Un Barcelona por fin digno
Una maravilla de Joao Féliz desnivela un duelo que Isco llevó a las tablas tras el festín de Ferran Torres
Antes del partido todo parecía indicar que Joao Félix no está aprovechando la penúltima o tal vez última oportunidad que su representante, Jorge Mendes, y el presidente del Barcelona le dieron para consolidarse como un jugador de élite. Ayer Xavi le mandó otro de sus avisos dejándolo en el banquillo.
El primer detalle de clase lo puso Lamine Yamal, que si hubiera acabado su jugada marcando le habrían comparado con Maradona, pero el primer peligro claro nació de una genial asistencia de Isco, que Luiz Henrique bombeó en exceso. Las dudas de Pau Cubarsí en defensa facilitaron la jugada. El Barça lo hacía todo bien pero lento, demasiado lento para inquietar a la zaga local. El Betis asistía al partido con la tranquila pasividad del tipo que pasa a recogerte la ficha cuando montas en los autos de choque.
Ante tanta indiferencia, al Barça le bastó con un poco de suerte para adelantarse en el marcador, Ferran mediante. Tras el eléctrico Madrid-Almería cualquier partido parecería como emitido a cámara lenta, pero es que lo que se veía en el Villamarín era realmente un museo de la apatía. Comida de hospital. El Barça jugaba a no cometer errores y el Betis a la ley del mínimo esfuerzo. Caía la tarde caía sobre Sevilla, dejando un último cielo azul y rosa. Aparatoso contraste entre tanta belleza andaluza y la vulgaridad de lo que se veía en el césped. Lamine Yamal volvió a recordar que solía ser muy bueno con un trallazo al palo tras un par de buenos regates. En otra jugada finalmente anulada por fuera de juego de Lewandowski, otra vez el joven se lució con tres quiebros de gran categoría y habilidad.
El Barça tenía el partido donde quería y el Betis no comparecía, pero un 0 a 1 para un equipo tan inmaduro como el de Xavi podía resultar angustiosamente insuficiente. Pellegrini dio tras el descanso entrada a Fekir y Borja Iglesias y sentó a Assane Diao y Willian José, pero no sirvió de nada porque Ferran aprovechó una excelente jugada de Lamine Yamal –muy buen partido– para marcar el segundo de un rebote afortunado. Bien Ferran también pese a la suerte, porque estaba donde tenía que estar para poder hacer lo que hizo.
Tras el gol, el Betis se sintió más cómodo con el balón e intentó algunas jugadas de mérito. El Barça parecía como que daba por ganado un partido que aún se estaba jugando y daba aire al rival en lugar de acabar de doblegarlo.
Buenos minutos locales, los mejores que hasta entonces habían tenido, aunque faltaba luz en el remate, hasta que Isco de un disparo que pareció la ira de Dios, cayendo sobre el estadio, reventó la portería de Iñaki Peña, que justo en el lance anterior, había salido a por uvas, estorbado por Araujo. Merecido, además de hermoso gol del Betis. Sin solución de continuidad llegó también el empate, Isco mediante. Era incomprensible que el Barça, con el buen partido que había realizado, se dejara empatar en dos minutos de un modo tan desesperante. Sin ánimo de quitar mérito a los goles del Betis y a su mejoría en el juego, que un equipo como el de Xavi esté ganando 0 a 2 y se desmorone de tal modo solo puede explicarse por una falta de madurez, que no es propia de quien intenta competir con los grandes.
El Barça todavía podía ganar y Fermín, Joao Félix y Victor Roque entraron por Pedri, Cubarsí y ese club del jubilado ambulante que cada vez más es Lewandowski. El Betis tenía menos el balón pero era más peligroso lo que intentaba.
En el 89, el castigado Joao Félix, de un muy elegante disparo, consiguió el 2 a 3 salvando la cara a su equipo y al entrenador que lo había señalado, dejándolo de inicio en el banquillo. Ferran cerró la noche con el cuarto de su equipo tras otra magnífica asistencia de Lamine Yamal. La falta de consistencia que demostró el Barcelona dejándose empatar la corrigió con rabia y orgullo, marcando otra vez la diferencia con dos goles. Es tan criticable lo primero como elogiable lo segundo. La victoria se celebró con tantas ganas que habrá que estar atentos a si es flor de un día o un punto de inflexión en un equipo tan errático.