Toreo anticolonial y banderillas a la derecha
El ministro toreó bien, en su estilo anticolonial. En su alternativa parlamentaria como responsable de la política cultural española se le vio preparado, con los temas estudiados, aunque midiendo mucho, quizá demasiado, buscando el sitio para no arriesgar. Sin concretar, o concretando lo justo, se acercó a las tablas para llevar la refriega a donde le convenía: la descolonización, que cotiza tanto en Sumar y en lo plurinacional e irrita bastante a la derecha. Y ahí esperó a Vox con las banderillas.
Porque Urtasun estuvo diplomático con todos, menos con ellos. Habló en tono conciliador y educado, salvo cuando su ceño fruncido anunciaba que amenazaba con poner un par a «la extrema derecha», cuyos diputados, todo hay que decirlo, se lo pusieron muy fácil. Embestían sin pensar mucho. También hubo excesos, incluso de azúcar, en el otro extremo, el izquierdo, de la Cámara, pero a ellos no les pinchó con nada. Todo eran brindis al sol.
Y al PP sólo le reprochó Urtasun sus pactos «con la extrema derecha», una larga cambiada, cada vez que el debate le llevaba a los medios, a donde no quería. Pero, a ver, señor ministro, ¿quién no tiene un pacto hoy en día: uno de enero, dos de febrero, tres de marzo y cuatro de abril...?
Ante un micrófono, un ministro de Sumar no puede resistirse a anunciar la revisión de las colecciones en los museos nacionales como una prioridad. Lo ven como éxito seguro, que ni editado por Bizarrap. Sin debate sereno, científico previo, aún mejor. Hablas de la cultura como punto de encuentro. Lo que necesitarán ahora los museos será una buena amnistía, pero no vendrá, porque no están donde deberían para coger cobertura. A cualquiera que critique las santas razones de la cruzada descolonizadora de Urtasun, que lleva palabras como ‘etnocéntricas’ y ‘de género’, se le dirán cosas poco bonitas.
Los organismos y los acuerdos internacionales, según dice, nos obligan a descolonizarnos de serie, es una corriente mundial, como los alisios. Sólo tenemos que acostumbrarnos y buscar un buen comité que ponga la firma. Los excesos y las culpas indebidas, alguien los pagará.