ABC (Córdoba)

Txapote y Amaia callan sobre el asesinato del popular Zamarreño

«No voy a participar», se despachan en euskera ambos exjefes de ETA en el juicio

- ISABEL VEGA

Tienen dos hijos en común, además de un largo y sangriento historial de militancia en ETA que les aupó a puestos de responsabi­lidad en la jerarquía de una banda terrorista donde, durante un tiempo, la orden fue cazar a políticos del Partido Popular. En su haber está el secuestro y asesinato del concejal Miguel Ángel Blanco. Él fue condenado también por el de Gregorio Ordóñez. Ambos cumplen en prisiones vascas penas acumuladas a un saldo de 30 años. Y ayer, se sentaban juntos de nuevo en el banquillo de la Audiencia Nacional.

Txapote –Javier García Gaztelu– y Amaia –Iranzu Gallastegu­i– están acusados del asesinato del concejal del PP en Rentería Manuel Zamarreño en 1998. Misma época y análogo contexto.

Con actitud de estar de paso, reprodujer­on lo que en otro tiempo se llamaba juicio de ruptura pero sin aspaviento­s. Ni siquiera había acordado el tribunal confinarle­s tras la mampara de seguridad. Ninguno quiso hablar y fue lo único que expresaron, sucesivame­nte, al desfilar por la silla de declarante­s. La intérprete que les tradujo del euskera resumió la contestaci­ón al presidente del tribunal, Fernando Andreu, con

una frase: «No voy a participar». «Y no voy a defenderme», añadió él.

Su abogado ni siquiera preguntó a los testigos que fueron desfilando en la breve sesión que se celebró por la mañana y se completará esta semana con la prueba pericial, clave en este juicio para situar a ambos en el lugar y con la oportunida­d de cometer el atentado.

Entre ellos sobresalió el relato del ertzaina que escoltaba a Zamarreño aquella mañana de junio cuando decidió hacer un alto en el camino para comprar el pan. En el establecim­iento había una mujer joven y una niña, recordó. Cedió el paso a su protegido cuando salió y comenzó a seguirle a distancia prudencial, «cuatro o cinco metros». No habían recorrido ni diez cuando dos kilos de amosal colgados de una moto que según testificó ayer uno de los investigad­ores, había comprado una mujer con un DNI robado, explotaron a su lado. Al despertar estaba en el suelo, ciego. «Me apoyé en un coche y no me veía. Me palpaba y me faltaban trozos de musculatur­a en el pecho. Notaba como me caía la sangre por todo el cuerpo», narró.

La hija de Zamarreño estaba en la sala, sin cristal que amortiguas­e la pose de los dos etarras. «Lo más duro de todo –dijo a la prensa al salir–, sus miradas y sus caras. No se han arrepentid­o». Puso en valor el «logro» de tenerles en el banquillo. «No sabemos qué va a pasar, pero hemos llegado hasta aquí».

 ?? // EFE ?? Los etarras Txapote y Amaia, ayer en la bancada de la Audiencia Nacional
// EFE Los etarras Txapote y Amaia, ayer en la bancada de la Audiencia Nacional

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain