La nueva cruz de las Carmelitas Descalzas ya luce como símbolo de fe y la unidad
La comitiva estuvo formada por todas las hermandades y sones de la Centuria Romana
La plaza de las Descalzas en Aguilar luce desde ayer con una nueva cruz forjada en hierro que ha sido sufragada por todas las cofradías de la localidad. El acto de bendición aglutinó a centenares de personas que no quisieron perderse el que, sin duda, fue un momento histórico en el municipio. A las doce del mediodía se ha celebró una eucaristía en la parroquia del Soterraño.
Después una procesión acompañó al lignum crucis desde este templo hasta los pies de la nueva cruz. La comitiva compuesta por representantes de todas las hermandades estuvo arropada por la música de la Centuria Romana de Jesús Nazareno.
Una vez en la plaza se llevó a cabo el acto de bendición. El párroco, Pablo Lora, explicó que había que estar alegres porque esta plaza se convertía en un lugar de encuentro y celebración. Añadió que «es un momento en el que dejemos a un lado nuestras diferencias y nos unimos en la devoción hacia la santa cruz».
Lora también dijo que no hay que permitir que «nadie utilice la cruz con otras connotaciones que las de nuestra fe y profundos sentimientos religiosos que hoy vemos reflejados en la vía pública». Incluso leyó un mensaje del nuncio del papa en España, Bernardito Cleopas, sumándose a esta celebración.
Hay que recordar que en enero de 2021 el Ayuntamiento de Aguilar, acogiéndose al cumplimento de la ley de Memoria Histórica, retiró una cruz de hormigón que se levantó en esta plaza en el año 1938 para homenajear a las víctimas de la guerra civil en el bando franquista. Esta retirada tuvo una gran repercusión mediática y política puesto que para muchos aquella cruz ya se había desprovisto de toda simbología que la ligara a la guerra o a la dictadura franquista.
Cambio
Poco después de su derribo, la Agrupación de Cofradías tomó la iniciativa de levantar una nueva que simbolizara la fe de los cristianos y reconociera la intensa labor de hermandades o colectivos que trabajan por la ayuda a los demás como Cáritas parroquial. Según se dijo entonces una cruz «de todos» que naciera desprovista de cualquier tinte político.
El proyecto contó con el beneplácito del ayuntamiento y de la delegación de Cultura en Córdoba, ya que había que instalarla en las cercanías del templo de las Carmelitas Descalzas que está declarado Bien de Interés Cultural. La obra, que se levanta a escasos metros de la anterior cruz, ha sido diseñada por Ricardo Llamas y ejecutada por el herrero Antonio Cecilia y la empresa mármoles Morillo.