ABC (Córdoba)

El SPD pierde 30.000 afiliados desde que Scholz es canciller

Al partido le esperan este año duros golpes en varias elecciones regionales y europeas

- ROSALÍA SÁNCHEZ CORRESPONS­AL EN BERLÍN

Nunca antes, en sus 160 años de historia, ha pasado el Partido Socialdemó­crata alemán (SPD) por un momento tan bajo. El SPD perdió más miembros el año pasado que en cualquier otro desde 2019. A 31 de diciembre de 2023, el partido contaba con 365.190 miembros, lo que supone 14.671 afiliados menos que a finales de 2022, año en el que ya perdió un 3,9% de sus afiliados, y una pérdida adicional del 3,9%. Desde que Olaf Scholz ocupó la Cancillerí­a, han abandonado el SPD unos 30.000 miembros y se ha deslizado en las encuestas hasta hundirse en el 13%, un porcentaje que arrastra a las centenaria­s siglas hasta un nivel de casi irrelevanc­ia y que se debe en buena parte a la decepción causada por Scholz y por su ‘coalición semáforo’.

«Scholz se mantiene aparenteme­nte tranquilo, sereno y estoico. No muchos ven esto como una respuesta adecuada a la frustració­n de grandes sectores de la población», valora Daniel Friedrich Sturm en ‘Tagesspieg­el’, el periódico que ha desvelado esta fuga de afiliados. «La reputación del canciller cae a un mínimo histórico, los agricultor­es que protestan son ampliament­e aceptados por la población, los presidente­s regionales socialdemó­cratas apuñalan por la espalda a Scholz, incluso entre los fieles más leales del SPD el descontent­o está creciendo y hasta los aficionado­s al balonmano abuchean a Scholz cuando acude a un partido de la ronda preliminar de la selección». Ningún otro canciller ha sufrido una pérdida de confianza tan «dramática y rápida», debido a sus promesas incumplida­s y a su falta de mensaje para llegar a los ciudadanos. Y todo apunta a que la situación todavía puede empeorar.

Al SPD le esperan este año duros golpes en varias elecciones regionales y europeas. La ultraderec­hista Alternativ­a por Alemania (AfD) encabeza las encuestas de intención de voto en el este del país, donde este año habrá elecciones en Sajonia, Brandeburg­o y Turingia, mientras que el SPD puede quedarse fuera de al menos uno de los tres parlamento­s regionales. Según una encuesta del Instituto Demoscópic­o Civey en Sajonia, de cara a las elecciones de septiembre, el SPD no pasará del 3% de los votos en Sajonia, donde se alzará AfD con un 37%, seguida por la Unión Cristianod­emócrata

(CDU), con un 33%. De los tres partidos que integran la ‘coalición semáforo’, sólo Los Verdes, con un 7%, lograrían presencia en el parlamento sajón.

Culpa de la coalición

Los presidente­s del SPD, Lars Klingbeil y Saskia Esken, culparon de esta situación, en el último congreso del partido, a la coalición de gobierno. «El Gobierno ha contribuid­o a aumentar la insegurida­d entre los ciudadanos con su polémica para las calefaccio­nes y la discusión sobre las ayuda básicas infantiles. Ahí hemos perdido confianza y debemos luchar para recuperarl­a», señaló Klingbeil, que culpó a los «dos años de pandemia, guerra, inflación, crisis energética y crisis climática». «El diseño de los presupuest­os federales tras la sentencia del Constituci­onal» ha sido mencionado como corolario del problema por parte de Esken.

En el partido, estos datos no mueven a la autocrític­a, sino que remiten directamen­te a las carencias de Olaf

Scholz, que abundan más y más en cada nuevo sondeo publicado. La última encuesta INSA, publicada semanalmen­te, confirma que el SPD no obtendría siquiera el 14% de los votos y sitúa la popularida­d de Scholz a escala federal por detrás incluso de la del líder de AfD, Tilo Chrupalla. Scholz ocupa, de hecho, el puesto número 18 en el ‘ranking’ de aceptación, en una lista encabezada por su ministro de Defensa, Boris Pistorius, también socialdemó­crata, seguido del presidente de Baviera, el conservado­r Markus Söder y el cristianod­emócrata Hendrik Wüst.

Vista en perspectiv­a, la caída del SPD es todavía más grave. El descenso comenzó bajo la cancillerí­a de Gerhard Schröder (1998 a 2005), el SPD contaba inicialmen­te con más de 750.000 miembros y al final todavía contaba con unos 600.000. Más recienteme­nte, ha debido asumir derrotas aplastante­s, como en las pasadas elecciones de Baviera y Hesse. Y a eso hay que añadir una lectura demográfic­a: el grupo de afiliados de 60 años o más representa el 57,62% del total . «El envejecimi­ento es un gran problema para los partidos tradiciona­les de izquierda», admite Aiko Wagner, politóloga de la Universida­d Libre de Berlín (FU), que recuerda que en 1990 el partido contaba con más de 940.000 miembros.

Ningún otro canciller ha sufrido una pérdida de confianza tan «dramática y rápida» debido a sus promesas incumplida­s

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// REUTERS El canciller alemán, Olaf Scholz, durante una conferenci­a en Berlín
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