Los recelos de los expertos frente a la descolonización de museos de Urtasun
▶El titular de Cultura impondrá a las colecciones otros criterios de género y de corrección de los etnocentrismos ▶Destacados historiadores, arqueólogos y políticos analizan el proyecto estrella del nuevo ministro
Lo que empezó como una declaración de intenciones de Ernest Urtasun en el Congreso de los Diputados ha dado paso a un debate encarnizado. El anuncio del ministro en la «línea abierta por otros museos internacionales» para descolonizar los museos nacionales con urgencia ha suscitado todo tipo de reacciones en el mundo cultural. Historiadores, arqueólogos, divulgadores y políticos opinan sobre lo que, en términos generales, consideran un peligroso cóctel.
Palabras vacías «Buscan imponer una visión del pasado»
Urtasun habló de «superar un marco colonial o anclado en inercias de género o etnocéntricas» que han lastrado la visión del patrimonio. Palabras que a María Saavedra, directora de la Cátedra Internacional CEU Elcano. Primera Vuelta al Mundo, le parecen «vacías de significado real» y que «buscan imponer por ley una determinada visión del pasado con el objetivo de contentar a una parte de la población a la que no le interesa la cultura, sino la ideología». Y va a más, pues está convencida de que «legislar sobre la interpretación de la historia supone una clarísima manifestación de esa censura que, supuestamente, el ministro quiere borrar del panorama español».
El doctor en Historia de América Esteban Mira confirma que una pregunta ronda su cabeza: «¿A qué se refiere exactamente con descolonizar?».
El filósofo Pedro Insua, autor de ‘1492. España contra sus fantasmas’ tampoco lo sabe. Afirma que el ministro no acotó la acción de sus medidas y que usó su discurso para vilipendiar nuestro pasado: «De sus declaraciones podemos extraer que hay una falta de simetría en los museos y que las muestras surgieron de un despojo depredador de culturas que vivían tranquilas en su propia naturaleza. Eso no fue así».
Quién decidiría «Una comisión sin injerencias políticas»
El ministro no explicó cómo se llevaría a cabo esa «revisión» de colecciones que dependen del Estado. José María Luzón, exdirector general de Bellas Artes, así como del Museo del Prado y del Arqueológico, recuerda que hace años planteó la necesidad de crear una comisión nacional, formada por representantes del mundo cultural y «sin injerencias políticas», que tomase decisiones «sensatas» sobre obras de las colecciones de las exhibiciones. «Hay muchas piezas que no están en el museo en que deberían», afirma poniendo por ejemplo un fragmento de una inscripción que se conserva en el Arqueológico y que, en su opinión, debería unirse a su otra mitad en Ampurias. «En eso sí estoy de acuerdo, pero desde luego no con un criterio político, sino científico» y «quien tome ese tipo de decisiones que ande con pies de plomo y que no sea un reparto de los museos en el Parlamento. Eso sería un disparate», remarca.
Restituir o cambiar cartelas «El Tesoro Quimbaya fue un regalo»
La arqueóloga Alicia Perea, experta en el Tesoro Quimbaya, cree que al hablar de descolonización el ministro no se refiere a la restitución de piezas porque «en nuestro caso es evidente que no somos un país colonial y no podemos devolver lo que no nos hemos llevado». El Tesoro Quimbaya, que Colombia ahora reclama, «fue un regalo», como el templo de Debod y otras piezas faraónicas donadas por el Gobierno egipcio. Por eso, la arqueóloga cree que Urtasun se debe referir al discurso expositivo que «en algunos museos y en algunos asuntos sí que peca de colonialismo y de etnocentrismo».
Cesáreo Jarabo, autor de ‘El fin del imperio de España en América’, se muestra, sin embargo, escéptico y remarca que «la restitución de los tesoros sería una barbaridad porque si España hizo algo en América fue crear cultura, construyendo escuelas y universidades, enseñando latín o haciendo hospitales y carreteras. ¿Tendría Lima que devolver a España todo ese patrimonio?». Y Mira coincide en que las piezas de museos de México o Lima «ensalzan el virreinato y la presencia española... ¿qué hacemos, les pedimos que devuelvan las piezas? No tiene sentido», finaliza.
Origen y comparativa «No hay nada que descolonizar»
«Los museos españoles se encuentran entre los pocos de Europa que no cuentan con obras rapiñadas», sostiene Caballos. Nada que ver con el Louvre, el Museo Británico o el de Berlín. Para él no tiene sentido descolonizar las muestras, porque «no hay nada que descolonizar». En esta línea, Javier Santamarta, autor de ‘Fake news del Imperio español’, dice con sorna: «¡Hay que
reparar los expolios cometidos por los imperios! Podríamos establecer ese ‘diálogo e intercambio’ con la National Gallery de Londres, y así recuperar el Felipe IV pintado por Velázquez, que estaba en la biblioteca del monasterio de San Lorenzo de El Escorial».
«Las piezas de museos en México o Lima ensalzan el virreinato y la presencia española, ¿les pedimos que las devuelvan a España?»
Colonias o provincias «Un nuevo paso para desprestigiar España»
Para Cesáreo Jarabo, «la descolonización de Urtasun es un nuevo paso para desprestigiar España». Para este historiador, el ministro está demostrando «una incultura sin límites», ya que «España no ha tenido nunca colonias. Cuando llega a América, se expande y sigue siendo España, incorporando los territorios a la Corona como virreinatos. Un habitante de Cuenca era tan español como uno de la localidad ecuatoriana de Cuenca», advierte. El historiador mexicano Enrique Krauze apoya esta misma visión: «Hay muchísimas diferencias entre las colonias que las potencias europeas establecieron en África en el siglo XIX y los virreinatos de América». Para Jarabo
Urtasun obvia que las leyes hablaron siempre de «provincias», «reinos» o «territorios de islas y tierra firme», pero el término «colonia» no se empleó hasta mediados del siglo XIX.
Politizar la Historia «Descolonizar es un término anacrónico»
Para el hispanista Manuel Lucena, «el término descolonizar es anacrónico por contemporáneo. No tiene que ver con los objetos de los museos, que exigen un deber de neutralidad. Uno no puede organizar un museo para ver solo lo que le apetece según una ideología transitoria».
Con información de Manuel P. Villatoro, Mónica Arrizabalaga, Israel Viana y Jesús García Calero