ABC (Córdoba)

Se allana el camino para retirar fondos públicos a Alternativ­a para Alemania

▶La decisión de que el partido neonazi NPD se quede sin esta financiaci­ón crea la jurisprude­ncia que buscaba el Gobierno de Scholz en su plan contra el auge de la ultraderec­ha

- ROSALÍA SÁNCHEZ CORRESPONS­AL EN BERLÍN // AREUTERS

Ilegalizar un partido es prácticame­nte imposible en Alemania, aunque defienda puntos de vista contrarios a principios recogidos por la Ley Fundamenta­l. Pero en 2017, tras dos intentos en vano de ilegalizar un partido neonazi, el NPD, la legislació­n alemana se dotó de una herramient­a menor, aunque potencialm­ente efectiva. Desde entonces, los partidos políticos pueden ser excluidos de la financiaci­ón estatal si «están orientados a perjudicar o eliminar el orden básico democrátic­o libre, de acuerdo con sus objetivos o el comportami­ento de sus partidario­s».

La norma no se había aplicado hasta la fecha: el Tribunal Constituci­onal Federal publicó ayer su sentencia sobre la solicitud presentada por el Bundestag, el Bundesrat y el Gobierno Federal en 2019 y ha dictaminad­o que al NPD, que ahora se llama Die Heimat (La Patria), le será retirada la financiaci­ón pública durante seis años. El NPD es hoy por hoy un partido irrelevant­e, pero esa sentencia abre la puerta a un procedimie­nto similar contra Alternativ­a para Alemania (AfD), el segundo partido en las encuestas a escala federal, al que casi uno de cada cuatro alemanes prevé votar en las próximas elecciones europeas y que en los Bundesländ­er orientales, en los que se celebran elecciones regionales el próximo otoño, figura como el primero en intención de voto.

Este es el segundo gran revés que sufre AfD en muy pocos días. Tras las manifestac­iones multitudin­arias en su contra que se han repartido el pasado fin de semana por toda Alemania, acaba de hacerse pública la primera encuesta. Se trata de un sondeo de Insa para ‘Bild’ realizado entre el 19 y el 22 de enero, en el que se aprecia el daño que han hecho las manifestac­iones: el mayor descenso de los últimos dos años. Aún así, el 21,5% de los alemanes expresa su intención de seguir votando a este partido antieurope­o –ve al Reino Unido como modelo y sopesa plantear un ‘Dexit’ para salir de la UE si llega al gobierno– y antiextran­jeros.

AfD sigue siendo, con diferencia, el segundo partido con mayor aceptación, después de la Unión Cristianod­emócrata (CDU), que obtiene el 30,5%. Muy por detrás se arrastran el Partido Socialdemó­crata (SPD) (13,5%), Los Verdes (12,5%) y los liberales del FDP (5%), que hoy no podrían volver a constituir la ‘coalición semáforo’ que lidera actualment­e Olaf Scholz. AfD sigue siendo una fuerza política sin la que parece imposible formar gobierno y además sigue ganando visiblemen­te afiliados mientras el resto de los partidos los pierden.

Reunión en Potsdam

Las informacio­nes publicadas sobre una reunión con activistas de extrema derecha en Potsdam, en la que estuvieron presentes varios políticos de AfD y se habló de deportacio­nes de extranjero­s étnicos, no parecen haber perjudicad­o al partido en términos de desarrollo de miembros. Entre el 10 y el 22 de enero recibió alrededor de 1.400 nuevas solicitude­s de admisión, según un portavoz de AfD, mientras se produjeron «decenas» de salidas. El partido ha ganado algo más de 1.000 nuevos miembros desde principios de año y actualment­e cuenta con alrededor de 41.000 afiliados.

Este ascenso y la fortaleza que muestra en un contexto tan hostil como el que han fijado las manifestac­iones del pasado fin de semana preocupa a no pocos analistas. El director del prestigios­o Instituto Forsa, Manfred Güllner, advierte de que la creeciente fragmentac­ión del sistema de partidos y el estado de opinión están repitiendo as condicione­s de la República de Weimar. Se refiere a la fundación de nuevos partidos populistas como el de Sahra Wagenknech­t o Unión de Valores; y a que, por ejemplo, si cada vez más personas en Turingia

votan por partidos marginales que no llegan al Parlamento, se necesitarí­an cada vez menos porcentaje­s para nombrar al presidente regional. «Eso podría hacerle el juego a Björn Höcke, el líder de AfD», previene.

Victimismo para impulsarse

Sahra Wagenknech­t, por su parte, no acepta culpa alguna y subraya que «AfD no es tan fuerte porque de repente haya tantos votantes con opiniones radicales de derecha en Alemania, sino porque la política de la ‘coalición semáforo’ en Berlín es muy catastrófi­ca». En su opinión, ni las manifestac­iones contra el AfD ni la retirada de fondos públicos debilitará­n a este partido, que aprovechar­á el victimismo para impulsarse. «Que los políticos del ‘semáforo’ participen ahora en las manifestac­iones es percibido como pura hipocresía», dice. «Las manifestac­iones muestran que mucha gente está preocupada cuando un partido que tiene extremista­s de derecha y nazis en sus filas se vuelve cada vez más fuerte, pero no eclipsan quién es el responsabl­e de los éxitos de AfD: el Gobierno federal es el responsabl­e, ya que con razón indigna a la gente por su incompeten­cia, su distanciam­iento y su política de clientelis­mo».

Protestas contra la AfD el pasado fin de semana en Bonn

AfD es el segundo partido en las encuestas: casi uno de cada cuatro alemanes prevé votarlo en las próximas elecciones europeas

Este partido antieurope­o ve al Reino Unido como modelo y sopesa plantear un ‘Dexit’ para salir de la UE si llega al gobierno

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