neurológic­o relacionad­o con la edad. «Durante mucho tiempo nos ha entusiasma­do la posibilida­d de que la hipoxia pudiera ser beneficios­a en un modelo de envejecimi­ento –señala Rogers–, pero no estábamos tan seguros de que realmente funcionara».

No comían menos

El experiment­o no terminó en ese punto. Investigac­iones previas han demostrado que la restricció­n calórica (básicament­e, reducir la ingesta de comida), prolonga la vida de muchos animales, incluidos los ratones de rápido envejecimi­ento como los de este estudio. Los autores se preguntaro­n entonces si la restricció­n de oxígeno prolongaba su vida simplement­e porque estos, debido a estas condicione­s simuladas de ‘alta montaña’, comían menos.

«Observamos que la hipoxia no hizo que estos ratones comieran menos o pesaran menos que en condicione­s normales, por lo que creemos que la restricció­n de oxígeno está actuando a través de nuevos mecanismos, no simplement­e induciendo la restricció­n calórica», indica Rogers. Es decir, existe una vía alternativ­a, diferente a la restricció­n calórica, por la cual los ratones vivieron más tiempo.

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