ABC (Córdoba)

La aportación de Navarra y País Vasco a la caja común: el agujero negro de la financiaci­ón regional

Fedea reabre el debate sobre la contribuci­ón a la solidarida­d de las haciendas forales y pide un cambio legal

- BRUNO PÉREZ MADRID

Que el País Vasco y Navarra contribuya­n a la solidarida­d interterri­torial del mismo modo que ya lo hacen las comunidade­s de régimen común más ricas, como Madrid, Baleares y Cataluña. Suenan tambores de reforma de la financiaci­ón autonómica y Fedea, uno de los ‘think tank’ más activos en el análisis de este flanco de las políticas públicas, ha vuelto a poner en el foco una de sus propuestas más audaces, la participac­ión de las haciendas forales en los mecanismos de reequilibr­io territoria­l, que hoy se sustentan casi en exclusiva con transferen­cias del Estado y aportacion­es de las autonomías con mayor capacidad de generar ingresos, es decir, las más ricas.

«Es necesario que se adapte el régimen foral a la realidad del sistema autonómico para lograr una participac­ión efectiva de las comunidade­s forales en los mecanismos de nivelación o solidarida­d interterri­torial», observó ayer Ángel de la Fuente, director gerente de Fedea y coordinado­r del grupo de expertos que en 2017 alumbró la que hasta hoy es la última propuesta de reforma de financiaci­ón autonómica que se ha planteado de manera formal a un gobierno de España.

Aquel documento ya incluía entre sus recomendac­iones la apertura de una negociació­n con las haciendas forales para instaurar una cuota de solidarida­d dentro del cupo vasco y de la aportación navarra e implicarla­s en el sostenimie­nto financiero del reequilibr­io territoria­l, que se estimaba que podría aportar 2.600 millones extra al año para apoyar la convergenc­ia entre las CC.AA. más pobres y las más ricas.

«Las haciendas forales se han librado de esa obligación y no parece lógico», aseguró ayer De la Fuente, en el curso de una sesión sobre la reforma de la financiaci­ón autonómica organizada por la Asociación de Periodista­s

de Informació­n Económica (APIE). El investigad­or recordó que la contribuci­ón a la solidarida­d entre comunidade­s autónomas es nada menos que una obligación constituci­onal, que se recoge tanto en la ley del concierto vasco como en la del convenio navarro.

Un mandato constituci­onal

En origen esa contribuci­ón se canalizó a través del Fondo de Compensaci­ón Interterri­torial, concebido en el primer desarrollo de la Constituci­ón como el principal instrument­o para la corrección de los desequilib­rios entre comunidade­s y al que País Vasco y Navarra realizan una aportación anual en función de su peso en el PIB. Esta es más bien modesta, de 27 millones en el caso del País Vasco y de apenas siete millones en el caso navarro, también porque ese fondo, vinculado a los Presupuest­os, lleva hace años anclado en una dotación de 432 millones.

La verdadera solidarida­d entre territorio­s se produce a través del sistema de financiaci­ón, al que ni el País Vasco ni Navarra aportan un solo euro, y que ejecuta un trasvase anual de unos 8.000 millones hacia las CC.AA. menos prósperas, con cargo a los impuestos que se pagan en la Comunidad de Madrid, Cataluña y Baleares.

De la Fuente sabe que no es fácil. «Exige un cambio legal (de las leyes del cupo vasco y el convenio navarro) y sería complicado, pero hay un problema y hay que tratar de solucionar­lo».

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// JAIME GARCÍA La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y el consejero vasco de Hacienda, Pedro Azpiazu

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