‘Perpendicular al sol’, una amistad en el corredor de la muerte
▶Valentine Cuny-Le Callet y Renaldo McGirth, sentenciado a la pena capital, ilustran su relación epistolar ▶La novela gráfica evidencia la dureza del sistema penitenciario en Estados Unidos
«Esta noche Alabama hace que la humanidad dé un paso atrás», cuentan los testigos que dijo antes de su ejecución Kenneth Eugene Smith, el primer condenado a pena de muerte ajusticiado esta semana con un método experimental: asfixia con nitrógeno. «Desde que los laboratorios europeos ya no exportan los productos químicos para las inyecciones letales, una de las nuevas pasiones de Estados Unidos es hacer este tipo de cócteles inéditos de productos y algunos estados, incluso, recuperan la silla eléctrica», advierte Valentine Cuny-le Callet (París, 1996).
El caso de Smith coincide con la publicación en España este 1 de febrero de la novela gráfica ‘Perpendicular al sol’ (Salamandra Graphic), que la ilustradora francesa creó junto a Renaldo McGirth, condenado a muerte en 2018 por un crimen cometido a sus 18 años y que lleva encerrado más de una década en el corredor de la muerte en una prisión de Florida. Ambos comenzaron una relación epistolar que hoy perdura cuando ella tenía 19 años y se enroló en el programa para mantener correspondencia con un condenado a la pena capital de la Acción de los Cristianos por la Abolición de la Tortura (ACAT). Pero su conversión en activista contra la pena de muerte y la encarcelación comenzó a gestarse en su infancia. «Había visto imágenes y películas, pero la epifanía negativa, como diría Susan Sontag, la tuve a los 11 años al ver la primera fotografía publicada en Estados Unidos de la ejecución en la silla eléctrica de un condenado a muerte», rememora la ilustradora.
El aldabonazo para inscribirse en el programa fueron los atentados islamistas que asolaron París en 2015, «por las reacciones vergonzosas en todos lados que se produjeron después», precisa
Cuny-le Callet. Tras el brutal ataque al semanario satírico ‘Charlie Hebdó’, la pena de muerte volvió a colarse en el debate público francés y el 52 por ciento de la población se declaraba a favor de su restauración.
Así comenzó una relación epistolar con McGirth en 2016. Al año siguiente, la ilustradora recibió una beca como estudiante de intercambio en el Instituto de Arte de Chicago y desde allí solicitó visitar a Renaldo. Recoge esa experiencia en ‘La escritura del mundo en cinco metros cuadrados’ (las dimensiones de la celda de McGirth). «En cuanto supe que el libro iba a ser publicado, nos metimos en un proyecto de dos años y medio para hacer ‘Perpendicular al sol’. Lo que quería era integrar las imágenes de nuestra correspondencia, porque producíamos muchas. Por una parte, esto formaba parte de nuestra amistad. Y, desde un punto de vista más político, era una manera de volver a apropiarnos de ellas, ya que esta institución carcelaria hacía de todo para censurarlas y eliminarlas», cuenta.
Necesidad y virtud
En sus más de 400 páginas, ‘Perpendicular al sol’ contiene 25 dibujos del propio Renaldo. Los únicos en color. Giran en su mayoría en torno a paisajes y motivos florales. «Son importantes porque en el corredor de la muerte se prohibe cualquier tipo de vegetación, viva o muerta. Así que quise realzarlos para que no se diluyeran entre los míos», indica la autora. Esta extensión cronológica, artística y reivindicativa del primer libro fue cogiendo forma y fuerza a medida que la prisión ponía trabas al proyecto. «Es un cómic que se va contando mientras se hace –prosigue–. Desde el principio se percataron de lo que hacíamos y nos lo pusieron di
«El cómic se cuenta mientras se hace. La prisión dificultó el trabajo, pero lo aprovechamos para denunciarlo», dice la autora
fícil. Nos dimos cuenta de que era como si la cárcel nos diera los argumentos para que pudiéramos denunciarla e incluimos todo. Era una manera muy directa de hacer un retrato del sistema penitenciario y también, de hacer un retrato psicológico más profundo de Renaldo. Todas las dificultades por las que ha pasado son muy reveladoras de su personalidad y del efecto que tiene la cárcel en su psique y en su cuerpo».
Cuny-le Callet no supo del caso de Renaldo al comienzo. «Él solo sabía mi nombre y mi dirección. No podía ir a buscar a Google quién era yo, así que decidí hacer lo mismo. Más adelante, se lo expliqué y él me contestó que, a partir del momento en el que estábamos ahí para compartir lo bueno y lo menos bueno, quería que yo lo supiera, así que revisé todos los detalles de su condena», aclara la autora.
Culpable o inocente
En ‘Perpendicular al sol’ se refleja todo al detalle. McGirth fue condenado por el asesinato de Diana Miller. Ella estaba en su casa junto a su marido, James, cuando entró a robar junto a otras dos personas. Los dos recibieron un balazo en la cabeza, pero su esposo sobrevivió. En mitad del proceso de elaboración de la novela gráfica, el Tribunal Supremo de Estados Unidos decidió que una condena a muerte promulgada por un jurado no unánime era una violación de la Constitución. Renaldo fue sentenciado por once votos contra uno y la decisión de los magistrados era retroactiva hasta 2002, por lo que la Corte Suprema de Florida anuló su pena en 2018. La condena de McGirth sigue en pie, pero debe pasar por una nueva fase para decidir si permanece en el corredor o recibe una sentencia de cadena perpetua. Todavía sigue esperando.
Cuny-le Callet insiste en que la intención de este libro no es discutir la culpabilidad de Renaldo ni comenzar una contrainvestigación de su caso. «La inocencia, siendo importante, no es esencial para la lucha abolicionista, que considera que el sistema es igual de injusto con culpables que con inocentes». ‘Perpendicular al sol’ «en primer lugar es un proyecto que hicimos para nosotros, es nuestro caso personal, una gota de agua en el océano. Después se convirtió en una novela que describía el sistema carcelario y la pena de muerte, esa era la parte universal. El objetivo era conciliar las dos sin hacer de Renaldo un póster, si no conservando su individualidad, mientras que la cárcel intenta destruirla», relata.
El resultado es una profunda reflexión sobre la pena capital y el impacto personal detrás de las políticas penitenciarias y los veredictos judiciales. Una gota en el océano que cuestiona un sistema que a menudo se tambalea entre la justicia y la humanidad.