El «ansia» de Tito Berni por el dinero buscaba saciar su «pulsión» por la prostitución
▶La Policía señala que el exdiputado socialista necesitaba fondos en efectivo para costear las trabajadoras sexuales a las que recurría de manera habitual
Contratar servicios de prostitución no es delito y así de claro lo deja la Policía en uno de los informes aportados al sumario del caso Mediador, «por pertenecer a la esfera privada» de cada uno. Si bien en el caso del exdiputado socialista Juan Bernardo Fuentes Curbelo, ‘Tito Berni’, los investigadores apuntan que recurría a trabajadoras sexuales, no de manera «esporádica», sino que formaba parte de «la habitualidad en la vida madrileña del diputado» y de ahí su «necesidad» de que los pagos a mujeres de compañía se realizaran «con fondos no sujetos a control de ningún tipo, ni familiar ni fiscal».
Dicho de otra manera, a Tito Berni la prostitución «parece suponerle una fuente de ansiedad por conseguir dinero, a fin de sufragar dicha pulsión» –en palabras de la Policía Judicial– que «vendría acompañada con el consumo de sustancias estupefacientes y en el marco de profusas fiestas celebradas en el Hotel Victoria 4 de Madrid», situado en los alrededores del Congreso de los Diputados.
Los agentes repiten la misma idea en otro de los informes aportados a la causa, a los que tuvo acceso ABC: en la prostitución podría residir «parte de la raíz de las presiones» que Fuentes Curbelo trasladaba al mediador que da nombre al caso, Antonio Navarro Tacoronte, «para conseguir dinero para su club y sus cuentas personales de los empresarios» presuntamente implicados en la trama.
Según se desprende del sumario, cada vez que Tito Berni viajaba a Madrid desde Canarias para cumplir con sus funciones como diputado del grupo socialista, Navarro Tacoronte gestionaba sus citas con distintas prostitutas. «Yuli, manda lo mejor. Quiero que mandes lo mejor de lo mejor. Que sean ‘misses’», pedía por mensaje de audio. A veces las ganas de conseguir trabajadoras sexuales era tal que Navarro hacía el mismo encargo a varias personas a la vez: «¿Me podrías mandar fotos de chicas potentes?» En esta ocasión pregunta a un tipo que tiene agendado en su móvil como ‘Ramón Coca Buena’.
El ritual, siempre el mismo: el mediador envía fotografías de mujeres de compañía –a veces más de treinta en una tirada– a los dos números de teléfono usados por Fuentes Curbelo. Éste escoge una y Navarro le manda un audio con la hora, puede que con la vestimenta que llevaría la chica. Previamente ha cerrado un precio: «300 la hora, ¿vale?» Si Tito Berni se lo pide, le enviaría también un «equipo de emergencia», como se referían a las pastillas para la disfunción eréctil. Y así, según los investigadores, de lunes a jueves, en ocasiones sin haber transcurrido ni 24 horas entre encargo y encargo, la misma escena se repite en el sumario.
Y eso a pesar de que la Policía, tras analizar las conversaciones mantenidas entre el político y el mediador, hace el siguiente inciso: «Se ha estimado oportuno pasar de puntillas sobre todos los detalles del diálogo que abarca la temática de la prostitución por parte del diputado con el fin de no resultar redundante sobre este aspecto. Sin embargo, se ha de tener en cuenta que bastaría simplemente con mover la barra de desplazamiento –del informe sobre los mensajes, prosigue– para percatarse del gran volumen que esta parte ocupa en la conversación global y quién sufraga estos servicios».
Las fotos, una «salvaguarda»
Según la investigación, los empresarios le pagaban esos servicios a cambio de favores. Como Alberto Montesdeoca, experto en quesos que en marzo de 2021 habría costeado las prostitutas de al menos Fuentes Curbelo: «Paga Alberto», le dijo el mediador en un mensaje con un catálogo de mujeres adjunto. Se sospecha que el efectivo que habría recibido de él y otros empresarios, como el de placas solares Antonio Bautista, acabó también en la prostitución.
Entre la documentación que obra en la causa constan fotografías de Fuentes Curbelo en la intimidad o de su sobrino Taishet Fuentes, ex director general de Ganadería de Canarias –cargo que heredó de su tío cuando éste ocupó escaño en Madrid–, desnudo con una prostituta. Las hizo el mediador y las compartió con más de una persona, incluido Conrado Domínguez, que dirigía entonces el Servicio Canario de Salud. Pueden no ser las únicas. La Policía sospecha que el mediador recopiló durante años material sensible. «Tengo ciertas cosas muy comprometidas del Gobierno y no sé a quién dárselas. Esto es muy gordo», dijo Navarro a un tercero. «Se lo vendo al mejor postor», añadió.
La tesis policial es que era su «salvaguarda», una «medida de seguridad». Se desconoce cuántas copias pudiera tener almacenadas, así como cuantas personas ajenas a la investigación podrían tener acceso a las mismas.
«Tengo ciertas cosas muy comprometidas del Gobierno. Se lo vendo al mejor postor», dijo Navarro de las fotos con mujeres