«Se están compartiendo datos como si esto fuera un mercado»
CARMEN LUCAS-TORRES MADRID Abogados penalistas y catedráticos están atentos al recorrido de los primeros casos abiertos donde las principales pruebas incriminatorias se encuentran en conversaciones de Encrochat.
Luis Rodríguez Ramos, catedrático de Derecho Penal en la Universidad Complutense de Madrid, no ve peligro de nulidad en el sistema de obtención de las pruebas si se cumple la legalidad: «En las escuchas judicialmente autorizadas y legales aparecen otras conversaciones que no tienen nada que ver con los hechos que se están investigando. El juez tiene que suprimirlas en presencia del secretario para que las partes no tengan acceso».
Gran preocupación
Sin embargo, defensores de investigados por pertenencia a organizaciones de narcotraficantes muestran su preocupación: «Se están compartiendo paquetes de información sobre organizaciones que, se dediquen a lo que se dediquen, pueden incluir conversaciones entre abogado y cliente o entre empresarios sobre datos económicos que intentan proteger. Los países se las envían como si se tratara de un mercado», considera Paloma García Sánchez, a quien la Audiencia Nacional admitió un recurso en octubre donde solicitó diligencias para conocer el «origen» de la investigación contra sus cliente y asegurar su legalidad.
Para Rodríguez Ramos no es un problema nuevo: «Los hallazgos ocasionales, que aparecen cuando se está investigando otro delito, también son válidos. Lo íntimo se suprime y queda lo relevante como prueba documental».
Por su parte, el letrado Jaime Sanz de Bremond explica a ABC que con Encrochat se abre un escenario en el que, si en los sumarios se incluyen datos íntimos, «el propio juzgado puede expurgarlos o no hacerlo y que sea el tribunal de enjuiciamiento el que lo haga». Repara en que la Policía o la Guardia Civil debería también avisar al propio Juzgado para que la elimine.