Un amaño destapado buceando en YouTube: «No hay duda, es Yannick»
Soto, el central del Pontevedra tentado con un arreglo, identificó la voz de su interlocutor escuchando vídeos
El partido de la penúltima jornada de la Liga de Primera Federación de la pasada temporada entre el CD Badajoz y el Pontevedra CF está siendo investigado en un juzgado pacense después de que, como adelantara ayer ABC, al menos dos componentes de la entonces plantilla del equipo gallego recibieran una oferta para un presunto amaño de ese encuentro por parte de dos integrantes del vestuario extremeño, así como de un empleado de una empresa de representación. Un arreglo con el objetivo de que el conjunto extremeño, que se estaba jugando la permanencia en la categoría de bronce, atara el triunfo para llegar a la última jornada con opciones matemáticas de salvación, aunque finalmente acabó descendiendo.
ABC ha conocido nuevos detalles de cómo se habría gestado ese intento de amaño a través de las llamadas telefónicas realizadas por el entonces defensa pacense Yannick Buyla, un miembro del cuerpo técnico (Javier Melchor) y Tuka Manel, el trabajador de una agencia de futbolistas (despedido poco después) que facilitó al citado jugador del Badajoz el teléfono personal del central del Pontevedra al que presuntamente se intentó tocar. Un rival con el que Yannick Buyla compartía la pasada campaña empresa de representación.
El jueves 18 de mayo de 2023, dos días antes de aquel trascendental partido para el Badajoz ahora investigado, David Soto, defensa entonces del Pontevedra, recibía en su domicilio varias llamadas a través de un número oculto que en un primer momento no quiso coger, según su declaración ante la Policía. Ante la insistencia, el jugador acababa descolgando y su interlocutor se presentaba como futbolista del Badajoz, aunque no se identificaba con nombre y apellido, limitándose a decir que llamaba desde el teléfono de su novia y que había conseguido su número a través de Tuka.
El supuesto jugador del Badajoz le trasladaba que «sabían que la plantilla del Pontevedra estaba primada por otros equipos», afirmación que provocaba la sorpresa del central gallego al no tener constancia alguna de esa acusación, según afirmó ante la Policía. «Nosotros queremos darte algo», escuchaba a continuación desde el otro lado del teléfono, lo que provocaba su contundente reacción. «¿Tú sabes las consecuencias que tiene esto?», respondía el pontevedrés antes de colgar y marcar el número de Tuka para exigirle explicaciones de por qué había dado su contacto a un jugador. El ya exempleado de su agencia de representación se excusó respondiendo que se lo habían pedido tres semanas antes, pero dijo desconocer la razón por la que querían hablar con él.
No contento con esa explicación, Soto iniciaba su propia labor de investigación. Al ser Tuka la persona con la que habían contactado para conseguir su número, el defensa tuvo una intuición y comprobó que solo compartía agencia de representación con dos jugadores del Badajoz, por lo que recurrió a YouTube en busca de ayuda. Encontró ruedas de prensa de esos dos futbolistas de su misma agencia y, según advirtió en su declaración policial (ya acababa la temporada), por su voz «reconoció sin ningún género de dudas» a Yannick Buyla como interlocutor en aquella llamada.
Las sorpresas continuaron para Soto el viernes 19 mayo, ya en la previa del vital partido que esperaba al Badajoz en el Nuevo Vivero. Tras la cena en el hotel de concentración, mientras se encontraba tratándose con el fisio junto a sus compañeros Derik Osede y Alex Masobo, recibía una llamada de Tuka y activaba el manos libres para que los presentes pudieran escuchar la conversación. Su interlocutor le pidió que restara importancia a la conversación del día anterior con Yannick Buyla y le transmitió que unas horas antes se había reunido con dirigentes del Badajoz, advirtiéndole de que querían ofrecerle un precontrato para la siguiente temporada. Se llegaba incluso a hablar de condiciones económicas: 55.000 euros si firmaba y el equipo se mantenía la temporada 2023-24 en Primera RFEF y 110.000 euros si ascendía al fútbol profesional, a Segunda división.
Al entender que con esa oferta antes de un partido trascendental para el Badajoz lo que se buscaba era «doblegar su voluntad», el futbolista del Pontevedra la rechazaba categóricamente, reuniendo posteriormente a toda la plantilla en su habituación del hotel para informarles de lo sucedido.
Reunión en una habitación
Preguntado el plantel por parte de los capitanes si algún otro jugador había recibido llamadas similares a las de David Soto, el guardameta Pablo Cacharrón explicaba que un miembro del cuerpo técnico del Badajoz también le había llamado para comentarle que alguien del club extremeño le había pedido que se pusiera en contacto con él para preguntarle sobre su situación para la temporada 2023-24 porque estaban interesados en contar con él. Aunque no hubo una oferta concreta como en el caso del defensa, el meta aseguró en su declaración a la Policía su extrañeza por una llamada de ese tipo antes de una cita tan crucial para el club pacense.
Los dos futbolistas tocados se quedaron fuera del once titular en el Badajoz-Pontevedra que terminó perdiendo su equipo en el Nuevo Vivero (1-0), aunque Soto jugó en la segunda parte. «Paradójicamente el gol de la victoria fue anotado en un clamoroso fallo del portero del Pontevedra», reflejaron en su informe los investigadores policiales tras el visionado de la victoria en un encuentro que no evitó la pérdida de categoría de los extremeños. En la última jornada, la derrota en el campo del Córdoba (3-1), sumado a otros resultados, condenaba a los blanquinegros al descenso.
Al gallego se le ofrecía un contrato de 55.000 euros con el Badajoz si jugaba en Primera RFEF y de 110.000 si subía a Segunda división