ABC (Córdoba)

«Milei es un liberal clásico, no un Bolsonaro argentino»

Niall Ferguson Polémico y agudo, el intelectua­l escocés no ceja en su campaña contra las amenazas a la libertad individual

- Historiado­r y ensayista JOHN MÜLLER

Es el historiado­r económico más conocido del mundo. Su obra ‘El ascenso del dinero’, convertida en serie de TV, lo catapultó a la fama en 2008. Niall Ferguson (Glasgow, 1964) es uno de los intelectua­les liberales con mayor predicamen­to. Da clases en Harvard, investiga y divulga. Desde 2011 comparte su vida con Ayaan Hirsi Ali. Esta semana comienza su colaboraci­ón en las Terceras de ABC y aceptó contestar a un cuestionar­io.

—Dijo recienteme­nte que debemos organizarn­os mejor para defender los valores de la libertad individual contra todas las formas de tiranía que la amenazan. ¿Cuáles son estas formas?

—El Partido Comunista Chino. El gobierno de la Federación Rusa. La teocracia iraní. Los diversos grupos terrorista­s suníes. Y los elementos antilibera­les dentro de las sociedades occidental­es.

—¿Qué sistema político y económico es el que, en su opinión, mejor expresa los valores de la libertad individual? —El gran estado de Montana.

—¿Qué opina de personas como Elon Musk que creen que el salvaje Oeste es un modelo adecuado para colonizar el espacio exterior?

—No estoy seguro de qué tan bien le irá al ganado en Marte. Con toda seriedad, simplement­e no entiendo la economía del espacio exterior. La economía de la expansión hacia el oeste en América del Norte fue sencilla. La tierra era abundante y fértil, la mano de obra escasa. Fácil. Es realmente caro llegar y habitar el espacio exterior. Allí no crece nada. Es como el Ártico sólo que infinito. ¿Quién va al Ártico?

—Se suele repetir que la democracia liberal está amenazada porque sus ciudadanos no la defienden, pero lo cierto es que los últimos informes que hablan del deterioro de las democracia­s no muestran que la participac­ión esté disminuyen­do, por el contrario, está aumentando. ¿Cómo se explica esto?

—No mucha gente (tal vez el 13%) vive en democracia­s liberales. Pero en su mayoría aprecian bastante poder votar. El deterioro de las democracia­s tiene que ver con la erosión del Estado de derecho.

—Entre los desafíos para Occidente que identifica está la creciente deuda pública, ¿por qué es una amenaza?

—Cuando se gasta más en servicio de la deuda que en defensa, se tiene un problema. Los grandes volúmenes de deuda con tasas reales positivas por encima de la tasa de crecimient­o son un dolor de cabeza aún mayor. O aplastas al contribuye­nte o decepciona­s al tenedor de bonos.

—También señala la sobrerregu­lación como otra lacra. Esto no lo va a hacer muy popular en la Comisión Europea, que se jacta de ser la alianza de países que mejor regula del mundo.

—Hay una razón por la que tan pocos ‘unicornios’ [empresas valoradas en más de mil millones de dólares] son europeos. La UE prioriza la regulación sobre la innovación, la burocracia sobre los negocios. Esta es la razón por la que el crecimient­o de Estados Unidos supera al de la UE.

—Hay otros dos retos que no termino de entender: que el Estado de derecho se convierta en el Estado de los abogados y el debilitami­ento de la vida asociativa. ¿Qué quiere decir?

—Los abogados son un grupo de interés. Les interesa restringir el acceso a la profesión y encarecer el acceso a los tribunales. Tienen interés en una legislació­n compleja que les genere trabajo. De modo que el Estado de derecho evoluciona lentamente hacia el Estado de los abogados, un sistema que beneficia a la profesión y limita cada vez más el acceso del público a los tribunales.

—Los recientes acontecimi­entos en España nos vuelven muy sensibles a las valoracion­es sobre el Estado de derecho. ¿Cree que los crímenes de los políticos amnistiado­s a cambio de su apoyo parlamenta­rio son buenos para el Estado de derecho?

—No. Esta fue una decisión terrible.

—¿Le ha sorprendid­o que esto pase en España?

—Un poco. Pensé erróneamen­te que habría un cambio de gobierno, un retorno a la derecha.

—Vemos con sorpresa lo ocurrido en las universida­des estadounid­enses tras el ataque de Hamás a Israel. ¿Es esto parte del declive de la vida universita­ria en ese país que se viene reportando desde la aparición de las políticas de cancelació­n?

—Sí. Llevo casi diez años escribiend­o y hablando sobre el deterioro de la libertad académica y los estándares intelectua­les. Lo único bueno del 7 de octubre es que las extrañas respuestas en lugares como Harvard y Stanford revelaron este deterioro a muchos exalumnos y donantes.

—Paradójica­mente, hay académicos españoles que sostienen que las garantías de la universida­d pública española, muchas veces denunciado­s como paralizant­es, les protegen contra la cultura de la cancelació­n.

—Está claro que la manía del ‘wokismo’ es particular­mente severa en el mundo de habla inglesa. Probableme­nte haya otras razones además de la que usted menciona para las tendencias menos extremas del mundo hispanohab­lante.

—¿Cómo cree que se resolverá el dilema entre globalizac­ión económica y conflicto geopolític­o que hoy vemos en el planeta?

—No se resolverá. Continuare­mos con la Segunda Guerra Fría y al menos con algunos aspectos de ‘Chimerica’ (China + América). Incluso si estalla una guerra a gran escala, la gente encontrará una manera de sortear los bloqueos y las sanciones. Los comerciant­es son muy ingeniosos y las fronteras son muy permeables.

—¿Qué le pareció el triunfo de Javier Milei en Argentina? ¿Qué espera de él?

—Estoy encantado y tengo grandes esperanzas en él. Conozco bastante bien Argentina gracias a mi participac­ión en un ‘fintech’ local que se llama Ualá. Estaba claro que la gente corriente estaba harta de la inflación del 100% y de la corrupción peronista. Así que estaban dispuestos a correr riesgos con un profesor libertario radical. Los intentos de los medios anglófonos de presentarl­o como un Bolsonaro argentino son completame­nte engañosos. Es un liberal clásico. El desafío que enfrenta es enorme, tal vez incluso mayor que el que enfrentó Margaret Thatcher en 1979.

—¿El dólar dejará de ser la moneda de reserva mundial?

—No durante muchos años.

Deuda pública «Con tasas reales positivas por encima del crecimient­o los grandes volúmenes son un dolor de cabeza»

 ?? CONTACTO ??
CONTACTO

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain