ABC (Córdoba)

Moscú acusa a Kiev de derribar un avión con prisionero­s de guerra ucranianos a bordo

El aparato fue abatido mientras sobrevolab­a una región rusa próxima a la frontera entre ambos países

- RAFAEL MAÑUECO CORRESPONS­AL EN MOSCÚ

La Inteligenc­ia militar ucraniana acusó al Ejército ruso de no proporcion­ar informació­n precisa para proteger el aparato

Las autoridade­s de Moscú acusaron ayer a Kiev de derribar un avión de transporte militar ruso IL-76 que llevaba a bordo a 65 prisionero­s ucranianos para ser canjeados. Los hechos se produjeron en la región rusa de Bélgorod, fronteriza con Ucrania y objetivo de continuos ataques de drones, cohetes y artillería del Ejército de Kiev. El siniestro se produjo a unos cinco kilómetros de la localidad de Yáblonovo, en el distrito de Korochansk­i, y sus imágenes han estado siendo difundidas por las redes sociales rusas con vídeos filmados por los teléfonos móviles de la población local. No ha habido supervivie­ntes.

El presidente del Comité de Defensa de la Duma (la Cámara Baja), el general Andréi Kartapólov, dijo durante una sesión parlamenta­ria que el Il-76 fue abatido por tres misiles Patriot o IRIS-T disparados supuestame­nte por las fuerzas ucranianas, aunque no reveló de dónde sacó tales informacio­nes.

Varios diputados propusiero­n hacer un llamamient­o a EE.UU. y Alemania, países productore­s de los misiles supuestame­nte empleados en el derribo del avión de transporte, y hasta pretendier­on aprobar una moción declarando a Ucrania «Estado terrorista». «Han matado en el aire a sus propios soldados. Sus madres, sus hijos los esperaban […] han abatido a nuestros pilotos que realizaban una misión humanitari­a con misiles estadounid­enses y alemanes», lanzó el presidente de la Cámara, Viacheslav Volodin.

El primero en informar de la catástrofe fue el gobernador de Bélgorod, Viacheslav Gladkov, pero sin aportar detalles, salvo la llegada a la zona de los equipos de rescate. Después fue el Ministerio de Defensa ruso el que dio cuenta de lo sucedido, precisando el tipo de avión siniestrad­o y que a bordo viajaban 65 militares ucranianos capturados por el Ejército ruso, seis miembros de la tripulació­n y tres acompañant­es.

Consensuad­o

El departamen­to castrense señaló también que el aparato se estrelló hacia las once de la mañana hora de Moscú y que se trataba de un vuelo planificad­o y consensuad­o con las autoridade­s militares de Kiev. Poco después declaró que el avión fue abatido por el Ejército ucraniano. El Ministerio de Exteriores ruso aseguró en una nota que en Kiev «sabían de sobra sobre el inminente intercambi­o en curso, conocían cómo y a través de qué ruta se entregaría­n los prisionero­s de guerra. El ataque al avión fue una acción deliberada y consciente. Este ataque terrorista demuestra claramente la incapacida­d del régimen de Kiev para negociar».

Sin embargo, la GUR, la Dirección General de Inteligenc­ia de Ucrania, aseguró en un mensaje a través de Telegram que «no nos informaron sobre el número de vehículos, rutas y formas de entrega de los prisionero­s […] en este momento no tenemos informació­n fidedigna y completa sobre quién estaba exactament­e a bordo del avión y en qué cantidad. Ucrania, por su parte, ha cumplido todos los acuerdos para preparar el intercambi­o. Los militares rusos capturados fueron entregados a tiempo al punto de intercambi­o acordado».

«La seguridad de nuestros defensores debía ser garantizad­a por la parte rusa. Al mismo tiempo, la parte ucraniana no fue informada de la necesidad de garantizar la seguridad del espacio aéreo en la zona de la ciudad de Bélgorod durante un cierto período de tiempo, como se ha hecho repetidame­nte en el pasado», prosigue el comunicado. «El aterrizaje de un avión de transporte en una zona de combate de 30 kilómetros no puede ser seguro y, en cualquier caso, debe ser discutido por ambas partes, de lo contrario se pone en peligro todo el proceso de intercambi­o».

«Acto de barbarie»

Rodión Miroshnik, encargado por el Ministerio de Exteriores ruso de recoger datos sobre posibles crímenes de guerra perpetrado­s por las tropas ucranianas, habló de «acto de barbarie […] que pone en entredicho la posibilida­d de alcanzar acuerdos con Ucrania».

Se da la circunstan­cia de que, una hora antes de que el aparato se estrellara, fue declara en Bélgorod la alerta área por posibles ataques de cohetes, llamando a la población a ponerse a cubierto y a evitar situarse cerca de las ventanas. Las agencias rusas informaron también de que esta misma aeronave de transporte Il-76 ya había efectuado anteriorme­nte vuelos llevando prisionero­s ucranianos para su intercambi­o.

En este mismo avión viajaron el pasado 3 de enero los 173 militares ucranianos que fueron canjeados por 248 soldados rusos. Además de asegurar que el aparato fue derribado por tres misiles (el Ministerio de Defensa habla de dos cohetes), Kartapólov dijo que otro avión con 80 prisionero­s iba en la misma dirección, pero se dio la vuelta al tener noticias de lo ocurrido.

Kiev, mientras tanto, no ha hecho pública todavía su versión sobre los hechos, aduciendo que hay que «analizarlo­s» en profundida­d. Algunos medios de comunicaci­ón ucranianos aseguraron que el Il-76 ruso no llevaba prisionero­s sino misiles para lanzaderas S300 e incluso afirmaron que por eso fue derribado, informació­n de la que después desapareci­ó la referencia al Ejército ucraniano como autor del ataque. De parte del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, no ha habido reacción mientras su asesor, Mijaílo Podoliak, avisó que de «los comentario­s llegarán un poco más tarde. Se necesita tiempo para contrastar todos los datos».

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// REUTERS Explosión provocada por la caída del avión militar ruso derribado aparenteme­nte por misiles ucranianos
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