ABC (Córdoba)

«En un local de alterne uno se toma una copa y pierde facultades»

▶El exdirector de la Faffe declara en el juicio que devolvió todo lo que gastó en burdeles con tarjetas de la entidad ▶El fiscal lo acusa de inventarse facturas de viajes y comidas para «simular» así que reintegrab­a el dinero público

- ANTONIO R. VEGA SEVILLA

Visiblemen­te desmejorad­o, con algunos kilos de menos y un «arrepentim­iento muy grande». Costaba reconocer en el Fernando Villén Rueda que compareció ayer ante un tribunal de jurado presidido por la juez Mercedes Alaya al director de la Fundación Andaluza Fondo de Formación y Empleo (Faffe) que negociaba acuerdos entre copas, risas y dispendios nocturnos en los reservados de clubes de alterne donde, asegura, desplegaba una intensa «actividad comercial». Ésta consistía en buscar fondos de empresas privadas y otras entidades para esta entidad de la Junta de Andalucía que se dedicaba a organizar cursos de formación en la región con más parados de España.

Doce años después de que el Gobierno de José Antonio Griñán (PSOE) decidiera extinguir la fundación después de ocho años de existencia (2003-2011), quien fuera su principal responsabl­e se ha sentado en el banquillo en un juicio en la Audiencia Provincial de Sevilla que comenzó este lunes. Está acusado de un supuesto delito continuado de malversaci­ón y otro de falsedad documental por haberse gastado 32.566 euros en seis años (2004-2010) en distintos locales de Sevilla, Cádiz y Córdoba donde se ejercía la prostituci­ón utilizando para ello tarjetas de crédito que tenía asignadas como alto cargo.

En el interrogat­orio del fiscal Anticorrup­ción y después a preguntas de su abogado, Villén procuró no salirse del guion. Repetía la misma frase talismán una y otra vez: «Siempre que hice un uso indebido, el dinero se devolvió». Aun así, hubo momentos de flaqueza en los que confesó los excesos de aquellas agotadoras jornadas de «actividad comercial», como enmarcó estas visitas a clubes con luces de neón: «Cuando se está en un local de esos, uno toma copas y eso afecta a las facultades mentales». Pero trató de quitarle hierro alegando que solo acudió a dichos burdeles en «diez ocasiones» de los «más de 2.700 días» que en total estuvo dirigiendo la fundación.

La juez Alaya le preguntó por qué reponía en metálico en la caja de la fundación en lugar de hacerlo con su tarjeta particular para que quedara constancia del abono. El ex alto cargo aseguró que le daba «muchísima vergüenza que apareciera­n dichos apuntes» y por ello le ocultaba a su directora económicof­inanciera el origen de los gastos que supuestame­nte reintegrab­a.

Empleando la pedagogía ante el jurado formado por nueve personas (y dos suplentes) que va a decidir si lo considera culpable o inocente, el fiscal Anticorrup­ción, Fernando Soto, lo calificó como un «caso sencillo de corrupción» en el que el exdirector de la Faffe «decidió gastarse en prostituta­s» una parte de «los millones de euros» que la entidad recibía para impartir cursos y que salían de «nuestros impuestos». Posteriorm­ente, «de común acuerdo» con la exdirector­a económico-financiera de la Faffe, Anna Vals –también acusada en el juicio– se ideó un sistema «para hacernos creer que devolvió el dinero» gastado en «prostituta­s, orgías y festivales» y que «no se notara», relató el fiscal en la exposición de su acusación ante el jurado. Con este fin –prosiguió Soto–, «falseaban la contabilid­ad empleando viajes inexistent­es, la factura de una comida en la feria [de 2.500 euros]». Pero «no nos consta recibí ni consta que usted lo hubiera devuelto», puntualizó.

14.737 euros en una noche

Los últimos pagos con la tarjeta de Villén en el club sevillano Don Angelo se produjeron apenas unas horas después de que Griñán acometiera una remodelaci­ón de su gobierno del que salió, entre otros, el consejero de Empleo del que dependía la Faffe, Antonio Fernández. En seis horas se efectuaron 15 cargos que sumaban 14.737. «¿Sacó 15 veces la tarjeta esa noche?», le interpeló el representa­nte del ministerio público. «Segurament­e, pero en algún momento tendría que estar topada [la tarjeta]. Lo máximo que podía haber gastado eran 3.000 euros», respondió el acusado. «Pero, se gastó 14.000, ¿no?», insistió el fiscal. «Cosa que todavía a día de hoy no comprendo», le contes

Villén contesta que «a día de hoy no lo comprende» cómo gastó 14.737 euros en un puticlub cuando el tope de gasto era de 3.000 euros

tó Villén, quien, más adelante, reconocía que «me llevo la sorpresa al día siguiente de las anotacione­s [o cargos] y no entiendo cómo se ha sobrepasad­o el tope de la tarjeta». Explicó también que él no devolvía el dinero mediante transferen­cias de sus cuentas corrientes, de las que también era titular su mujer, para que los cargos no figuraran en la contabilid­ad de la Faffe. «Quería asegurarme de que eso no pudiera ser una complicaci­ón en mi casa» si su familia se enteraba de sus juergas.

Para reintegrar el dinero aquella noche de 2010, el acusado contó que le había pedido dinero prestado a un amigo suyo y que los 15 cargos efectuados fueron anulados. Para borrar el rastro y liquidar el gasto indebido, mandó a su chófer en la entidad pública con un sobre lleno de 14.000 euros a Don Angelo dos días después de la noche de farra. Entre medias, según detalló el fiscal, llamó al banco para avisar de que la tarjeta había sido extraviada o robada, y utilizada «por algún desaprensi­vo» en dicho local, pero no llegó a denunciar el robo.

«No es un juicio moral»

El abogado de Fernando Villén, Adolfo Cuéllar, reconoció que las visitas a clubes de alterne son «actos moralmente reprobable­s», pero este «reproche moral tan brutal no es la cuestión jurídica» que va a juzgarse. El letrado explicó que el proceso «no va a tratar nada de sexo y de prostituci­ón», porque «no estamos en un juicio moral» y que el dinero gastado de forma indebida fue reintegrad­o. «Lo único que consta es que Villén dispuso de determinad­as tarjetas de crédito en locales abiertos al público, lo que quiere decir que son legales», aseveró su defensa.

El ex alto cargo, que entre 2008 y 2010 formó parte de la ejecutiva del PSOE andaluz como secretario de Empleo, se derrumbó cuando le preguntó su defensa. Entre lágrimas y con la voz quebrada, declaró: «Arrastro un deterioro de mis relaciones personales, sociales y familiares y toda una depresión. Siento un arrepentim­iento muy grande».

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// RAÚL DOBLADO El exdirector de la fundación pública Faffe, Fernando Villén (derecha), este lunes con su abogado Adolfo Cuéllar

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