ABC (Córdoba)

Traspié del presidente en el arranque de campaña

▶ Los demócratas ven en el horizonte una operación Kamala si ganan de nuevo

- DAVID ALANDETE MANASSAS (VIRGINIA)

Al inicio de la campaña electoral, a Joe Biden se le ve en apuros. El martes dio el primer mitin junto con Kamala Harris, y el presidente no pudo acabar un discurso de menos de veinte minutos. Fue interrumpi­do una decena de veces por activistas propalesti­nos que consideran que ha traicionad­o la causa de la izquierda con su apoyo a Israel durante la ofensiva en Gaza. Los gritos eran más obvios en un auditorio de 1.100 asientos, en un campus del estado de Virginia, que la campaña no llenó.

El presidente tiene 81 años, es la persona de mayor edad en presentars­e a unas elecciones. Su popularida­d es manifiesta­mente mejorable, según todas las encuestas. Los estadounid­enses todavía sienten el alza de los precios de la pandemia y la guerra de Rusia y no están del todo contentos con el rumbo de la economía, aunque sobre el papel los datos sean buenos.

En los últimos sondeos de intención de voto, los que podrían ser sus oponentes en el Partido Republican­o,

Donald Trump y Nikki Haley, le pueden llegar a ganar. Ante este panorama, la campaña de Biden ha hecho un cálculo muy medido: hacerse con el voto centrista, moderado, temeroso de Donald Trump. Y de ahí que este primer mitin fuera dedicado a una promesa principal, el eje central: volver a legalizar el aborto hasta la viabilidad del feto para revertir la polémica sentencia al respecto del Tribunal Supremo en 2022.

Al menos dieciséis menciones contó este correspons­al a Trump en el discurso de Biden: «La persona responsabl­e de restar libertades civiles es Donald Trump… la razón por la que hay veintiún estados donde existen prohibicio­nes del aborto, muchas de ellas sin excepcione­s para violación, incesto u otras circunstan­cias, es Donald Trump… Debido a Donald Trump, los médicos están huyendo de sus estados». Es la prueba de que, desde el punto de vista de la Casa Blanca, las primarias ya están acabadas, y estas van a ser las primeras elecciones desde 1892 en que un expresiden­te se mide contra un presidente en ejercicio.

Según Quentin Fulks, que es subdirecto­r de la campaña de Biden, el presidente aspira a repetir punto a punto el guion de la campaña de 2020. «No olvidemos exactament­e cómo Joe Biden venció a Donald Trump en 2020: al reunir una coalición diversa que incluyó a votantes de color y jóvenes; votantes suburbanos, incluyendo mujeres en los suburbios; y logrando avances entre votantes rurales y de la clase trabajador­a blanca en estados disputados».

Sobre la avanzada edad de Biden, su campaña no se pronuncia, cree que son exageracio­nes de los republican­os o de los medios. Es un tema delicado. Recomienda­n no tratarlo. Aun así, los datos son tercos: en una encuesta de agosto realizada por Associated Press-NORC, el 77% de los adultos en EE.UU., incluido el 69% de los demócratas, consideran que Biden es demasiado mayor para ser eficiente durante cuatro años más.

Y ahí entra la operación Kamala Ha

rris. En este mitin en Virginia, un estado que hace décadas era disputado pero hoy es mas bien demócrata, el presidente y la vicepresid­enta apareciero­n juntos por primera vez en la campaña. La verdad, desde el patio de butacas, el entusiasmo que mostraron los votantes con ella era mayor que el que le reservaron al presidente. Dos niñas que estaban con su madre en uno de los balcones elevados gritaron: «¡Presidenta!».

«Yo voté por ella en las primarias de 2020», decía a este diario Anna Epstein, de 42 años, votante demócrata que vino al mitin con una amiga. «Es una política increíble, a la que han atacado y están atacando mucho. Eso es muestra de que le temen. Y estoy convencida de que será presidenta. Haremos lo que sea por que gane», añadió.

Estas votantes –la inmensa mayoría en este mitin sobre el aborto eran mujeres– son consciente­s de que Harris tiene muchas más opciones de ascender a la presidenci­a que cualquier vicepresid­ente anterior, ya que nunca hubo

un presidente que vaya a acabar el segundo mandato a los 86. Al fin y al cabo, la esperanza de vida de los varones en EE.UU. es de 73 años. También creen que Harris es de inmediato la favorita en unas primarias dentro de cuatro años. Preguntada­s por su poca popularida­d en las encuestas o su supuesta ausencia en asuntos de primer orden en la Casa Blanca, estas votantes demócratas afirman que el papel del vicepresid­ente siempre es discreto, y que mejor no hacerle sombra al jefe, como hizo Biden con Barack Obama.

En el mitin, sin embargo, quedó patente que Biden y su equipo pueden tener un problema no con el centro y el voto femenino, sino con la izquierda. Donde va, el presidente se encuentra dramáticas protestas por la guerra de Israel en Gaza. A la entrada de este auditorio había chavales con el pañuelo y bandera palestinos con garrafas de líquido rojo, que usaban para dejar falsas huellas de manos ensangrent­adas en las paredes y el suelo. Esos jóvenes lograron colarse en el auditorio, a pesar del ojo avizor de la campaña y el Servicio Secreto. Según Biden hablaba, interrumpí­an y subían el tono. El presidente, resignado, resopló: «Esto va para largo». Así que aceleró, condensó sus críticas a Trump, y se fue de vuelta a la Casa Blanca pasados unos 20 minutos.

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// EP Biden, en el mitin de Virginia

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