Otro ‘mundial’ para Bellido
Para los periodistas a los que nos gusta la política local, las municipales son nuestros mundiales. Y en las de este domingo, asistimos a una exhibición del popular José María Bellido. Llevó a su partido a la mayoría absoluta y logró que por primera vez el PP dirija la ciudad durante dos mandatos consecutivos. Es el triunfo de un canterano de los populares que subió al primer equipo en 2004, cuando entró como edil en Capitulares. Se fogueó en la oposición y, cuando su partido logró el bastón de mando en 2011, el entonces alcalde, José Antonio Nieto, le dio galones.
Le nombró edil de Hacienda en una época en la que las arcas municipales estaban más vacías que la cuenta de puntos del Córdoba CF en la segunda vuelta de la temporada que acaba de terminar. Dirigió el exitoso saneamiento económico del Consistorio. Después, en 2015, el PP volvió a ganar, pero la alianza de las fuerzas de izquierda le mandó a la oposición, en la que Bellido ascendió a capitán de los populares. En 2019, le llegó la prueba de fuego en las urnas y la superó con una remontada para el recuerdo.
El PSOE llegaba a aquellos comicios ostentando el bastón de mando por primera vez en el ciclo democrático y tras pasearse, sin rival, en abril en las generales en la capital. Un mes después, en las municipales, los populares lograron el triunfo y la Alcaldía y formaron cogobierno con Cs. Aquel político con pinta de tímido fuera del Consistorio iba a volver a demostrar, como cuando fue edil de Hacienda, un desparpajo innato para dominar la actividad municipal. En el pasado mandato, sorteó adversarios de la envergadura de la crisis del Covid o la ralentización de la economía por la guerra de Ucrania.
Pero fue más allá. En un movimiento osado, de esos de enfermería o puerta grande, planteó la candidatura de Córdoba a sede de la Base Logística y marcó un golazo por toda la escuadra al captar un proyecto que dará un impulso clave a la economía local. Y en los comicios del domingo, salió a ganar buscando un resultado con el que poder gobernar en solitario. Volvió a correr ciertos riesgos —esa llamada tan insistente al votante socialista moderado implicaba el peligro de molestar al elector más a la derecha— ganó su segundo ‘mundial’ y lo hizo a lo grande.