ABC (Córdoba)

La muñeca de las canastas imposibles

Llull, nuevo máximo encestador histórico del Madrid en Liga, suma una colección de tiros ganadores

- DANIEL CEBREIRO

Esta temporada en la NBA se ha estrenado un nuevo premio, el ‘Clutch Player of the Year’. Con él se elige al jugador más decisivo en los instantes finales e igualados. Si hubiera un galardón al jugador ‘clutch’ del Real Madrid, habría pocas dudas sobre su ganador. La canasta decisiva para conquistar la Euroliga encumbra todavía más la trayectori­a de Sergio Llull, asentado como el jugador más cómodo en finales igualados de partido, esos en los que la pelota quema y los grandes jugadores se convierten en leyendas. El menorquín agrandó su figura el pasado domingo ante el Gran Canaria al convertirs­e en el máximo anotador del Real Madrid de todos los tiempos en la liga, registro en el que superó a Felipe Reyes. Además de los récords que atesora, a sus espaldas aparecen una serie de canastas ganadoras para la historia, que fueron recopilada­s por el periodista Edu Salán.

La Euroliga fue testigo de la primera ‘mandarina’ decisiva de Llull, allá por el año 2010. Un triple con posibilida­d de tiro adicional, casi sobre la bocina, sirvió al Madrid para recuperar el ‘average’ ante el Montepasch­i y seguir aspirando al liderato. Pero la Liga ACB también ha vivido en sus pistas el manejo de estas situacione­s por parte del mahonés. Una de las primeras se produjo ante el Fuenlabrad­a en 2011. Un punto abajo en el marcador, Llull anotó la canasta triunfal gracias a una penetració­n seguida de una ‘bombita’ a falta de menos de dos segundos.

Para completar el triplete, el menorquín quiso dejar su impronta en la Copa del Rey. Y de qué forma lo hizo. En la final de 2014, ante el FC Barcelona y perdiendo por un punto. Una gran asistencia de Sergio Rodríguez dejó liberado a Llull y, con una décima restante en el reloj, la pelota entró limpia. Fue el primer título del Real Madrid conseguido gracias a una jugada decisiva del balear. Pero no sería el último.

Ese mismo año, la faceta ‘clutch’ de Llull viajó hasta Kazán (Rusia). Un bloqueo le permitió quedarse emparejado con el pívot rival a falta de 5 segundos y con un marcador de 75-74 en contra. Un ‘step back’ dejó sin opciones a su defensor y, liberado, efectuó el tiro que le dio la victoria al Madrid, una vez más.

Uno de los equipos que más ha sufrido las ‘mandarinas’ de Sergio Llull ha sido el Valencia Basket. En 2015, se enfrentaro­n en semifinale­s de la Liga. Llegaron al tercer partido con la serie igualada y el encuentro se fue a la prórroga. Con el marcador empatado a 100, encestó un triple que sentenció el partido y fue decisivo para la eliminator­ia.

Un año más tarde, el internacio­nal volvió a silenciar La Fonteta. En esta ocasión, el enfrentami­ento correspond­ía a la fase regular del campeonato doméstico. Ambos equipos empataban a 89 y restaban 3,9 segundos. El valenciani­sta Antoine Diot adelantó a los locales por dos puntos y el reloj bajó hasta los 1,3. El Madrid no disponía de tiempos muertos. Llull fue el primero en reaccionar, pidiendo el balón desesperad­amente. En una acción agónica, lanzó a canasta desde 21 metros, detrás del centro del campo. Parecía imposible. No para el hombre milagro. La pelota dibujó una trayectori­a perfecta y entró sobre la bocina, firmando una de las mejores jugadas en la historia del baloncesto español.

Y la última, al menos hasta el momento, se produjo hace unos días en Lituania para darle al Madrid su undécima Euroliga. Llull había lanzado un único tiro en todo el partido y lo había fallado. Pero Chus Mateo, sus compañeros y los aficionado­s tenían claro quién debía tener la pelota en sus manos en la última posesión. El menorquín no falló y sumó una canasta ganadora más en un currículum lleno de milagros.

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